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sábado, 28 de marzo de 2015

Completando el ciclo con biciclos

Con el tiempo, esta furgoneta en concreto, elegante con su pintura roja y crema, se convertiría en la más conocida de Hardborough. Era la furgoneta de Brompton's, la tienda de Londres que ofrecía servicio de biblioteca a libreros de provincias, sin importar lo lejos que estuvieran. A petición de Florence, le habían traído los primeros volúmenes, y ella tenía que firmar un compromiso y leer las condiciones que proponía Brompton's.

Por esas vueltas que da la vida, el nombre de la empresa de transportes que en una novela  repartía los pedidos editoriales ha venido a coincidir con el nombre de la empresa en que Bromera, una editorial valenciana, participa para el transporte, mediante bicicletas, de, al menos, lectores.

Créditos:
Extracto del capítulo 4 de La librería, novela de Penelope Fitzgerald, según traducción de Ana Bustelo, tomado de la sexta edición (de agosto de 2010) realizada por Impedimenta (pp. 69-70), de la biblioteca del autor.
Fotografía de la fachada de la tienda de Brompton, en Valencia, esta madrugada, del autor.

viernes, 6 de marzo de 2015

Antes y enantes

Y de donde antes estuvo Casa Do-T-si-O, la Unión Musical Española


… se ha muuuuuuuuudado.

Créditos:
Fotografía de la fachada del local enantes abierto de Ale-Hop, en la calle de la Paz, en Valencia, esta tarde, del autor.

lunes, 2 de marzo de 2015

Una partícula que está en la onda

El pasado sábado me llamó la atención el escaparate de una tienda de moda, no por los modelos expuestos, sino por el complemento a ellos: un tema científico como es el de la refracción de la luz. No pude evitar hacerle una fotografía (en la que se incluye, en este caso involuntariamente, algún pequeño reflejo en la luna del escaparate).


Mira por dónde, hoy me entero de otra fotografía, también sobre la luz, o mejor dicho, una fotografía de ella, de la luz, y de su famosa dualidad onda-corpúsculo.


Se ve que está de moda.

Créditos:
Fotografía parcial del escaparate de la tienda Bershka, en el Centro Comercial Aqua, en Valencia, el pasado sábado, del autor.

jueves, 19 de febrero de 2015

Leer te da medios…



(Pero no te quedes a medias.)

Créditos:
Fotografía del escaparate de la tienda de Calzedonia en la esquina de la Plaza del Ayuntamiento con la calle Barcelonina, en Valencia, ayer por la tarde, del autor.

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Noticias actuales… del tiempo pasado

Hace poco me enteré, leyendo periódicos muy atrasados, de que este año el Kiosco España, en la calle Barcelonina, casi esquina con la Plaza del Ayuntamiento, y gestionado por Ángel Picazo, se había abierto en 1934, y por tanto, ha cumplido ya 80 años.


Enhorabuena.

Créditos:
Fotografía del Kiosco España, en diciembre de 2014, del autor.

martes, 18 de febrero de 2014

Al olor… de los libros…

Entre bambalinas
Londres
10 septiembre 1951
Querida:
¡Es una tiendecita antigua y encantadora, que parece salida directamente de las páginas de una novela de Dickens! ¡Te chiflará cuando la veas!
Tienen fuera unos expositores, y me paré a hojear unas cuantas cosas simplemente para asumir la apariencia de una amante de los libros antes de pasar al interior. Dentro está oscuro: hueles los libros antes de poder verlos; un olor de lo más agradable. No soy capaz de describírtelo, pero es una combinación de moho, polvo y vejez, de paredes revestidas de madera y suelo entarimado. Hacia el fondo de la tienda, a la izquierda, hay un escritorio con una lámpara de estudio encima. Frente a él estaba sentado un hombre de unos cincuenta años, con nariz a lo Hogarth. Levantó la mirada al entrar yo, y me saludó diciendo: «Buenas tardes. ¿Puedo ayudarla?», con marcado acento del Norte. Le respondí que sólo quería curiosear, y me animó a hacerlo.
Hay metros y metros de estantes, inacabables. Llegan hasta el techo y son muy antiguos y de tono agrisado, como de roble viejo que ha absorbido tanto polvo al correr de los años que ya ha perdido su color originario. Tienen una sección dedicada a grabados, que es una gran mesa alargada en la que se exponen grabados de Cruikshank, de Rackham, de Spy y de otros muchos ilustradores y caricaturistas ingleses que no soy capaz de reconocer porque apenas sé nada de ellos. Hay asimismo algunas revistas ilustradas, antiguas y deliciosas.

