“Subió
al monte y llamó a los que él quiso; y vinieron junto a él. Instituyó doce,
para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar
los demonios. Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre de Pedro; a
Santiago el Zebedeo y a Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso por nombre
Boanerges, es decir, hijos del trueno; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás,
Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y Judas Iscariote, el mismo que
le entregó.”
Salvo error, ésta es, junto con la
equivalente en Mateo y Marcos, la única mención que se hace en los Evangelios de
la figura de San Bartolomé; es decir, el momento en que pasa a formar parte del
conjunto de los Doce Apóstoles.
Según la tradición, evangelizó en Arabia
y Mesopotamia, y finalmente, en Armenia , por orden del rey, sufrió martirio, siendo
desollado.
Prácticamente nada se conoce, pues, de
San Bartolomé: es elegido por Jesús, acude a la llamada, y entrega su vida por Él.
Pero es suficiente, ¿no?
Créditos:
Extracto del Evangelio según San Lucas (3, 13-19), tomado
de la Nueva Biblia de Jerusalén,
revisada y aumentada, editada en 1998 por Desclée De Brouwer.
Fotografía del Martirio de San Bartolomé, óleo sobre
lienzo, obra de Vicente Inglés, regalo de éste a la Catedral de Valencia en 1791, situado junto a la Puerta de los Apóstoles, en agosto de 2013, del autor.
El otro nombre de Bartolome es Natanael, según nos dijo el cura en la homilía ese día. Así que algo más se sabe: que según Jesús era un israelita sin engaño. Y que algo pasó debajo de una higuera (espero llegar al Cielo para preguntarlo)
ResponderEliminarSantiago, bienvenido a este blog.
ResponderEliminarGracias por el comentario, que me ha permitido publicar una anotación que lo desarrolla y complementaria a ésta.
Aunque ahora ya no tengas necesidad de preguntar lo de la higuera, no dejes por eso de ir al Cielo, ¿eh?
Un saludo.