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domingo, 25 de enero de 2015

Una vela por la Luz

En la misa de esta noche ha comentado el sacerdote que el Santo Padre había pedido que pusiéramos una vela encendida en una ventana, a partir de las nueve, como muestra de solidaridad con nuestros hermanos católicos (y en general, cristianos) que están siendo perseguidos por su fe en tantos países de este mundo.


Y una oración, claro.

martes, 30 de diciembre de 2014

La ciencia y el arte de un belén

El belén que instalaba Pedro Ródenas en la Catedral, este año, parece que debido a obras en la misma, ha tenido que emigrar. No hasta Egipto, sino más cerca, a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, y como la Sagrada Familia a la sombra de una palmera (bien descansando, bien ocultándose), se ubica a la sombra, lógicamente, del Umbracle; bueno, algo más de sombra, pues en realidad está debajo de él, bajo los arcos, enfrente del Museo de las Ciencias.


Me ha gustado la figura conjunta de la Sagrada Familia, con el Niño abrazado por su Madre la Virgen, y ésta, a su vez, protegida por San José.

No sé si la figura es nueva de este año o no, pero la que sí lo es es el castillo en lo alto de la montaña, una recreación de la fortaleza de Masada a partir del castillo de Ayora, localidad de donde es Pedro Ródenas.


Créditos:
Fotografías de la figura de la Sagrada Familia y del castillo-fortaleza de Masada, en el belén realizado por Pedro Ródenas esta Navidad de 2014, hoy, del autor.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Feliz Navidad


(Y aunque reflexionemos sobre este Misterio, no estemos tanto tiempo -como para que cuaje el polvo sobre nosotros-, y actuemos en consecuencia.)

Créditos:
Fotografía del belén instalado en mi casa, junto al que está una representación de El pensador, de Rodin, hoy, día de Nochebuena de 2014.

lunes, 11 de agosto de 2014

Perseguidos por Su causa

Gracias a Elentir me entero (y siguiendo sus ruegos, hago también aquí pública) de la convocatoria realizada por HazteOir.org / MasLibres.org para rezar por los cristianos perseguidos y masacrados en Iraq y en todo Oriente Próximo.

El acto de oración tendrá lugar este próximo miércoles, día 13, entre las 19:30 y las 20:30, ante la Embajada de Iraq ante el Reino de España, en Madrid, en la c/ Carril del Conde, 56 (allá por la Ciudad Lineal – metro de Arturo Soria).

Así pues, por favor, quien pueda acercarse, pues que lo haga; y los que no podamos, ya sabemos que las oraciones no dependen del lugar concreto desde el que suban hacia Dios.

Nota:
En el lugar del acto de oración se repartirán hojas con la letra nun, del alfabeto árabe, inicial de 'nazareno', palabra con la que genéricamente se refieren a los cristianos, y, en concreto, ahora y en estos lugares, se identifican a los cristianos avisándoles de que son objeto de persecución (rememorando el abominable uso que de la Estrella de David se hizo -y se hace- por los nacionalsocialistas). Como consecuencia de esto, se ha generalizado en internet el uso de dicha letra como apoyo a los cristianos perseguidos, y así hago yo aquí, tomando del grafismo de la anotación de Elentir enlazada..

domingo, 20 de abril de 2014

«¿Por qué buscáis entre los muertos…


… al que está vivo?»

¡ALELUYA!

Créditos:
Entre el título y el cuerpo, transcripción parcial del Evangelio según San Lucas (24, 5), tomada de la Nueva Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada, editada en 1998 por Desclée De Brouwer, de la biblioteca del autor.
Fotografía de la Resurrección del Señor, altorrelieve de alabastro de Gregorio de Biguerny (principios del siglo XVI), en la Capilla de la Resurrección, en la Catedral de Valencia, en agosto de 2010, del autor.

jueves, 17 de abril de 2014

Non mea voluntas, sed tua fiat

Se apartó de ellos como un tiro de piedra, y puesto de rodillas oraba diciendo: «Padre, si quieres, aparta de mí este copa; pero no se haga mi voluntad sino la tuya.» Entonces se le apareció un ángel venido del cielo que le confortaba. Y sumido en agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra.

Créditos:
En el título, transcripción de la segunda mitad del versículo 42 del capítulo 22 del Evangelium secundum Lucam, tomada de la Biblia Vulgata, en edición de Colunga-Turrado, publicada por Biblioteca de Autores Cristianos (duodécima edición, de 2005), de la biblioteca del autor.
Transcripción del Evangelio según San Lucas (22, 41-44), tomada de la Nueva Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada, editada en 1998 por Desclée De Brouwer, de la biblioteca del autor.
Fotografía de la Oración del huerto, óleo sobre tabla de Felipe Pablo de San Leocadio, de la primera mitad del siglo XVI, en el Museo de Bellas Artes San Pío V, en Valencia, en mayo de 2013, del autor.

viernes, 11 de abril de 2014

Y ahora, ¿dónde los pongo?: Aunque de hace tiempo, es su tiempo

Cuestiones de la reciente Historia.









Y cuestiones de la Historia de siempre.

Créditos:
Cubiertas de los libros en cuestión.

martes, 25 de marzo de 2014

Non morietur in aeternum





Yo soy la resurrección y la vida.

El que cree en mí, aunque muera, vivirá;

y todo el que vive y cree en mí,

no morirá jamás.




Créditos:
En el título, transcripción de la segunda mitad del versículo 26 del capítulo 11 del Evangelium secundum Ioannem, tomada de la Biblia Vulgata, en edición de Colunga-Turrado, publicada por Biblioteca de Autores Cristianos (duodécima edición, de 2005), de la biblioteca del autor.
Transcripción del Evangelio según San Juan (11, 25-26), tomada de la Nueva Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada, editada en 1998 por Desclée De Brouwer, de la biblioteca del autor.
Fotografía de la Resurrección de Cristo, óleo sobre tabla de Llorenç Saragossà, de finales del siglo XIV, en el Museo de Bellas Artes San Pío V, en Valencia, en mayo de 2013, del autor.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Justo… y ejemplo

Su marido José, que era justo.

El ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.»

Despertado José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado.

