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sábado, 23 de abril de 2016

Pues no, pero sí, aunque tampoco.

Mientras mira al cielo, preguntándose si lloverá o no durante estos días.

Este comentario se leyó en la noticia de Las Provincias sobre la inauguración de la 51ª Feria del Libro en Valencia. Y al final, fue que no.


Que no llovió, digo; inauguración sí hubo (incluso con su pequeña 'lluvia' de autoridades).

Pero hoy, Día del Libro, sí, aunque, para compensar, no nos hemos quedado sin Sol.


Sin embargo, no ha quedado registrada lluvia en la página de AEMET. Y como la Feria está cerca del Observatorio, es señal de que las nubes que haya habido por ahí no son escritoras.

Créditos:
‘Pantallazo’ del registro gráfico pluviométrico en el Observatorio Meteorológico de Valencia, tomado el jueves 21 por la mañana de la página de AEMET, relativo a las veinticuatro horas anteriores.
Fotografía de la lluvia en Valencia, sobre las ocho y cuarto de esta tarde, luciendo el Sol, del autor.

martes, 19 de abril de 2016

Pronóstico para mañana: En Valencia, Feria del Libro


(Bueno, más o menos.)

Créditos:
‘Pantallazo’ de la previsión de la AEMET para las próximas horas de este miércoles, día 20, en Valencia, día en el que se inaugura la 51º Feria del Libro de Valencia.

viernes, 4 de septiembre de 2015

Ya no tan joven, pero sí sobradamente preparado... a veces


Sobre el más preparado agente secreto español, Anacleto, se ha rodado una película,…


... que se ha estrenado precisamente este viernes.






Créditos:
Imágenes de la aventura en dos páginas ¡Preparado para todo!, tomadas de la recopilación titulada Anacleto, agente secreto, publicada como número 12 de la Colección Olé!, por Editorial Bruguera, sin fecha acreditada (aunque la aventura está firmada por Manuel Vázquez en 1970), de la biblioteca del autor.

viernes, 20 de marzo de 2015

Día de eclipse

Aquí yo-viendo el eclipse. ¿Tú nu-bes el eclipse?


Créditos.
Fotografía del cielo nublado (y con lluvia) en Valencia, en pleno eclipse de sol, esta mañana, del autor.

sábado, 14 de marzo de 2015

Una artística niebla natural (¿o será al revés?)

CYRIL Entonces, ¿la Naturaleza imita al paisajista y copia los efectos de su obra?
VIVIAN Por supuesto. ¿Acaso no debemos a los impresionistas esa maravillosa niebla plomiza que avanza lentamente a través de nuestras calles difuminando las farolas de gas y transformando las casas en sombras monstruosas? ¿ Acaso no les debemos a ellos y a su maestro la adorable neblina plateada que flota sobre nuestro río y convierte en difusas formas de evanescente gracia el puente curvado y las barcazas meciéndose? El extraordinario cambio que ha experimentado el clima de Londres durante la última década se debe por entero a esta escuela de arte en concreto. Veo que sonríes. Considera la cuestión desde el punto de vista científico o metafísico y verás que tengo razón. Pues, ¿qué es la Naturaleza? No es la gran madre que nos ha dado a luz. Es una creación nuestra y cobra vida en nuestro cerebro. Las cosas existen porque las vemos, y lo que vemos o cómo lo vemos depende de las artes que han influido en nosotros. No es lo mismo mirar una cosa que verla. No vemos un objeto hasta que apreciamos su belleza; sólo entonces cobra existencia. En la actualidad la gente ve la niebla no porque haya niebla, sino porque los poetas y los pintores han mostrado el misterioso encanto de tales efectos. Tal vez haya habido niebla en Londres desde hace siglos. Me atrevo a anrmar que así ha sido. Pero nadie la veía y por eso nada sabíamos de ella. No existió hasta que el Arte la inventó.


El pasado miércoles, en Valencia nos encontramos con la niebla, tal vez por lo que expone Vivian, tal vez por esas cosas del tiempo en Fallas.

En relación con el título, me inclino a pensar que la niebla en cuestión sí era natural, pues no recuerdo manifestaciones artísticas con la niebla en Valencia como tema concreto, ni ambiente ocasional. También es cierto que hace tiempo que no recordaba la presencia de niebla en Valencia.

Lo que sí puedo decir en esta ocasión es que la prensa local reaccionó con rapidez, y no eran las ocho de la mañana, y en sus ediciones digitales ya reflejaban lo que estaba sucediendo, tanto un periódico como el otro.

Y dejemos ya el tema, pues como prosigue Vivian en su manifestación:
Debo admitir que actualmente se abusa de ella. Se ha convertido en mero amaneramiento de una camarilla, y el exagerado realismo de su método provoca bronquitis a la gente aburrida. Donde las personas cultivadas pillan un efecto, los incultos sólo pillan un resfriado.

