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sábado, 24 de octubre de 2009

D3A

Hace algo más de cinco años, con la excusa de la onomástica de mi segundo nombre, una amiga me regaló El ocho, de Katherine Neville. Aunque el libro es interesante y atrapa (de hecho, aprovechando que al día siguiente era domingo, me leí la mitad del libro), no lo recuerdo ahora para hacer una reseña, sino para hacer referencia a uno de los personajes pueblan la trama: se trata de la persona real de A.D. Philidor, maestro del ajedrez.

Esta persona escribió la obra Analyse du jeu des échecs, cuya segunda edición, “considérablement augmentée”, se publicó, en francés, en Londres en 1777. No sé si hubo una anterior, pero sobre 1916 publicó José Paluzie y Lucena su obra Primer libro del ajedrecista, en la que se incluía una traducción de la de Philidor.



Aunque hubo obras, también españolas, muy anteriores, como por ejemplo, la del famosísimo Ruy López (y su apertura Ruy López o española), titulada Libro de la invención liberal y arte del juego del axedrez. Publicada en Alcalá en 1561, se encuentra disponible en edición facsimilar publicada por París-Valencia. O, por ejemplo, El libro de los juegos, de mediados del siglo XIII, del rey Alfonso X el Sabio.



Sin embargo, entre el rey y el resto de los maestros y expertos mencionados se produjo un cambio importante en las reglas del ajedrez. Cambio cuyo ejemplo es el título de esta anotación, jugada integrante de la antedicha apertura Ruy López: el movimiento de la reina o dama (D) hasta el tercer escaque de la columna del alfil (del rey) supone un desplazamiento en diagonal a una casilla no contigua (en concreto, dos casillas).

Como ya he comentado por aquí, finalmente conseguí las entradas para asistir al simposio internacional sobre ajedrez y al “match” entre Karpov y Kasparov”. Sin embargo, sólo el primer día pude asistir a las sesiones del simposio.

Las ponencias de ese día, precisamente, hacían honor al lema del simposio: “Valencia. Cuna del ajedrez moderno”. Y es que, mientras que en sus orígenes, la dama tenía un desplazamiento similar al del rey, parece que, según la documentación disponible, fue en Valencia donde se modificó la regla, haciendo que la dama se desplazara en todas las direcciones, filas, columnas, o en diagonal, sin más límites que los propios del tablero o la presencia de alguna otra pieza.

Según expone José Antonio Garzón, “el documento original donde se crea la Dama o Reina y en el que por primera vez se describe su movimiento es el poema 'Schachs d’amor', de 1475, aunque no menos importante es el 'Llibre del jochs partitis del schachs', obra del segorbino Francesch Vicent, el primer tratado de ajedrez publicado en el mundo”. Es más, incluso hay un aspecto, al menos, emocionante, pues el libro de Vicent “probablemente sirvió para dar clases a Lucrecia Borgia”.

En resumen, esta obra “es el santo grial del ajedrez”, y “hablar del origen valenciano de este deporte, qué duda cabe, es reivindicar el nacimiento del ajedrez moderno para España y hacerlo también del que probablemente es el mayor acontecimiento cultural valenciano de todos los tiempos, pues cada día que pasa su legado se engrandece.

La última ponencia del día tenía por título “La grandeza de la nueva dama poderosa valenciana”, y señalaba como posible referencia para esta dama poderosa del ajedrez la “dama poderosa” que esos años representaba la reina Isabel la Católica.

En resumen, no puede decirse que lo aportado por estas ponencias no fuera, cuanto menos, curioso.

Y tras una breve pausa,… comenzó el match.