Créditos:
Extractos de Evangelio según San Mateo (1, 19; 1,20-21 y 1, 24), tomados de la Nueva Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada, editada en 1998 por Desclée De Brouwer, de la biblioteca del autor.
Fotografía de Sueño de San José, óleo sobre lienzo de Mariano Salvador Maella, en el Museo de Bellas Artes San Pío V, de Valencia, en agosto de 2012, del autor.

martes, 18 de marzo de 2014

Unas citaciones de hace siete siglos

Una hoguera terrible levantaron
para suplicio de su ilustre vida,
y el alto honor de ser primera ofrenda
cada Templario merecer quería:
entonces llega, y sube el gran Maestre:
su noble frente pareció vestida
con mil rayos de gloria y esperanza:
y como aquel mortal que el Cielo inspira
se pone á orar en ademan sublime,
y con terrible voz así se explica:
"Ninguno de nosotros hemos sido
”traydor á Dios, ni al Rey que nos castiga:
”franceses, acordaos de mis acentos,
”nuestra sentencia ha sido una injusticia
”estamos y morimos inocentes:
”mas el Divino Juez, que el Cielo pisa,
”jamás el oprimido implora en vano:
”ante él mi voz, Pontífice, te cita:
”allá parecerás de esta sentencia
”á dar razon á los quarenta dias."
Todos se extremecieron á estas voces;
pero la admiracion y horror crecian,
quando dixo: " ó tú, Felipe, Rey amado,
”en vano te perdono; pues tu vida
”dentro de un año pagará el tributo,
”y ante Dios se verá nuestra justicia."
Entonces el Concurso numeroso
lágrimas tristes sobre vos vertia,
y sobre los Templarios: conmovido
un terror fuerte á todos desanima:
se advierte un gran silencio, y la venganza
parece que del Cielo descendia.
Trémulos y pasmados los verdugos
ponen el fuego, y huyen de la vista:
un humo espeso al cadalso oculta;
y obscurece del sol la luz divina:
en fin , se vió la llama, y los Templarios
con sangre heroyca sus verdades firman.
Ya na se vieron mas; pero sus voces
magestuosas el concurso oía,
entonando alabanzas al Eterno,
que con la llama al Cielo se encaminan.

Aunque llevaba ya tiempo encarcelado, Jacques de Morlay no fue ejecutado hasta tal día como hoy, un 18 de marzo, pero de 1314, hace justo siete siglos.

O no.

Porque incluso en cuándo fue, el Temple trae misterio.

Sobre la persona del gran Maestre hay varias opiniones entre los historiadores: unos dicen que fué condenado á morir quemado con los demas compañeros el año de 1310; otros, que él fué uno de los que confesaron los delitos que les imputaban; otros, que el hermano del Delfin, y otros Caballeros, juntos con el gran Maestre, no fueron castigados hasta despues del Concilio general; de suerte, que son tantos los pareceres de los historiadores que han escrito de los Templarios, que no vemos que un asunto referido por muchos vengan los, unos conformes con los pareceres de los otros. Yo que me he propuesto averiguar la verdad de los hechos que ocurrieron en aquel tiempo, siguiendo el mejor parecer; debo hacer las reflexiones siguientes. Por lo que, hace á la suerte que les cupo á los Templarios de Francia, ya queda probado fueron condenados la mayor parte á un horroroso suplicio, conforme á las ideas de su Rey: por lo que hace al tiempo en que esto sucedió, todos los mas convienen en que fué el año de 1310; y por lo que hace al gran Maestre general podemos hacer la siguiente reflexion. En primer lugar, no es creible que habiéndose de juntar un Concilio general para juzgar á toda la órden, cuyo Concilio se concluyó en mayo del año de 1312, pereciese el gran Maestre antes de saber si seria absuelta ó condenada su órden: sabemos tambien de positivo, que fué llamado el gran Maestre al Concilio general, y preguntado si queria tomar la defensa de su órden, como llevamos dicho. En segundo lugar ,que al tiempo de fenecer en las llamas emplazó al Papa y al Rey ante el Tribunal Supremo en el término de un año, y que se .verifica por el catálogo de los grandes Maestres que tuvo la órden, haber muerto Jacovo Nolai; gran Maestre que era entonces el año de 1313, á ultimos de noviembre; en la vigilia de San Gregorio Papa, á los siete años de ser gran Maestre general de toda la órden.

Ahora bien, San Gregorio Papa, como tal, entiendo que sería San Gregorio Magno, cuya festividad no se ha celebrado en noviembre, sino que ahora es en septiembre, y en aquel entonces, según el Vetus Ordo, era el 12 de marzo.

Si así fuera, hay que tener en cuenta otra circunstancia:
Aqui es preciſo advertir, que quaſi los mas de los Autores Eſpañoles han errado·en la computacion del tiempo en que ſe celebrò eſte Conſiſtorio, y demàs Actos, que le ſubſiguieron; y dà motivo efte error, el que comenzando los Franceſes deſde la Paſqua el computo de ſus años, que llaman de la Encarnacion, tres meſes quaſi deſpues de los años vulgares, lo que ſucedia en ellos, para el orden de contar en Eſpaña, ſerìa del año que empieza, y, en Francia del que acaba.

Con lo que el 11 de marzo, víspera de San Gregorio, sería en Francia a finales de 1313, y en España a principios de 1314.

Otra circunstancia a considerar es que, cuarenta días después del 11 marzo está el 20 de abril, en ambas cuentas en el año 1314. Y justo ese día es cuando falleció el Papa Celestino V.

Créditos:
Extracto de la exposición que hace el personaje del CONDESTABLE ante la REINA y el REY de Francia (Acto quinto, escena octava), al final de Los Templarios, tragedia de Monsieur Raunouard, según traducción anónima, incorporada en la edición de Historia y tragedia de los Templarios, de Santiago López; y extracto del Discurso Quarto, de la referida obra de Santiago López, publicada en Madrid en 1813, tomados de la edición facsimilar realizada por París-Valencia en 1998 (pp. 76-77), de la biblioteca del autor.
Extracto de la Dissertacion VIII Tratase de la extincion de los Templarios, y en què tiempo sucediò; y se dàn noticias de la celebracion del Concilio general de Viena en Francia, de la obra Dissertaciones historicas del orden, y cavalleria de los Templarios, de Pedro Rodriguez Campomanes, publicada en Madrid en 1747, tomado de la edición facsimilar realizada por París-Valencia en 1998, de la biblioteca del autor.

viernes, 14 de marzo de 2014

Setenta y siete veces siete

Con viva preocupación y con asombro creciente venimos observando, hace ya largo tiempo, la vía dolorosa de la Iglesia y la opresión progresivamente agudizada contra los fieles, de uno u otro sexo, que le han permanecido devotos en el espíritu y en las obras.