… y no es cuestión de enfermar.

Créditos:
Extractos de La decadencia de la mentira. Un comentario, de Oscar Wilde, según traducción de Javier Fernández de Castro, tomado de la edición realizada por Acantilado, como número 65 de su colección Cuadernos, en la biblioteca del autor.
Fotografía del Museo de las Ciencias, en el complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en Valencia, el miércoles día 11, a las siete de la mañana, del autor.

domingo, 8 de marzo de 2015

Tiempo de Fallas (De/Con)


Calor: lunes día 2 de marzo, en la Plaza de América de Valencia, a la una de la tarde.


Lluvia: martes día 3 de marzo, en el Bulevar Sur de Valencia, a las siete y veinte de la mañana.


Viento: gráfica tomada de la página de la AEMET, con datos de Valencia del miércoles día 4 de marzo.

Pues eso, que estamos en Fallas.

Créditos:
Fotografías del autor, y gráfica según se expresa.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Nieve en la información

Cuando en la frecuencia de un canal de televisión no emite ninguna estación, el receptor lo que muestra es una pantalla llena de puntos blancos fluctuantes, que es como interpreta o descodifica lo que la antena consigue captar. Debido al color blanco (sobre todo cuando los televisores eran en blanco y negro), lo que se veía pasó a ser conocido como ‘nieve’.

De este modo, la nieve nos informa de que no hay nada de qué informar, sino sólo ruido.

Esta mañana, al cabo de un tiempo de que ya hubiera dejado de nevar lo poco que ha nevado en Valencia, ya me estaban enseñando (asombrada la gente con el resultado del fenómeno meteorológico) fotos que a través de las redes sociales se estaban divulgado, y, en concreto, la que sigue.


No negaré que resulta muy curiosa la plaza de San Agustín (en Valencia) con su pequeña capita de nieve sobre la que el paso de los vehículos va marcando unos efímeros raíles.

En esta ocasión viene muy a propósito una frase que he conocido leyendo la segunda parte del Quijote: «dubitat Augustinus», es decir, «San Agustín lo pone en duda». Y es que así era mi primera impresión al ver la foto.

Claro que la duda agustiniana se refería a cuestiones de teología, mientras que mi duda versaba sobre cuestiones de meteorología y fotografía. Aunque, siguiendo con San Agustín, decidí aplicar aquello de «Roma locuta, causa finita», y cada vez que alguien me comentaba la foto en cuestión, yo, en plan romano, sentenciaba su falsedad.

Debo reconocer que tampoco tenía muchos argumentos para la sentencia, pero en opinión eran válidos; sólo dos, a saber:
- poco después del inicio de la nevada (sobre las doce), yo estaba por la calle, y por tanto, capaz de apreciar que no hacía nada de frío sino, en todo caso, algo de fresco, incrementado por la molestia de alguna que otra racha de aire (de hecho, los relojes de la calle marcaban 7º), temperatura por la que los copos de nieve se deshacían en cuanto tocaban cualquier superficie. Por tanto, difícilmente podía haber cuajado tanta nieve en el breve plazo de una hora. Ítem más, la caída de la nieve era suficiente como para poder apreciarla sólo en algunos momentos, pues en otros, prácticamente paraba.


- el segundo argumento es menos ‘científico’, y más personal: sobre las doce y media yo me encontraba, precisamente, en la misma plaza de San Agustín… y no vi nada de nieve en el suelo.

Esta tarde he podido ver que la prensa se ha hecho eco de este despropósito.

En definitiva, que esta anotación me sirve para hablar de la cantidad de nieve que en la actualidad hay en esta sociedad que, indolentemente, se ha dejado saturar con presunta información que sólo es ruido, sin siquiera cuestionarlo, aceptándolo, y como resultado lógico, contribuyendo a que vaya creciendo… la bola de nieve.

Pero eso sí, estamos en la sociedad mejor informada de toda la historia.

Créditos:
Fotografía de la plaza de San Agustín, en Valencia, supuestamente nevada esta mañana, divulgada hasta la extenuación durante el día de hoy.
Imagen del gráfico de temperaturas registradas hoy en Valencia capital, capturada de la página de internet de la Agencia Estatal de Meteorología.

La cigüeña no,...


... ayer no, pero hoy un poco de nieve sí hemos visto en Valencia hace una hora.

Actualización:
Incluyo una fotografía de unos cuantos copos de nieve sobre la manga de mi chaqueta, esta mañana, del autor (la foto y la chaqueta).

lunes, 2 de febrero de 2015

¡La nube, la nube, la nube!


¡Uf, qué poco ha faltado!

Créditos:
Fotografía de la estela de un avión esquivando una nube, un día de viento, en Valencia, en enero de 2015, del autor.

jueves, 29 de enero de 2015

Meteorología popular

Nunca he conseguido recordar si lo que anuncia un día de viento es el cielo rojo al anochecer o al amanecer.