… ¿el lector resucitará?

Créditos:
Extracto de la carta remitida por Maxine a su amiga Helene Hanff, en relación con el establecimiento de Marks & Co, Booksellers, tomado de 84, Charing Cross Road, recopilatorio epistolar de Helene Hanff con dicha librería, según traducción de Javier Calzada, publicado por Anagrama como número 522 de su colección Panorama de narrativas (pág. 47; quinta edición, de septiembre de 2004), de la biblioteca del autor.
Fotografía de la fachada de la librería (sin fecha) tomada de la cubierta del ejemplar referido.

sábado, 8 de febrero de 2014

Y aun con café… el libro se durmió

Hace cerca de tres años y medio trajimos a estas páginas la noticia de una nueva librería en Valencia. No llegaba para ser una más, y en este tiempo ha dado sobrados ejemplos de ello, tantos como para que incluso la Administración haya tenido que reconocerlo.


Sin embargo, la contundencia de las cuentas ha hablado, y Bibliocafé cierra.

Esta (última) mañana he podido pasar por allí para saludar en persona a José Luis Rodríguez.

Lo triste no es ya que cierre una librería, sino que lo haga el centro cultural que realmente es lo que era Bibliocafé. Señal de que quienes integran el ‘mercado’ no lo consideran necesario para ellos; o de que quienes orientan al ‘mercado’ lo ven inútil (y, posiblemente, incluso peligroso).


Ésta y otras anotaciones darán fe de este día, en la esperanza de que, en algún momento, cuando despertemos… siga ahí, y llenemos de nuevo las mesas.

Créditos:
Fotografía del diploma acreditativo del premio “a la librería más innovadora en 2012, expuesto en el local, esta mañana, del autor.
Fotografía de parte del local esta mañana temprano, del autor.

domingo, 12 de enero de 2014

Estamos…

… que nos salimos.


Tendré que acercarme yo también, ya puestos…

Créditos:
Viñeta de Puebla, publicada en D7, suplemento de ABC el 20 de enero de 2008, de la hemeroteca del autor.

jueves, 9 de enero de 2014

¡A desayunaaaar!


(Lástima que cuando yo pasé por ahí, era más bien la hora de comer.)

Créditos:
Fotografía del escaparate de Tiffany&Co. en la Goethestraße, en Francfort del Meno, en enero, del autor.

martes, 7 de enero de 2014

Saliendo por ahí

Sí, ya sabemos que Zara tiene una importante implantación en el extranjero,…


… pero no hace falta ponerlo tantas veces en los escaparates.

Créditos:
Fotografía de uno de los no sé cuántos locales de Zara (éste, en la Große Bockenheimer Straße) que hay en Fráncfort del Meno, en enero de 2014, del autor.

Spoken un poken

Pensó Yahvé: «(…) Confundamos su lenguaje, de modo que no se entiendan entre sí.» Y desde aquel punto los desperdigó Yahvé por toda la faz de la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. Por eso se la llamó Babel, porque allí embrolló Yahvé el lenguaje de todo el mundo, y desde allí los desperdigó Yahvé por toda la faz de la tierra.

Luego, con el tiempo, aparecieron los traductores, e incluso la gente se decidió a aprender idiomas.


Bueno, un poco.

