Si bien en estas páginas
hemos criticado desfavorablemente alguna que otra campaña publicitaria, en esta
ocasión la crítica es positiva. Por los dos aspectos, en cuanto a la foma y en cuanto
al objeto.
Como pude apreciarse, la
campaña se basa en el juego entre «cena» y «cine» (el orden de la promoción es éste),
y en el archifamoso cartel de la película Tiburón.
Por otro lado, es una manera de fomentar la asistencia al cine sin necesidad de subvenciones públicas.
Lástima que se acabe hoy.
Créditos:
Imagen del anverso del
folleto de la promoción.
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