La experiencia de los años transcurridos hace patentes las responsabilidades y descubre las maquinaciones que, ya desde el principio, no se propusieron otro fin que una lucha hasta el aniquilamiento. En los surcos donde nos habíamos esforzado por echar la simiente de la verdadera paz, otros esparcieron —como el inimicus homo de la Sagrada Escritura (Mt 13, 25)— la cizaña de la desconfianza, del descontento, de la discordia, del odio, de la difamación, de la hostilidad profunda, oculta o manifiesta, contra Cristo y su Iglesia, desencadenando una lucha que se alimentó en mil fuentes diversas y se sirvió de todos los medios. Sobre ellos, y solamente sobre ellos y sobre sus protectores, ocultos o manifiestos, recae la responsabilidad de que en el horizonte de Alemania no aparezca el arco iris de la paz, sino el nubarrón que presagia luchas religiosas desgarradoras.

Venerables hermanos, Nos no nos hemos cansado de hacer ver a los dirigentes, responsables de la suerte de vuestra nación, las consecuencias que se derivan necesariamente de la tolerancia, o peor aún, del favor prestado a aquellas corrientes.

Sin embargo, el fin de la presente carta, venerables hermanos, es otro. Como vosotros nos visitasteis amablemente durante nuestra enfermedad, así ahora nos dirigimos a vosotros, y por vuestro conducto, a los fieles católicos de Alemania, los cuales, como todos los hijos que sufren y son perseguidos, están muy cerca del corazón del Padre común. En esta hora en que su fe está siendo probada, como oro de ley, en el fuego de la tribulación y de la persecución, insidiosa o manifiesta, y en que están rodeados por mil formas de una opresión organizada de la libertad religiosa, viviendo angustiados por la imposibilidad de tener noticias fidedignas y de poder defenderse con medios normales, tienen un doble derecho a una palabra de verdad y de estímulo moral por parte de Aquel a cuyo primer predecesor dirigió el Salvador aquella palabra llena de significado: Yo he rogado por ti para que no desfallezca tu fe, y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos (Lc 22,32).

Quien, con una confusión panteísta, identifica a Dios con el universo, materializando a Dios en el mundo o deificando al mundo en Dios, no pertenece a los verdaderos creyentes.

En vuestras regiones, venerables hermanos, se alzan voces, en coro cada vez más fuerte, que incitan a salir de la Iglesia; y entre los voceadores hay algunos que, por su posición oficial, intentan producir la impresión de que tal alejamiento de la Iglesia, y consiguientemente la infidelidad a Cristo Rey, es testimonio particularmente convincente y meritorio de su fidelidad al actual régimen. Con presiones ocultas y manifiestas, con intimidaciones, con perspectivas de ventajas económicas, profesionales, cívicas o de otro género, la adhesión de los católicos a su fe —y singularmente la de algunas clases de funcionarios católicos— se halla sometida a una violencia tan ilegal como inhumana. Nos, con paterna emoción, sentimos y sufrimos profundamente con los que han pagado a tan caro precio su adhesión a Cristo y a la Iglesia; pero se ha llegado ya a tal punto, que está en juego el último fin y el más alto, la salvación, o la condenación; y en este caso, como único camino de salvación para el creyente, queda la senda de un generoso heroísmo. Cuando el tentador o el opresor se le acerque con las traidoras insinuaciones de que salga de la Iglesia, entonces no habrá más remedio que oponerle, aun a precio de los más graves sacrificios terrenos, la palabra del Salvador: Apártate de mí, Satanás, porque está escrito: al Señor tu Dios adorarás y a El sólo darás culto (Mt 4,10; Lc 4,8). A la Iglesia, por el contrario, deberá dirigirle estas palabras: ¡Oh tú, que eres mi madre desde los días de mi infancia primera, mi fortaleza en la vida, mi abogada en la muerte, que la lengua se me pegue al paladar si yo, cediendo a terrenas lisonjas o amenazas, llegase a traicionar las promesas de mi bautismo! Finalmente, aquellos que se hicieron la ilusión de poder conciliar con el abandono exterior de la Iglesia la fidelidad interior a ella, adviertan la severa palabra del Señor: El que me negare delante de los hombres, será negado ante los ángeles de Dios (Lc 12,9).

La inmortalidad, en sentido cristiano, es la sobrevivencia del hombre después de la muerte terrena, como individuo personal, para la eterna recompensa o para el eterno castigo. Quien con la palabra inmortalidad no quiere expresar más que una supervivencia colectiva en la continuidad del propio pueblo, para un porvenir de indeterminada duración en este mundo, pervierte y falsifica una de las verdades fundamentales de la fe cristiana y conmueve los cimientos de cualquier concepción religiosa, la cual requiere un ordenamiento moral universal. Quien no quiere ser cristiano debería al menos renunciar a enriquecer el léxico de su incredulidad con el patrimonio lingüístico cristiano.

La cruz de Cristo, aunque que su solo nombre haya llegado a ser para muchos locura y escándalo (cf 1Cor 1,23), sigue siendo para el cristiano la señal sacrosanta de la redención, la bandera de la grandeza y de la fuerza moral. A su sombra vivimos, besándola morimos; sobre nuestro sepulcro estará como pregonera de nuestra fe, testigo de nuestra esperanza, aspiración hacia la vida eterna.