Créditos:
Extracto del Génesis (11, 6-9), tomado de la Nueva Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada, editada en 1998 por Desclée De Brouwer, de la biblioteca del autor.
Fotografía de un cartel en un comercio de Fráncfort del Meno, en enero de 2014, del autor.

sábado, 28 de diciembre de 2013

Comercios… pacientes

Un total de 46 establecimientos comerciales de la ciudad conforman la "Guía de comercios Emblemáticos de Valencia" que agrupa las firmas con más de 50 años de antigüedad que han mantenido el carácter original de su aspecto exterior o interior acompañado de una cuidada estética del momento, y han seguido en el mismo emplazamiento dentro de la misma rama comercial.

Es digno de reconocimiento que, tras las sucesivas crisis que ha sufrido la economía española desde 1973 (por no hablar de la primera mitad del siglo XX), haya comercios (básicamente familiares), que, pacientemente, se mantengan abiertos ininterrumpidamente más de 50 años.

En este sentido, la iniciativa del Ayuntamiento no es que ayude mucho, pero algo es.

Sin embargo, bien podría ser más útil para los comercios homenajeados (y para sus clientes).

En la nota de prensa se incluye un enlace al listado de los comercios emblemáticos. En efecto, se trata de una lista, pero no sé quién habrá sido la persona lista que la habrá diseñado, pues no figura ni el ramo del comercio (aunque se pueda deducir en algunos caso por el nombre), ni la dirección, limitándose a agruparlos por distritos municipales, los cuales, si ni siquiera los mismos vecinos de Valencia los conocen, cabe imaginar los turistas.

No obstante, en la misma nota se hace referencia a otra página (también auspiciada por el Ayuntamiento), donde “podrá consultarse” lo relativo a esta campaña.

Pues bien, a fecha de hoy, he sido incapaz de encontrar nada al respecto en dicha página.

¡Qué diferencia con el sencillo folleto con que nos encontramos en Madrid, hace años, en relación con los locales de hostelería centenarios!

Créditos:
Fotografía de un cartel publicitario de la campaña, en una calle de Valencia, en diciembre de 2013, del autor.
Extracto del inicio de la nota de prensa municipal sobre el asunto.

domingo, 20 de octubre de 2013

Esperanza en renacer

Según me comentaron en la Feria de Otoño del Libro Viejo y Antiguo una de las librerías que estaban para cerrar era la Librería El Renacimiento, en la calle de las Huertas.

Al día siguiente, poco antes de comer, de regreso hacia el hotel, pude pasarme por ella, y visitarla.

Me atendió muy amablemente el propietario, quien me comentó que tras 34 años ya era hora de un descanso, aunque siempre se ve ese momento con pena. Sin embargo, aun habiendo tomado la decisión, la ilusión del día a día le absorbía de tal manera que todavía no había movido el tema del posible traspaso, aunque el tema sí era más o menos conocido en el mundillo.

Mundillo que, también me confirmó, aún seguía suficientemente vivo (no, ya no es lo que era hace veinte años, no), pero sí mejor que el conjunto de las librerías digamos ‘de nuevo’; al menos, el negocio permitía mantener una vida digna a una persona, y es que, en este caso, la ubicación ayuda mucho.

La librería, en lo que yo vi, consta de dos pequeñas salas, acordes en tamaño con lo que anuncia la puerta de entrada: una primera, que acoge al visitante, y una segunda, a continuación, tras un hueco sin puerta. En ambos casos, las estanterías, como toca, hasta el techo, que alto, lo es un rato.

En las pausas de la conversación, yo ojeaba los estantes hasta donde alcanzaba nítidamente a ver, zona que también quedaba al alcance de mis manos, por lo que al final acabé generando algunos huecos en los anaqueles.

Con la llegada de otro cliente, acabé mi visita, confiando en que la próxima vez que me acerque por ahí pueda, nuevamente, entrar, saludar y salir con otros libros.

