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jueves, 19 de febrero de 2015

4+7+1+3=15

No se trata de hacer numerología, sino de aprovechar una coincidencia, para así unir Oriente con Occidente (¡qué bonito queda!) felicitando la llegada del Año Nuevo Chino.


No sé si podré acercarme a alguna de las celebraciones aquí en Valencia, pero sí sé que, en cualquier caso, no estaré entre quienes realicen grandes desplazamientos por el nuevo año.

Créditos:
Fotografía del cartel anunciador para el próximo 21 de febrero de la Cabalgata del Año Nuevo Chino, en la entrada de la c/ Pelayo, en Valencia, ayer por la tarde, del autor.

martes, 4 de marzo de 2014

Una gracia… estancada

Hace su poco más de tres meses se acabó produciendo un fundido a negro en la emisión televisiva de Canal 9, que, junto con el de Radio 9, era el de RTVV.

Un par de semanas antes, en el periódico Levante, la viñeta de Ortifus, contrario a este cierre, y fiel a su frecuente ausencia de gracia, era la siguiente:


Establecer la comparación entre la decisión (correcta o no, compartida o no) de un gobierno democrático, y la criminal acción represora de un gobierno totalitario -versión comunista-, a través del ya consolidado icono de la lucha por la libertad como es la persona que se plantó ante los tanques en la Plaza de Tian’anmen, en Pekín, en 1989, sólo se puede calificar como de desprecio e insulto a quienes en aquella primavera pacíficamente estuvieron en esa plaza a favor de la libertad.

Hoy hace un centenar y trece días de la publicación de esa viñeta.

Si tan a favor de la libertad de expresión pareció manifestarse el dibujante, en todo este tiempo he echado en falta una viñeta sobre las manifestaciones en Venezuela; aunque sólo fuera, si no por la población, por solidarizarse con un medio de comunicación como la CNN. Pero, salvo error, ni por ésas.

Y no es excusa decir que se trata de viñetas de carácter local porque no es cierto, pues cuando le gusta, bien que busca la inspiración en Madrid (especialmente si se trata de alguien del Partido Popular).

Créditos:
Viñeta de Ortifus tomada de la página de internet del periódico Levante del día 11 de noviembre de 2013.

jueves, 30 de enero de 2014

… and a Happy New Yeal

Con el inicio de esta luna nueva, entra un nuevo año chino.

(Aunque no lo celebraremos rompiendo vajillas, más que nada porque serían de porcelana china, y no está el horno para… cerámicas.)

Créditos:
Fotografía de un kendi de porcelana china de Swatow, al norte de la provincia de Guandong, (de finales del siglo XVI) -junto con reflejos y sombras-, que forma parte del cargamento recuperado del galeón San Diego expuesto en el Museo Naval, en Madrid, en octubre de 2013, del autor.

[Nota: lo pertinente sería que el motivo del kendi fuera un caballo (de madera, a poder ser), pero este tipo de porcelana sólo tenía como motivos habituales las flores o los pájaros.]

miércoles, 30 de octubre de 2013

Sombras… chinescas


Créditos:
Fotografía de las sombras proyectadas por unos platos y botellas (y de éstas) fabricados en gres porcelánico en la zona de Swatow, en el norte de la provincia china de Guandong, que formaban parte del cargamento del San Diego, «galeón de Manila», naufragado en diciembre de 1600 a resultas del combate entablado con buques holandeses ante Manila, en el Museo Naval de Madrid, en octubre de 2013, del autor.