Sobre la fe en Dios, genuina y pura, se funda la moralidad del género humano. Todos los intentos de separar la doctrina del orden moral de la base granítica de la fe, para reconstruirla sobre la arena movediza de normas humanas, conducen, pronto o tarde, a los individuos y a las naciones a la decadencia moral. El necio que dice en su corazón: No hay Dios, se encamina a la corrupción moral (Sal 13[14],1). Y estos necios, que presumen separar la moral de la religión, constituyen hoy legión. No se percatan, o no quieren percatarse, de que, el desterrar de las escuelas y de la educación la enseñanza confesional, o sea, la noción clara y precisa del cristianismo, impidiéndola contribuir a la formación de la sociedad y de la vida pública, es caminar al empobrecimiento y decadencia moral. Ningún poder coercitivo del Estado, ningún ideal puramente terreno, por grande y noble que en sí sea, podrá sustituir por mucho tiempo a los estímulos tan profundos y decisivos que provienen de la fe en Dios y en Jesucristo. Si al que es llamado a las empresas más arduas, al sacrificio de su pequeño yo en bien de la comunidad, se le quita el apoyo moral que le viene de lo eterno y de lo divino, de la fe ennoblecedora y consoladora en Aquel que premia todo bien y castiga todo mal, el resultado final para innumerables hombres no será ya la adhesión al deber, sino más bien la deserción. La observancia concienzuda de los diez mandamientos de la ley de Dios y de los preceptos de la Iglesia —estos últimos, en definitiva, no son sino disposiciones derivadas de las normas del Evangelio—, es para todo individuo una incomparable escuela de disciplina orgánica, de vigorización moral y de formación del carácter. Es una escuela que exige mucho, pero no más de lo que podemos. Dios misericordioso, cuando ordena como legislador: «Tú debes», da con su gracia la posibilidad de ejecutar su mandato. El dejar, por consiguiente, inutilizadas las energías morales de tan poderosa eficacia o el obstruirles a sabiendas el camino en el campo de la instrucción popular, es obra de irresponsables, que tiende a producir una depauperación religiosa en el pueblo. El solidarizar la doctrina moral con opiniones humanas, subjetivas y mudables en el tiempo, en lugar de cimentarla en la santa voluntad de Dios eterno y en sus mandamientos, equivale a abrir de par en par las puertas a las fuerzas disolventes. Por lo tanto, fomentar el abandono de las normas eternas de una doctrina moral objetiva, para la formación de las conciencias y para el ennoblecimiento de la vida en todos sus planos y ordenamientos, es un atentado criminal contra el porvenir del pueblo, cuyos tristes frutos serán muy amargos para las generaciones futuras.

Es una nefasta característica del tiempo presente querer desgajar no solamente la doctrina moral, sino los mismos fundamentos del derecho y de su aplicación, de la verdadera fe en Dios y de las normas de la relación divina. Fíjase aquí nuestro pensamiento en lo que se suele llamar derecho natural, impreso por el dedo mismo del Creador en las tablas del corazón humano (cf. Rom 2,14-15), y que la sana razón humana no obscurecida por pecados y pasiones es capaz de descubrir. A la luz de las normas de este derecho natural puede ser valorado todo derecho positivo, cualquiera que sea el legislador, en su contenido ético y, consiguientemente, en la legitimidad del mandato y en la obligación que implica de cumplirlo. Las leyes humanas, que están en oposición insoluble con el derecho natural, adolecen de un vicio original, que no puede subsanarse ni con las opresiones ni con el aparato de la fuerza externa. Según este criterio, se ha de juzgar el principio: «Derecho es lo que es útil a la nación». Cierto que a este principio se le puede dar un sentido justo si se entiende que lo moralmente ilícito no puede ser jamás verdaderamente ventajoso al pueblo. Hasta el antiguo paganismo reconoció que, para ser justa, esta frase debía ser cambiada y decir: «Nada hay que sea ventajoso si no es al mismo tiempo moralmente bueno; y no por ser ventajoso es moralmente bueno, sino que por ser moralmente bueno es también ventajoso [Cicerón, De officiis III, 30). Este principio, desvinculado de la ley ética, equivaldría, por lo que respecta a la vida internacional, a un eterno estado de guerra entre las naciones; además, en la vida nacional, pasa por alto, al confundir el interés y el derecho, el hecho fundamental de que el hombre como persona tiene derechos recibidos de Dios, que han de ser defendidos contra cualquier atentado de la comunidad que pretendiese negarlos, abolirlos o impedir su ejercicio. Despreciando esta verdad se pierde de vista que, en último término, el verdadero bien común se determina y se conoce mediante la naturaleza del hombre con su armónico equilibrio entre derecho personal y vínculo social, como también por el fin de la sociedad, determinado por la misma naturaleza humana. El Creador quiere la sociedad como medio para el pleno desenvolvimiento de las facultades individuales y sociales, del cual medio tiene que valerse el hombre, ora dando, ora recibiendo, para el bien propio y el de los demás. Hasta aquellos valores más universales y más altos que solamente pueden ser realizados por la sociedad, no por el individuo, tienen, por voluntad del Creador, como fin último el hombre, así como su desarrollo y perfección natural y sobrenatural. El que se aparte de este orden conmueve los pilares en que se asienta la sociedad y pone en peligro la tranquilidad, la seguridad y la existencia de la misma.

El creyente tiene un derecho inalienable a profesar su fe y a practicarla en la forma más conveniente a aquélla. Las leyes que suprimen o dificultan la profesión y la práctica de esta fe están en oposición con el derecho natural.

Los padres, conscientes y conocedores de su misión educadora, tienen, antes que nadie, derecho esencial a la educación de los hijos, que Dios les ha dado, según el espíritu de la verdadera fe y en consecuencia con sus principios y sus prescripciones. Las leyes y demás disposiciones semejantes que no tengan en cuenta la voluntad de los padres en la cuestión escolar, o la hagan ineficaz con amenazas o con la violencia, están en contradicción con el derecho natural y son íntima y esencialmente inmorales.

Por mil voces [a los jóvenes] se os repite al oído un Evangelio que no ha sido revelado por el Padre celestial; miles de plumas escriben al servicio de una sombra de cristianismo, que no es el cristianismo de Cristo. La prensa y la radio os inundan a diario con producciones de contenido opuesto a la fe y a la Iglesia y, sin consideración y respeto alguno, atacan lo que para vosotros debe ser sagrado y santo.