Créditos:
Fotografía de la fachada de la Librería El Renacimiento, en la calle de las Huertas, en Madrid, en octubre de 2013, del autor.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Nuevas historias de los viejos y antiguos

El jueves de la pasada semana, como estaba sobre aviso, me pude pasar por la XXV Feria de Otoño del Libro Viejo y Antiguo, en el Paseo de Recoletos, en Madrid. No tuve problemas con el horario… pues se esperaron a abrir las casetas a que llegara a Madrid.

Como en el caso de Santander, también había librerías de Valencia: además de las que allí estuvieron (El Asilo del Libro, Maestro Gozalbo y Al Tossal), también estaban Auca, Russafa y El Carabo.



Pude hablar un ratito con la responsable de la librería Clío, que, con ese nombre, no podía estar sino casi al lado de la Real Academia de la Historia, en la calle León,… hasta que tuvo que cerrar, por, entre otras cosas, el coste fijo que representaba el alquiler (posibilitando que el local haya pasado a estar ocupado por… una casa de tatuajes). Ahora sólo funciona por internet (en IberLibro y uniliber) aunque mantiene la presencia en las ferias de primavera y otoño en Madrid. Me comentó lo difícil que está la supervivencia en el sector, pues de hecho, según le entendí, de varias librerías de viejo que había en la calle León sólo aguanta Gulliver, y que también en la de Huertas estaba para cerrar alguna que otra.

También pude saludar, en Madrid, al responsable de El Asilo del Libro, de Valencia. Me comentó que no es lo que era, pero que al menos estos días el tiempo acompañaba y se conseguía hacer algo.

Como uno se puede imaginar, no me acerqué por la Feria sólo para hablar, sino que también compré algo en un par de casetas.


Una de ellas, era el destino, de Valencia.

Créditos:
Imagen del cartel de la Feria, tomado del díptico de promoción de la misma.
Fotografías de una vista general del Paseo con casetas y fuente, y de las casetas donde adquirí varios libros, el jueves 10 de octubre, del autor.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Sugerencia de presentación

Aunque en realidad, la expresión del título no se refiere exactamente a aquella presentación, que lo que se dice sugerir, sí lo ha hecho. Y a quien le encanta el café, puede disfrutarlo, además de en otros lugares, en casa.


(Valencia se habrá quedado sin ser subsede olímpica para deportes náuticos, pero no sin gente con ideas para navegar… por internet.)

Créditos:
Imagen de tazas de café relajante, tomada de la noticia publicada en Las Provincias en su página de internet.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Una película a los postres

Si bien en estas páginas hemos criticado desfavorablemente alguna que otra campaña publicitaria, en esta ocasión la crítica es positiva. Por los dos aspectos, en cuanto a la foma y en cuanto al objeto.


Como pude apreciarse, la campaña se basa en el juego entre «cena» y «cine» (el orden de la promoción es éste), y en el archifamoso cartel de la película Tiburón.

Por otro lado, es una manera de fomentar la asistencia al cine sin necesidad de subvenciones públicas.

Lástima que se acabe hoy.

Créditos:
Imagen del anverso del folleto de la promoción.

viernes, 19 de abril de 2013

Libros con cuentas

Dentro de una semana comienza en Valencia la Feria del Libro. Lo nuevo para este año es… la novedad de que no salen las cuentas.

Y es que, según se ha publicado, el sector del libro se encuentra con una importante disminución en el volumen de ventas (un 40% en lo que llevamos de crisis, parece). A ello, hay que añadir que los índices de lectura tampoco son nada del otro mundo (parece que el índice de la Comunidad Valencia es tres puntos inferior a la media nacional, aunque no sé en qué unidades está medido, ni cómo, el índice en cuestión).

Otra cosa que sale también en las cuentas es el tema de las subvenciones y ayudas institucionales, aspecto sobre el que siempre se puede decir aquello de que “quien quiera peces, que se moje el culo”.