jueves, 5 de septiembre de 2013

La China resultó ser vecina

Porque al otro lado de las fronteras, la masa expectante de los Invasores no había cesado de crecer, y era una reserva de excelentes guerreros. Nuevas tribus se añadían incesantemente a las antiguas; y su presión aumentaba. Desde las revoluciones del siglo III, los Bárbaros, mejor agrupados, habían adquirido mayor conciencia de su fuerza. Desde el Mar del Norte hasta el Mar Caspio, constituían una sucesión de fieras dispuestas a saltar. La mayor parte la formaban los Germanos, rama Aria venida de los brumosos países del Báltico y que se había detenido allí después de muchas migraciones; en su mayoría eran recios, fuertes, turbulentos y ambiciosos; estaban organizados, casi por todas partes, en comunidades a la manera de tribu, muy disciplinadas y muy sometidas al «principio del jefe». Hacia el año 400 el mapa de los Bárbaros estaba trazado, poco más o menos, así: a orillas del Rhin, desde el Mar del Norte hasta el Main, se situaba la confederación de los Francos, los cuales rodeaban en la cuenca del Weser y hasta el Elba a los Sajones y entre el Elba y el alto Main, a los Lombardos; un poco más al Sur, habían llegado desde Brandenburgo hasta el Rhin, frente a Maguncia, los gigantescos Burgundios. Los Alamanos, frenados momentáneamente, en 357, por las victorias del Emperador Juliano, se habían instalado, desde entonces, desde el Main hasta el Danubio y ocupaban las antiguas tierras romanas de los Campos Decumates; eran grandes merodeadores y se contaban entre los más peligrosos. Quedaban los Marcomanos en Bohemia, y los Rugienos y los Hérulos, en los alrededores, pero tenían menos importancia. Por el contrario, en el Danubio se alineaban las Confederaciones Germánicas más fuertes; hasta Austria actual habitaban los Vándalos, a quienes Tácito había descrito ya como feroces y hábiles para las astucias guerreras, y, más allá, los Godos, que, llegados originariamente del Vístula hacía setenta y cinco años, eran dueños ahora de Dacia, aquel antiguo bastión de Trajano, y estaban divididos en dos grandes grupos: «los Godos brillantes u Ostrogodos», que miraban hacia el Mar de Azov y los «Godos prudentes o Visigodos» que daban cara al Imperio. Y, a retaguardia, más allá de esta alineación de pueblos, esperaban y empujaban otros: los Anglos y los Jutos de la actual Dinamarca, los Esciros en Galitzia, los Noruegos, Getas y Suecos en Escandinavia; y, en las llanuras rusas, los Eslavos y los Wendos en el Norte, los Cuados y los Gépidos en el Sur, los Alanos a orillas del Mar Negro, y hacia el infinito de las estepas asiáticas, se extendían, fluctuaban, se entremezclaban y se preparaban las Tribus Uralo-Altaicas, aquellos amarillos cuyo empujón iba a figurar en el origen del drama y cuyos representantes más célebres fueron los Hunos.

Como podemos observar, los Bárbaros eran, en realidad, una barbaridad de pueblos muy distintos, aunque cada vez menos distantes, del Imperio Romano y también entre ellos mismos.

Según el plan de estudios que se haya ‘sufrido’, uno conocerá o le sonará un número mayor o menor de los pueblos enumerados (e incluso echará alguno que otro en falta).  En cualquier caso, seguro que sabe de la existencia de los Hunos.

Lo que sucede es que más allá de aquello de «Atila, el azote de Dios», San León Magno, y la batalla de los Campos Cataláunicos, poco se han extendido los libros de texto acerca de los Hunos (o, al menos, yo no lo recuerdo).

Por eso, no dejó de resultar chocante (al menos para mí, ya digo) saber de las andanzas de los Hunos contra el Imperio… Chino, y ello gracias a… una película.


Situada en la época de la dinastía Han, la historia de Mulan nos muestra cómo el Imperio Chino consiguió resistir ante el empuje de los Hunos.

El origen concreto de la sacudida que a comienzos del siglo V debía lanzar a las tribus al asalto del Imperio [Romano], hay que buscarlo en las mismas condiciones de la vida de los Bárbaros. (…) En efecto, los Hunos, los terribles Hiong-Nu que, desde hacía varios siglos, eran el azote de China, al verse arrojados de allí por el heroísmo de los Emperadores Han, y apartados de las tierras amarillas por la construcción de la Gran Muralla, se habían vuelto hacia el Oeste. Y sus escuadrones habían ido aplastando, sucesivamente a los Sármatas del bajo Volga, a los Alanos, a los Ostrogodos y, por último, a los Visigodos. La Gran Invasión de comienzos del siglo V, no fue, pues, más que el contragolpe del Ataque Mogol, que desencadenó y dirigió en un sentido único a las inestables fuerzas del Mundo Germano.