Por esto, Nos decimos a esta juventud: Cantad vuestros himnos de libertad, mas no olvidéis que la verdadera libertad es la libertad de los hijos de Dios. No permitáis que la nobleza de esta insustituible libertad desaparezca en los grilletes serviles del pecado y de la concupiscencia. No es lícito a quien canta el himno de la fidelidad a la patria terrena convertirse en tránsfuga y traidor con la infidelidad a su Dios, a su Iglesia y a su patria eterna. Os hablan mucho de grandeza heroica, contraponiéndola osada y falsamente a la humildad y a la paciencia evangélica, pero ¿por qué os ocultan que se da también un heroísmo en la lucha moral, y que la conservación de la pureza bautismal representa una acción heroica, que debería ser apreciada como merece, tanto en el campo religioso como en el natural? (…)
Con una indiferencia rayana en el desprecio, se despoja al día del Señor de su carácter sagrado y de su recogimiento que corresponde a la mejor tradición alemana.

Un saludo particularmente cordial va también a los padres católicos. Sus derechos y sus deberes en la educación de los hijos que Dios les ha dado están en el punto agudo de una lucha tal que no se puede imaginar otra mayor. La Iglesia de Cristo no puede comenzar a gemir y a lamentarse solamente cuando se destruyen los altares y manos sacrílegas incendian los santuarios. Cuando se intenta profanar, con una educación anticristiana, el tabernáculo del alma del niño, santificada por el bautismo; cuando se arranca de este templo vivo de Dios la antorcha de la fe y en su lugar se coloca la falsa luz de un sustitutivo de la fe, que no tiene nada que ver con la fe de la cruz, entonces ya está inminente la profanación espiritual del templo, y es deber de todo creyente separar claramente su responsabilidad de la parte contraria, y su conciencia de toda pecaminosa colaboración en tan nefasta destrucción. Y cuanto más se esfuercen los enemigos en negar o disimular sus turbios designios, tanto más necesaria es una avisada desconfianza y una vigilancia precavida, estimulada por una amarga experiencia. La conservación meramente formularia de una instrucción religiosa —por otra parte controlada y sojuzgada por gente incompetente— en el ambiente de una escuela que en otros ramos de la instrucción trabaja sistemática y rencorosamente contra la misma religión, no puede nunca ser título justificativo para que un cristiano consienta libremente en tal clase de escuela, destructora para la religión. Sabemos, queridos padres católicos, que no es el caso de hablar, con respecto a vosotros, de un semejante consentimiento, y sabemos que una votación libre y secreta entre vosotros equivaldría a un aplastante plebiscito en favor de la escuela confesional. Y por esto no nos cansaremos tampoco en lo futuro de echar en cara francamente a las autoridades responsables la ilegalidad de las medidas violentas que hasta ahora se han tomado, y el deber que tienen de permitir la libre manifestación de la voluntad. Entretanto, no os olvidéis de esto: ningún poder terreno puede eximiros del vínculo de responsabilidad, impuesto por Dios, que os une con vuestros hijos. Ninguno de los que hoy oprimen vuestro derecho a la educación y pretenden sustituiros en vuestros deberes de educadores podrá responder por vosotros al Juez eterno, cuando le dirija la pregunta: ¿Dónde están los que yo te di? Que cada uno de vosotros pueda responder: No he perdido a ninguno de los que me diste (Jn 18,9).

Como otras épocas de la Iglesia, también ésta será precursora de nuevos progresos y de purificación interior, cuando la fortaleza en la profesión de la fe y la prontitud en afrontar los sacrificios por parte de los fieles de Cristo sean lo bastante grandes para contraponer a la fuerza material de los opresores de la Iglesia la adhesión incondicional a la fe, la inquebrantable esperanza, anclada en lo eterno, la fuerza arrolladora de una caridad activa. El sagrado tiempo a la Cuaresma y de Pascua, que invita al recogimiento y a la penitencia y hace al cristiano volver los ojos más que nunca a la cruz, así como también al esplendor del Resucitado, sea para todos y para cada uno de vosotros una ocasión, que acogeréis con gozo y aprovecharéis con ardor, para llenar toda el alma con el espíritu heroico, paciente y victorioso que irradia de la cruz de Cristo. Entonces los enemigos de Cristo —estamos seguros de ello—, que en vano sueñan con la desaparición de la Iglesia, reconocerán que se han alegrado demasiado pronto y que han querido sepultarla demasiado deprisa.

Tal día como hoy, hace 77 años, el Papa Pío XI firmaba la encíclica Mit brennender Sorge, la cual es conocida por su crítica al desarrollo que entonces (1937) ya mostraba el régimen nacional-socialista a todo aquel que, desde fuera de Alemania, quisiera verlo, como sí hizo Chesterton (fallecido en 1936),… y como no hicieron los dirigentes políticos de Occidente (ni en 1937, ni en 1938, ni avanzado 1939).

Sin embargo, como puede verse, la encíclica recoge párrafos que, si no fuera por algunas escasas menciones expresas a Alemania, son plenamente de actualidad.

Lo que introduce la consideración de que, o bien las referencias al régimen nacional-socialista eran más bien coyunturales propias del momento, o bien la filosofía totalitaria del régimen nacional-socialista sigue, aun camuflada, vigente.

Esta anotación, hay que reconocerlo, ha resultado muuuy larga,… pero es que la cosa viene de muuuuy lejos.

Créditos:
Extractos de la encíclica Mit brennender Sorge (de los puntos 1, 5, 6, 8, 10, 24, 29, 31, 34, 35, 36, 37, 40, 43, 48 y 51), tomados de la página del Vaticano para dicha encíclica.

jueves, 13 de marzo de 2014

Tú eres Pedro

Hace un año ocupó su lugar en la sucesión apostólica de Pedro el Papa Francisco.


Como las palomas de la fotografía, puede decirse que hay sus momentos blancos y sus momentos grises. En ambos casos, son momentos para opinar, aún no para juzgar.

Y en ambos casos, rezo por él y que Dios le bendiga.

Créditos:
Fotografía de la torre del templo de la parroquia de los Mártires Valencianos, en Valencia, en marzo de 2014, del autor.

martes, 28 de enero de 2014

¿Qué más alta razón?

- Además, debo confesarle a usted, que otra condición de mi oficio me convenció de que usted no era sacerdote.
- ¿Y qué fue? – preguntó el ladrón, alelado.