El sector del libro está capeando la crisis porque está acostumbrado a contar con pocos medios y, desde siempre, aplican a rajatabla el emprendedurismo [sic]. Los libreros saben que deben renovarse. (…)
Pese a la coyuntura económica sólo se han cerrado cuatro o cinco librerías en la provincia de Valencia, que se compensa con la apertura de otras tantas. Aún así desde la organización del certamen literario enfatizó en la necesidad de proteger a las librerías.

“[El presidente de la Associació d’Editors del País Valencià, Jesús] Figuerola ha insistido en que "los libros hay que comprarlos en las librerías y no en las grandes supeficies, y además hay que promocionar las librerías de proximidad, las de pueblos y barrios".

Ante lo cual uno no puede sino pensar en que, tal vez,:
- da la impresión de que los libreros quieran clientes, en vez de clientela, lo que no es exactamente igual.
- la clientela, en lo que veo por ahí, no se mueve por aquello que puede encontrar en otro sitio, no ya más barato, sino, tal vez, más fácilmente, que es la ventaja de las ‘grandes superficies’.
- si las librerías se limitan a ofrecer lo que les llega en las cajas del reparto de los distribuidores, vista una librería, vista todas.
- la clientela es de la tienda, del tendero; es decir, precisamente de aquello que hace un establecimiento totalmente distinto y diferente de los restantes.

Y por ello, la renovación tendrá que venir de la mano de la diferenciación: sea por añadir a la actividad de venta, la de editorial (como París-Valencia); sea por establecer una vinculación más personal a través de un Club de Lectura (como Casa del Libro); sea por ir más allá y convertirse, como BiblioCafé, más que en una librería, en un centro cultural con numerosas actividades, como bien suele reseñar caraguevo.

Sé que no es nada fácil pero consolidado el comercio en internet, y con el arranque de los libros electrónicos, creo que es el único camino.

Créditos:
Extracto del artículo de Carmen Velasco en Las Provincias.
Extracto de la noticia publicada en la página de la Feria del Libro de Valencia.

miércoles, 30 de enero de 2013

Abierto, pues el tema está cerrado

A esta hora, abrían hace diez días casi todos los centros de El Corte Inglés en Valencia capital. Era domingo, y se trataba del primer domingo fuera de temporada que tenía autorizada la apertura de parte del comercio valenciano.

La causa última de ello es el acuerdo de la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Valencia del día 7 de diciembre de 2012, que, en pleno puente, para dar ejemplo, decidió, para cuatro ámbitos de la ciudad, pedir al Gobierno de la Generalidad de Valencia “la declaración como Zona de Gran Afluencia Turística en la ciudad de Valencia, lo que en la práctica conlleva libertad de horarios comerciales”.

Un mes después (justo pasado el tradicional periodo de fiestas navideñas), el día 7 de enero de 2013, la directora general de Comercio y Consumo firmaba la correspondiente resolución favorable a lo solicitado. La resolución salía publicada en el Diario Oficial de la Comunidad Valenciana (más conocido como DOCV) el viernes 11 de enero, justo a tiempo para poder abrir el domingo día 13… si no fuera por el hecho de que ese domingo ya estaba autorizada la apertura del comercio por el reciente inicio de las rebajas de invierno (antes, de enero).

Por eso, el primer día en que pudo apreciarse la medida fue, como ya he señalado más arriba, el domingo día 20.

En la citada resolución se expresan las características de las zonas que permiten la aplicación de estos criterios comerciales. Así, en relación con la zona centro de la ciudad, se dice: “En la zona de Ciutat Vella y L’Eixample también se ubican bienes de interés cultural integrados en el patrimonio histórico de la ciudad, además de constituir un área con un marcado atractivo de turismo de compras, tal como señala la letra f) del artículo 5.4 de la ley 1/2004”. Hago gracia al lector de lo que se dice de las otras zonas, y en especial, de la Zona 4, denominada Zona comercial deportiva y terciaria Norte, Estadio Ciutat de València.

Sin embargo, como en todo aquello que no deja de resultar discrecional, se presentan cosas curiosas. Por ejemplo, veamos el Tramo 3 de la Zona 1, denominada Jardín del Turia.