En resumen, que si no llega a ser por Mulan, el siglo V en Europa y la posterior historia del continente hubiera podido ser muy, pero que muy distinta.

Créditos:
Extractos de los apartados Barbarie y Las etapas del drama, del capítulo II El huracán de los Bárbaros y los diques de la Iglesia, en el Tomo III La Iglesia de los tiempos bárbaros, de la obra de Daniel Rops, Historia de la Iglesia de Cristo, tomado de la edición especial realizada para Círculo de Amigos de la Historia, en 1970 (pp. 48 y 50), de la biblioteca del padre del autor.

domingo, 17 de junio de 2012

No fueron cuentos chinos


En 1963 se produjo la película 55 días en Pekín, la cual se rodó en los estudios que Samuel Bronston había construido en 1959 en Las Rozas, cerca de Madrid. La tradicional tontería española atribuyó (y sigue haciéndolo) a este hecho el que al principio de la película se viera la bandera de España (con el escudo de 1900, claro) mientras sonaba La Marcha Real.

Y es que no se trataba de un detalle de cortesía, sino de una realidad histórica.

En 1900 ya hacía tiempo que España tenía representación diplomática ante la Corte Imperial en Pekín. Y ahí estaba cuando el levantamiento de los bóxers llegó a Pekín.

On 16 or 17 June 1900, the Emperor and the Empress Dowager held a mass audience for high officials to hear their opinions of whether the strategy towards the Boxers should be to pacify them or to suppress them.

El caso es que, finalmente, el día 20 fue asaltada la embajada de Alemania, la cual, debido a haberse construido más recientemente, se encontraba alejada de la zona ‘controlada’ vecina al Palacio Imperial. Ese día, pues, fue el primero de los 55 que se narran en la película.

La delegación española no estaba dentro del recinto amurallado donde se situaba la mayoría de las embajadas, aunque sí cercano al mismo, por lo que cuando comenzaron los primeros incidentes, el día 13, los miembros de la delegación se pusieron a salvo en él.

La bandera española de la película no se debe sólo a esta presencia, sino que reconoce el hecho de que el embajador español fuera el decano de la representación extranjera ante la Corte Imperial; se llamaba Bernardo Cólogan y Cólogan.


Y aunque no hubiera participación militar española en la resolución del asedio, estuvo quien estuvo. Lo triste es que, como siempre, tengamos que enterarnos por gente de fuera. Y encima, ni nos lo creamos.

lunes, 4 de junio de 2012

La China, ¿es vecina?

Este sitio nace con la pretensión de convertirse en el punto de encuentro de todos los liberales hispanohablantes.

Esta declaración se puede leer en la página de inicio de liberalismo.org, lugar que, además de artículos y otros documentos muy interesantes en defensa de las libertades en general, y de diversos planteamientos liberales en particular, también tiene una sección de bitácoras para “hacerle un hueco a la actualidad”.

El logo del sitio, como se explica en el correspondiente apartado, rinde homenaje a un particular suceso de entre el conjunto de los habidos en la represión del régimen comunista chino en la plaza de Tiananmen, en Pekín, a partir de la madrugada del 3 al 4 de junio de 1989:
Entre las duras imágenes que nos quedan de aquellas protestas, una ha quedado grabada para siempre en nuestra retina. Un joven trataba de parar un tanque. El tanque se giraba para esquivarlo y entonces el chico se movía también para mantenerse enfrente. Ninguna palabra ha podido expresar mejor la lucha del individuo frente al Estado totalitario. Una persona en actitud pacífica y heroica de resistencia frente a la represión del Estado. Que es lo que consiste, en el fondo, el liberalismo.


Y aunque en estos días al hablar de China se haga referencia a otras cosas, conviene no olvidar nunca lo sucedido, pues, a pesar de que no lo parezca por todo lo que se dice, sigue estando en el poder un Partido Comunista.

[Por cierto, en el grupo impulsor de liberalismo.org se encuentran Daniel Rodríguez Herrera, Juan Ramón Rallo o Mario Noya, actuales pilares dentro de la estructura del Grupo Libertad Digital.

Por eso, me llama la atención que, al contrario que en La Gaceta, por ejemplo, no se haya hecho hoy referencia alguna a esta efemérides de libertad.