Créditos:
Parte de la escena final del relato La cruz azul, primer relato de Gilbert Keith Chesterton sobre el Padre Brown, publicado en 1910 y recopilado en 1911 en La inocencia del Padre Brown, según traducción de Alfonso Reyes, tomado de la edición El padre Brown. Relatos completos, realizada por Ediciones Encuentro en 2008 (pág. 44), de la biblioteca del autor.

sábado, 25 de enero de 2014

¿Veremos que recobren la vista?

Entonces, gritando fuertemente, se taparon sus oídos y todos a una se abalanzaron sobre él; le arrastraron fuera de la ciudad y empezaron a apedrearle. Los testigos depusieron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo. Mientras le apedreaban, Esteban hacía esta invocación: «Señor Jesús, recibe mi espíritu.» Después dobló las rodillas y dijo con fuerte voz: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado.» Y diciendo esto, se durmió.

Según nos narra la escena San Lucas, el “joven llamado Saulo” se limitó a presenciar cómo San Esteban era lapidado. Razonablemente, habría otras personas con la misma actitud; San Lucas ni las menciona ni nos narra nada sobre ellas, pero, sin embargo, sí presta atención al joven Saulo: “Saulo aprobaba su muerte”, nos dice justo a continuación, lacónicamente, y continúa:
Aquel día se desató una gran persecución contra la iglesia de Jerusalén. Todos se dispersaron por las regiones de Judea y Samaría, a excepción de los apóstoles.
Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban e hicieron gran duelo por él.
Entretanto Saulo hacía estragos en la Iglesia; entraba por las casas, se llevaba por la fuerza hombres y mujeres, y los metía en la cárcel.

Un tiempo después, Saulo para proseguir las detenciones, se dirigió a Damasco, donde ya sabemos qué sucedió en el camino.

¿Y qué sucedió en Damasco?

Pues que: “Había en Damasco un discípulo llamado Ananías” a quien el Señor envió al encuentro de Saulo para que éste recobrara la vista, aunque “respondió Ananías: «Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y de los muchos males que ha causado a tus santos en Jerusalén y que aquí tiene poderes de los sumos sacerdotes para apresar a todos los que invocan tu nombre.»” Sin embargo, ante la respuesta del Señor, “fue Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: «Saúl, hermano, me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, para que recobres la vista y te llenes del Espíritu Santo.» Al instante cayeron de sus ojos unas como escamas, y recobró la vista; se levantó y fue bautizado.

Como podemos ver, por muy simplificado que esté el relato de San Lucas para recoger lo esencial, no se nos dice que Ananías fuera a ver a Saulo para reclamar venganza, ni siquiera justicia; es más, tampoco se nos dice que Saulo le contestara mostrándole su arrepentimiento y pidiéndole perdón. De hecho, cuando Saulo “se puso a predicar a Jesús en las sinagogas” fue un tiempo después.

Tampoco se nos dice que Ananías fuera objeto de críticas y desprecios por hablar con quien había causado “muchos males”, y, además, diciéndole “hermano”.

Pero bueno, ya sabemos que hay quienes están como Saulo aquellos tres días, quien “aunque tenía sus ojos bien abiertos, no veía nada”, y, tal vez por hechos como éstos, consideran los Evangelios y la Biblia en general, como obras de ficción.

Créditos:
Extractos de los Hechos de los Apóstoles (7, 57-60; 8, 1-3; y 9, 10, 13-14, 17-18 y 8), tomados de la Nueva Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada, editada en 1998 por Desclée De Brouwer, de la biblioteca del autor.
Fotografía de la Conversión de San Pablo, óleo sobre tabla de Vicente Macip (principios del XVI), en el museo de la Catedral de Valencia, en agosto de 2010, del autor.

lunes, 6 de enero de 2014

Et venimos adorare eum

Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra.

Créditos:
El título de la anotación es la parte final del versículo 2, del capítulo 2 del Evangelium secundum Matthaeum, tomado de la Biblia Vulgata, en edición de Colunga-Turrado, publicada por Biblioteca de Autores Cristianos (duodécima edición, de 2005), de la biblioteca del autor.
Extracto del Evangelio según San Mateo (2, 11), tomado de la Nueva Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada, editada en 1998 por Desclée De Brouwer, de la biblioteca del autor.
Fotografía del detalle de la Adoración de los Reyes Magos, de la representación de la vida de Jesucristo, pintura mural (1514-1523) de Jörg Ratgeb en el claustro del Convento de los Carmelitas (Karmeliterkloster), en Fráncfort del Meno, en enero de 2014, del autor.

lunes, 30 de diciembre de 2013

Y ahora, ¿dónde los pongo?: ¿Los últimos estantes de 2013?

Entre olvidos…










… y recientes adquisiones…










… tal vez podamos dar el año por terminado.







O no.

Créditos:
Cubiertas y sobrecubiertas de los libros en cuestión.

domingo, 29 de diciembre de 2013

Huida, pero no hacia delante

«Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huy a Egipto; y estáte allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle.» Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto.

En su alocución de esta mañana, el Papa Francisco ha recordado el hecho de la huida a Egipto de la Familia de Nazaret, como ejemplo de quienes se ven obligados a emigrar por estar perseguidos; por ejemplo, digo yo, en Siria.

Pero también ha recordado a los que lo hacen por necesidades económicas; por ejemplo, digo yo, como hizo Jacob y su familia.

De todos los países venían también a Egipto para proveerse comprando grano a José, porque el hambre cundía por toda la tierra.
Vio Jacob que se repartía grano en Egipto, y dijo Jacob a sus hijos: «¿Por qué os estáis ahí mirando? Tengo oído que hay reparto de grano en Egipto. Bajad a comprarnos grano allí, para que vivamos y no muramos» Bajaron, pues, los diez hermanos de José a proveerse de grano en Egipto. (…)
El hambre seguía abrumando la tierra. Así, pues, en cuanto acabaron de consumir el grano traído de Egipto, les dijo su padre: «Volved y compradnos algo de comer.» (…)
El faraón dijo a José: «Di a tus hermanos: Haced esto: Cargad vuestras acémilas y poneos inmediatamente en marcha hacia Canaán, tomad a vuestro padre y vuestras familias, y venid a mí, que yo os daré lo mejor de Egipto, y comeréis lo más pingüe del país. Por tu parte, ordénales: Haced esto: Tomad de Egipto carretas para vuestros pequeños y mujeres, y os traéis a vuestro padre. Y vosotros mismos no tengáis pena de vuestras cosas, que lo mejor de Egipto será para vosotros. (…)
Partió Isarael con todas sus pertenencias (…) Los hijos de Israel montaron a su padre Jacob, así como a sus pequeños y mujeres, en las carretas que había mandado el faraón para transportarle.
También tomaron sus ganados y la hacienda lograda en Canaán, y fueron a Egipto, Jacob y toda su descendencia con él. Sus hijos y nietos, sus hijas y nietas: a toda su descendencia se la llevó consigo a Egipto.