El plano que se acompaña es el que figura en la noticia publicada en diciembre por el Ayuntamiento de Valencia en su página de internet. Sobre la imagen correspondiente, he destacado en azul el contorno de un centro de El Corte Inglés y del Centro Comercial Aqua. Como es de esperar, ambos están dentro del perímetro y por tanto, tienen autorizada su apertura en domingos y festivos.

La foto que acompaña estas líneas muestra la perspectiva de la calle Luis Bolinches Compañ, hacia los antedichos centros comerciales (al fondo, a la derecha), y está tomada, más o menos, desde el eje de la calle, es decir, por donde pasa el perímetro de la zona autorizada (vamos, donde está el círculo rojo en el plano de más arriba).

La gran ventaja de estas delimitaciones es que los comercios de moda de la acera de la izquierda… están fuera. Sus gestores podrán ver desde los establecimientos de hostelería (que sí pueden abrir), cómo sus potenciales clientes se van a otras tiendas.

Otra opción que tienen es ir al parquecito de enfrente (a la derecha de la foto), el cual sí queda dentro de la zona autorizada. Incluso, ya en defensa y promoción de la cultura, podrán ir al Conservatorio Municipal o a los colegios de la zona (marcados sus contornos en verde), que también podrán abrir los domingos y festivos pues quedan dentro de la zona autorizada.

Los colegios y parques y jardines, sí; muchas tiendas, justo enfrente de los centros comerciales, no.

Pero bueno, todo es cuestión de organizarse, ¿no? Por ejemplo, a principios de la semana en cuestión, muchos trabajadores de El Corte Inglés aún no sabían si tendrían que trabajar ese domingo o no; ahora ya lo saben, y también las condiciones que son… que no hay.

Nota 1:
Se ve que el éxito de la medida el domingo 20 fue tal que ya se pudo apreciar el mismo sábado 19.

Nota 2:
Por si alguien tiene interés en saberlo, parece que también incluso en la Zona 4 tuvo éxito la medida.

Nota 3:
Como cosa dejémoslo en humorística, en relación con el tramo 3 de la Zona 1 con autorización para abrir los domingos, la Parroquia de los Mártires Valencianos queda… fuera.

Créditos:
Imagen del plano del documento municipal, tomado de la noticia correspondiente, sobre la que los lugares reseñados en la anotación han sido marcados por el autor.
Fotografía de la perspectiva de la calle Luis Bolinches Compañ, en Valencia, desde el eje de la calle, en enero de 2013, del autor.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Oportunidad de negocio

Vista la gran noticia del día de ayer, fieles a su filosofía económica, en Libertad Digital han encontrado una oportunidad de negocio.

Créditos:
Detalle de la portada de Libertad Digital de hoy.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Bienvenidas sean las alternativas

En su momento clamé ante la falta de espacio para poder colocar adecuadamente los libros que adquirí en Londres, aunque varios de ellos me mostraron lugares que podían cumplir tal propósito.

Sin embargo, en el mismo viaje pudimos ver un par de sitios que parecían ofrecer acomodo, aunque es cierto que no preguntamos.

Uno es el Hotel Savoy, directamente en su vestíbulo de entrada.




El otro no tiene nada que ver: se trata de un ‘sandwich bar’ con comida para llevar, de idiosincrasia libanés-mediterránea, en Earl’s Court Road.

Y el caso es que no tenía por qué irme tan lejos, pues esta pasada semana la persiana recién decorada me ha recordado que también dispone de biblioteca una peluquería cercana a casa.

(Y encima, mientras preparaba esta anotación, S.Cid ha publicado otra haciendo referencia a una curiosa iniciativa artística y de planteamiento sobre ‘mini-bibliotecas’, de la que nos informó ayer Ana Laura en su diario.)

Créditos:
Fotografías de las bibliotecas mencionadas, reales o pintadas, de septiembre y noviembre de 2012, del autor.