(Claro, que, tal vez, viendo la actualidad de las bitácoras del sitio, haya que esperar un poco.)]

domingo, 6 de noviembre de 2011

Sudar sangre

Aunque la situación del país está propicia para el título de esta anotación, no es el objeto de ésta.

El próximo jueves miércoles, día 9, se presenta una nueva oportunidad para donar sangre, siguiendo la costumbre de que hemos dado varias referencias en estas páginas.

Esta ocasión, además, me permite estrenar un regalo de hace tres semanas.

Y es que, como tal vez diga el texto en chino que hace de pie de la ilustración:
«Donar sangre es un honorable deber del ciudadano.»

Nota:
Para los curiosos, el edificio de la derecha, con la Cruz Roja sobre la puerta es un centro para donar sangre (eso es lo que pone el cartel en chino que corona el edificio).

Créditos:
Cartel a favor de la donación de sangre, publicado por la Cruz Roja China en 1980, tomado de Chinese propaganda posters, editado por Taschen GmbH en 2008.

viernes, 8 de abril de 2011

¿Hmm… se está más guapo?

Coincidiendo, lo que no necesariamente quiere decir que se trate de una casualidad, con la inauguración de la Feria del Libro aquí en Valencia, ha sido noticia la libertad de expresión por todo lo contrario.

Y encima, voluntariamente.

El siempre personal Pedro J. ha decidido, ante las reacciones mostradas (que tampoco tienen por qué ser las causadas), retirar un artículo del recientemente famoso Sostres. Encima, según Libertad Digital, “no ha tenido más remedio que retirarlo”. Pobrecito uno, y pobrecitos los otros. Ya les llegará el momento en que tampoco tengan más remedio que retirar alguna noticia, y entonces se acordarán (yo ya lo hago ahora), del perro ruso del chiste ya añejo (“¿Qué es ladrar?”).

Y es que, también por barrios van cambiando los tiempos, que cantaba un tal Robert Zimmerman. Cambió el nombre,… y también el repertorio.

Créditos:
Detalle del pantallazo de la noticia de Libertad Digital sobre la retirada del artículo de Sostres.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Caña al timón

Es conocido que en España, incluso bajo el régimen franquista, había un cierto y abierto aprecio en los círculos universitarios por, en aquel entonces, Mao Tse-tung, ahora Mao Zedong. Nosotros, por ejemplo, teníamos en la familia una prima suficientemente maoísta; pero tampoco venía todos los días por casa. Por mi parte, tengo que reconocer que nunca leí El libro rojo de Mao, ni ganas.

Casi diez años después del fallecimiento del tal, el desarrollo de un viaje a China nos permitió conocer la transmutación pragmática del entonces Presidente de Gobierno español (Felipe González Márquez, del Partido Socialista Obrero Español) gracias al gran éxito de público de ese famoso proverbio chino que había aprendido sobre que lo importante es que los ratones lo pasen mal, con independencia del color del gato.

Dentro del culto a la personalidad propio de los sistemas totalitarios, el tal chino era conocido como El Gran Timonel. Este apodo hay quien lo está aplicando últimamente a otro individuo, por desgracia, para nosotros, mucho menos lejano que aquel. Se ve que cada Presidente de Gobierno del partido antedicho debe tener su referencia china, aunque sea un apodo, o una foto, por ejemplo ésta de cuando asistió en Pekín a la cumbre UE-Asia en octubre de 2008.

Sin embargo, creo que las diferencias entre un Timonel y otro son muchas. Por ejemplo, la Revolución Cultural del actual no llega (todavía) a los niveles del original (en particular, en lo correspondiente al establecimiento de los “guardias rojos”, como vigilantes de la ortodoxia ideológica). Pero lo de las diferencias lo digo, principalmente, hoy, por una noticia con que me he encontrado hace un par de días en la hemeroteca de ABC.

Créditos:
Fotografía de Mao Zedong, tomada de la Wikipedia.
Fotografía de Rodríguez Zapatero, tomada en su día de intenet.
Imagen de la noticia publicada en ABC el 11 de febrero de 1967, tomada de su hemeroteca en internet.