Como vemos, en el caso de Jacob, no sólo fueron bien acogidos en Egipto, sino que incluso fueron llamados por el mismo rey.

Esta situación, en la actualidad, ya no se da. Si en su momento, por ejemplo, en España, los emigrantes eran incluso vistos como necesarios por el poder económico, ahora ya no es así, ni muchísimo menos. Es más, se les ve como una amenaza, al igual que hiciera el rey de Egipto.

Los israelitas eran fecundos y se propagaban; se multiplicaban y hacían muy fuertes, y llenaban el país.
Surgió en Egipto un nuevo rey, que no había conocido a José; y dijo a su pueblo: «Mirad, el pueblo de Israel es más numeroso y fuerte que nosotros. Actuemos sagazmente contra él para que no siga multiplicándose, no sea que en caso de guerra se alíe también contra nosotros y se marche del país.» Entonces, les impusieron capataces para oprimirlos con duros trabajos; y así edificaron para el faraón las ciudades de depósito: Pitom y Ramsés.

Curiosamente, a los israelitas también, como en España, los pusieron a trabajar en la construcción (otra cosa muy distinta, es la solución en cada caso a la ‘burbuja inmobiliaria’).

Está claro que las fronteras son difíciles de cerrar (incluso Estados Unidos, la famosa «tierra de acogida», tenía su Isla de Ellis), pero la solución, como apunta el Génesis, tal vez no esté en la gestión de las fronteras, sino en la correcta (o sea, justa) gestión en cada sitio de las ‘vacas gordas’ para cuando lleguen las ‘vacas flacas’.

¿Que eso no es fácil de conseguir? Ya lo sé. Pero, ¿hay algo fácil de hacer de entre lo que nos propone la Biblia?

Créditos:
Extractos tomados de la Nueva Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada, editada en 1998 por Desclée De Brouwer, de la biblioteca del autor:
Evangelio según San Mateo (2, 13), –Evangelio de este domingo, festividad de la Sagrada Familia–.
Génesis (41, 57; 42, 1-3; 43, 1-2; 45, 17-20; 46, 1-7)
Éxodo (1, 7-11)
Fotografía de Descanso en la huida a Egipto, óleo sobre lienzo de Domingo Saura (ca. 1645-1715), en el Museo de Bellas Artes San Pío V, en Valencia, en agosto de 2012, del autor.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Natus est vobis hodie Salvator

Y esto os servirá de señal: encontraréis un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre.


Créditos:
En el título, fragmento del Evangelium secundum Lucam (2,11).
Fragmento del Evangelio según San Lucas (2,12).
Fotografía de Niño Jesús dormido, óleo sobre lienzo, obra de Luca Giordano, en el Museo de Bellas Artes San Pío V, de Valencia, en agosto de 2013, del autor.

martes, 26 de noviembre de 2013

Cuando no se permite recoger el fruto de la Semilla

Los hombres que trabajan en los campos, los propietarios de las pequeñas huertas, observan y hacen cálculos. El año viene cargado de producción. Los hombres están orgullosos porque con sus conocimientos pueden hacer que sea así. Han transformado el mundo con sus conocimientos. El trigo corto y delgado se ha hecho grande y productivo. Las manzanitas ácidas se han vuelto grandes y dulces, y esa vieja uva que crecía entre los árboles y servía de alimento a los pájaros, su fruto diminuto ha sido la madre de mil variedades, roja y negra, verde y rosa pálido, morada y amarilla; y cada variedad con su propio sabor. Los hombres que trabajan en las granjas experimentales han conseguido nuevos frutos; nectarinas y cuarenta clases de ciruelas, nueces con cáscara de papel. Y siempre trabajando, seleccionando, injertando, cambiando, obligándose a sí mismos, obligando a la tierra a producir.

Y primero maduran las cerezas. Un centavo por media libra. Mierda, no la podemos recoger por ese dinero. Cerezas negras y cerezas rojas, gordas y dulces, y los pájaros se comen la mitad de cada cereza y las avispas zumban por los agujeros que hicieron los pájaros. Y las semillas caen a la tierra y se secan con hilos negros colgando de ellas.

Las ciruelas pasas moradas se vuelven suaves y se endulzan. Dios mío, no podemos recogerlas, secarlas y sulfatarlas. No podemos pagar jornales de ningún tipo. Y las ciruelas moradas alfombran el suelo. Primero las pieles se arrugan un poco y enjambres de moscas vienen a darse un festín y el valle se llena de olor de la dulce podredumbre. La carne se torna oscura y la cosecha se marchita en el suelo.

Y las peras ya.están amarillas y blandas. Cinco dólares la tonelada. Cinco dólares por cuarenta cajas de veinticinco kilos; árboles podados y pulverizados, huertas cultivadas, coger la fruta, ponerla en cajas, cargar los camiones, llevar la fruta a las fábricas de conserva –cuarenta cajas por cinco dólares–. No podemos. Y la fruta amarilla cae pesadamente y se revienta en la tierra. Las avispas. escarban la dulce carne y se eleva el olor del fermento y la podredumbre.

Luego las uvas ... No podemos hacer buen vino. La gente no lo puede comprar. Arranca las uvas de las viñas, uvas buenas, podridas, picadas por las avispas. Prensa los tallos, prensa la porquería y la podredumbre.

Pero hay moho y ácido fórmico en las tinajas.

Añádele sulfuro y ácido tánico.

El olor del fermento no es el rico aroma del vino, sino dolor de lo podrido y los productos químicos.

Ah, bueno. De todas formas tiene alcohol. Se pueden emborrachar.

