domingo, 5 de diciembre de 2010

E il fiume va

Vicente Ferrando, el cura párroco de Tendetes, se había refugiado con sus feligreses en el techo de la parroquia después de salvar el sagrario.
«- La gente tenía mucho miedo. Yo subí para animarlos, para estar juntos y evitar el miedo. Muchos tenían sentimientos religiosos y me pidieron la bendición del perdón de los pecados. Y se la di.»


Lo dice el Almanaque de Las Provincias: «El párroco de Tendetes, don Vicente Ferrrando, saca con la boca, buceando bajo el agua, el Santísimo del sagrario de su parroquia».
Cuarenta años después, el sacerdote habla en su despacho de la parroquia de San Andrés, en la céntrica calle de Colón:
«- No, lo del Santísimo es verdad. Todo lo que se ha publicado sobre lo que yo hice es cierto. Aunque no sé si algo exagerado, o adornado. Lo cierto es que había mucho agua… y mucho miedo en aquella gente.»
(…)
«Bueno, pues vino el agua y yo entré a por el Santísimo, claro. Bucear. Bucear quiere decir que sí, que el agua iba por encima d ela puerta y que tuve que sumergirme para entrar; me metí por completo bajo el agua para entrar. Había eso, unos dos metros o en algunos puntos más. Pero yo tengo que decir que en ningún momento tuve sensación de que moría, de que hacía algo muy especial o estaba en riesgo de muerte ssegura. Tomé el Santísimo y la imagen de la Virgen de la Misericordia, patrona de Campanar, que se movía por la huerta y estaba allí esos días. Y ya está.»
(…)
Se quedó en el barrio hasta 1970. A él se debe la construcción, posteriormente, de la parroquia de San Juan Bosco. Buscó suelo, presionó a las autoridades, logró que la iglesia fuera acompañada de una escuela, un instituto y un cine que se llama río en latín: Flumen. Todo lo que se construyó hubo que hacerlo sobre profundos pilotes porque aquella era tierra de aluvión y relleno, antes y sobre todo después de la gran inundación. Techo, iglesia y escuela forman el núcleo del proyecto humano y religioso de Vicente Ferrando. Y ciertamente, años después, son el núcleo del actual barrio.


Hacía mucho tiempo que no me acercaba por el barrio de Tendetes, y este pasado mes lo he acabado haciendo cuatro veces, a los edificios que la Generalidad Valenciana llama PROP, donde tiene centralizados diversos servicios de atención al público/ciudadano/cliente de varias de las Consejerías.

De este modo, he podido ver el antiguo cine Flumen, al que no recuerdo yo haber ido, ni siquiera en verano cuando era, propiamente, Terraza Flumen. Ahora ya no es ni cine ni terraza.

Ahora es teatro.

Según parece, incorpora la programación del Teatro del Ateneo, y este próximo día nueve de diciembre ya funcionará del todo. Con los antecedentes que hemos transcrito, seguro que no es cuestión de magia.

Créditos:
Transcripción de la obra Hasta aquí llegó la riada, de Francisco Pérez Puche: capítulo El silencio de la ciudad (pp. 30 y 60-62).
Fotografía del nuevo Teatro Flumen, de noviembre de 2010, del autor.
Imagen del folleto de la función Anthony Blake. Más cerca, en escena en el Teatro Flumen, muy en breve.

3 comentarios:

  1. Yo sólo conocí el Flumen como cine de verano, se proyectaban las películas en el patio- La última película que vi no recuerdo cual era pero siempre nos acordamos, los que fuimos, del cortometraje que precedió a esta durante la cena de sobaquillo, "El cuento chino" un original cuento chino-valenciano divertidísimo.

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  2. ¿Que poderío atesora un sagrario para que un sacerdote de la vida por recuperarlo?
    La fe.

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  3. La Fe,... y la Vida.

    Gracias y un saludo.

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