Los pequeños campesinos veían aproximarse las deudas como una marea. Pulverizaban los árboles y no vendían la cosecha, podaban e injertaban y no podían recoger. Y los hombres de ciencia han trabajado, han considerado, y la fruta se esta pudriendo en el suelo y la mezcla podrida de las tinajas de vino está envenenando el aire. Y prueba el vino... Nada de sabor a uva, sólo sulfato y ácido tánico y alcohol.

Esta pequeña huerta será parte de una gran propiedad el año próximo, porque las deudas habrán ahogado al propietario.

El viñedo pertenecerá al banco. Sólo los grandes propietarios pueden sobrevivir porque también son suyas las conserveras. Y cuatro peras, peladas y partidas por la mitad, cocidas y enlatadas, siguen costando quince centavos, y las peras en lata no se ponen malas. Pueden durar años.

La podredumbre se extiende por el Estado y el dulce olor es una desgracia para el campo. Hombres que pueden hacer injertos en los árboles y hacer la semilla fértil y grande, no saben cómo hacer para dejar que gente hambrienta coma los productos. Hombres que han creado nuevos frutos en el mundo no pueden crear un sistema para que sus frutos se coman. Y el fracaso se cierne sobre el Estado como una enorme desgracia.

Los frutos de las raíces de las vides, de los árboles, deben destruirse para mantener los precios, y esto es lo más triste y lo más amargo de todo. Cargamentos de naranjas arrojados en el suelo. La gente vino de muy lejos para coger la fruta, pero no podía ser. ¿Cómo iban a comprar naranjas a veinte centavos la docena si podían salir y recogerlas? Y hombres con mangueras arrojan chorros de queroseno en las naranjas y se enfurecen ante semejante crimen y se enfadan con la gente que ha venido a por la fruta. Un millón de personas hambrientas, que necesitan la fruta ... , y el queroseno rociado sobre las montañas doradas.

Y el olor a podrido llena el campo.

Quemar café como combustible en los barcos. Quemar maíz para calentarse, hace un cálido fuego. Tirar patatas a los ríos y poner vigilantes a lo largo de las orillas para evitar que la gente hambrienta las pesque. Matar a los cerdos y enterrarlos y dejar que la putrefacción se filtre en la tierra.

Eso es un crimen que va más allá de la denuncia. Es una desgracia que el llanto no puede simbolizar. Es un fracaso que supera todos nuestros éxitos. La tierra fértil, las rectas hileras de árboles, los robustos troncos y la fruta madura. Y niños agonizando de pelagra deben morir por no poderse obtener un beneficio de una naranja. Y los forenses tienen que rellenar los certificados –murió de desnutrición– porque la comida debe pudrirse, a la fuerza debe pudrirse.

La gente viene con redes para pescar en el río y los vigilantes se lo impiden; vienen en coches destartalados para coger las naranjas arrojadas, pero han sido rociadas con queroseno. Y se quedan inmóviles y ven las patatas pasar flotando, escuchan chillar a los cerdos cuando los meten en una zanja y los cubren con cal viva, miran las montañas de naranjas escurrirse hasta rezumar podredumbre; y en los ojos de la gente se refleja el fracaso; y en los ojos de los hambrientos hay una ira creciente. En las almas de las personas las uvas de la ira se están llenando y cogen peso, listas para la vendimia.

El pasado jueves, el Papa Francisco habló del beneficio... y salió perjudicado.

Creditos:
Extracto del capítulo 25 de Las uvas de la ira, obra de John Steinbeck (publicada en 1939), según traducción de María Coy Girón, publicada por Alianza Editorial en su colección 13/20 (pp.525-529), de la biblioteca del autor.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Paso a paso, un Camino de Verdad

In fra Junipero Serra, sacerdote dei Frati Minori, troviamo un fulgido esempio di unità cristiana e spirito missionario. Il suo grande obiettivo era di portare il Vangelo alle popolazioni autoctone d’America, affinché anch’esse potessero essere "consacrate nella verità". Per molti anni si dedicò a questo compito in Messico, nella Sierra Gorda, e in California. Sparse i semi della fede cristiana in mezzo ai tumultuosi cambiamenti portati dall’arrivo dei coloni europei nel Nuovo Mondo. Era un campo di impegno missionario che richiedeva pazienza, perseveranza e umiltà, oltre che lungimiranza e coraggio. Contando sulla divina potenza del messaggio annunciato, padre Serra guidò a Cristo i popoli autoctoni. (…) Cercava di promuovere il loro autentico sviluppo umano sulla base della loro nuova fede di persone create e redente da Dio. Dovette anche ammonire i potenti, nello spirito della seconda lettura di san Giacomo, di non sfruttare e opprimere i poveri e i deboli.

Hoy se conmemora el tercer centenario del nacimiento del “Padre Junipero Serra, modello esemplare di evangelizzatore pieno di abnegazione”, efemérides que ya trajimos a estas páginas hace justo cinco años, en los inicios de este diario.

Esta vez, ateniéndonos a lo ‘redondo’ del aniversario ha habido mayores celebraciones, pero como suele ocurrir, no principalmente en España.

Gracias al viaje de los Príncipes de Asturias, nos hemos podido enterar de que en California sí se está conmemorando el centenario, en concreto, por parte de The Huntington, en su sede en el 1151 de Oxford Road en San Marino (el californiano, claro).

Allí tiene lugar, desde hace dos meses y hasta el día de Reyes, la exposición Junípero Serra y los legados de las misiones de California, en concreto en el edificio de las Virginia Steele Scott Galleries of American Art.

Así pues, quien esté cerca o vaya a estarlo, ya sabe dónde puede apreciar (además de en los propios lugares originales) algo de la Misión de aquel franciscano que, poco a poco, fue construyendo a lo largo de lo que se llamaría el Camino Real, y que, efectivamente, era un Camino de Verdad.

Créditos:
Extractos de la homilía predicada por S.S. Juan Pablo II el 25 de septiembre de 1988, durante la misa de beatificación, entre otros, de Fray Junípero Serra, tomados de la correspondiente página de internet del Vaticano.
Imagen de la ilustración de los décimos de lotería del sorteo del 19 de septiembre de 2013, recordando el Año Junípero Serra.
Imagen de la portada del folleto de la exposición Junipero Serra and the Legacies of the California Missions, tomada de la correpondiente página de internet de The Huntington.