Lo que sí sé es que, al margen del color de las nubes, el edificio fotografiado es conocido en Valencia como la Finca Roja…

… bueno, y que media hora antes de hacer la foto, habíamos entrado en alerta naranja por previsión de vientos con rachas de hasta 100 km/h.

Créditos:
Fotografía de la Finca Roja y nubes, en Valencia, esta tarde, sobre las 18:30, del autor.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Comentarios ilustrados de ayer y hoy: Julio 2014 (I)

Esto ocurrió en Bethabara [Betania], al otro lado del Jordán, donde estaba Juan bautizando.

El final de la lectura del Evangelio de hoy nos ha aclarado dónde sucedía lo relatado. Y tal vez para que tuviéramos más presente que Juan bautizaba con agua, al salir de misa nos hemos encontrado con un buen chubasco.


Si bien allá por julio lo que pude comprobar (bueno, sí, había habido algo de lluvia, pero no molestó en demasía), fue la ausencia de un drenaje en buen funcionamiento (aunque sin ningún problema en el coche), en esta ocasión, además de comprobar esto mismo, también he podido comprobar que cuando llueve bastante, uno que va andando por la calle, acaba mojándose.

Eso sí, estando ya cerca de casa, me encontré con un aviso… cuya veracidad no me ha supuesto ninguna utilidad.

Créditos:
Transcripción (con parte de la aclaración de la nota a pie de página) del Evangelio según San Juan (1, 28), tomada de la Nueva Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada, editada en 1998 por Desclée De Brouwer, de la biblioteca del autor.
Fotografías de la lluvia y de la señal de “Piso mojado”, esta noche, del autor.

domingo, 30 de noviembre de 2014

Para gustos, colores

Ayer sábado, en Valencia la previsión meteorológica indicaba para todo el día una alerta naranja por lluvias, lo que, junto con la ligera llovizna a primera hora supuso numerosos cambios de planes (por ejemplo, se suspendió el partido de fútbol de mi sobrino).







Hoy, en cambio, los colores... son otros: la alerta es amarilla, y el cielo ha pasado de azul a gris  (y esta vez sí ha llovido).

Créditos:
Fotografías del cielo de Valencia capital, ayer sobre las doce del mediodía, y hoy poco antes de las dos de la tarde, del autor.

viernes, 4 de julio de 2014

Era ya por la mañana…

… y sin embargo…


… había llovido…

(… pero doce horas antes.)

Créditos:
En el título y texto, parafraseo de la famosa frase.
Fotografía de la entrada de la c/ Gremis desde el Camino Nuevo de Picaña, en Valencia, sobre las 07:20 de esta mañana, del autor.

martes, 1 de abril de 2014

¿Abril en marzo?

Este pasado domingo el periódico El Mundo publicó un avance del nuevo libro de Pilar Urbano, y como gestor de la exclusiva, llevó a la portada lo que consideró oportuno, destacando en el titular aquello que estimó de mayor relevancia. (Si no era ésa su intención, lo siento por ellos pues fue lo único que leí en el kiosco.)


Ya por la noche, pude comprobar que la decisión periodística que sobre el particular tomaba Libertad Digital era distinta. Aunque también destacaba lo que para ellos era más relevante, el titular era muy diferente. (De hecho, no recuerdo titulares tan destacados en mucho tiempo.)


Pero la culminación de la noticia se produjo al día siguiente, lunes 31. El periódico que disfrutaba de la exclusiva la desarrollaba de un modo asaz original: en la portada destacaba…


... nada de nada.

La lectura que, sencillamente, yo hice de ello es que ni siquiera El Mundo se creía lo que él mismo había publicado.

Claro que otra lectura que se podía hacer es que, también sencillamente, se trata de que, entre todos (no sólo los políticos, sino también los periodistas, o lo que ahora son, comunicadores, en sus distintos medios de contrainformación), los demás permanezcamos en medio de la niebla, donde las luces, más que iluminar, desorientan.

O puede que todo sea, más sencillo aún, un anticipo de la celebración que hoy, día 1 de abril, se hace en el mundo anglosajón con el nombre de April Fools’ Day, es decir, nuestro Día de los Inocentes.

Créditos:
Portadas de El Mundo, tomadas de la galería de imágenes de Libertad Digital, del domingo 30, y del lunes 31, de marzo de 2014.
Captura de pantalla de la portada de Libertad Digital correspondiente a la noche del domingo día 30, tomada de la hemeroteca del periódico.
Fotografía de la niebla existente en una avenida de Valencia, poco antes del amanecer de este lunes 31 de marzo, del autor.

viernes, 21 de marzo de 2014

Bienvenida, primavera


(Aunque apenas haya durado el chubasco.)

Créditos:
Fotografía con la primera lluvia de la primavera (y esperemos que no sea la última, vistos el otoño e invierno pasados), esta tarde, en Valencia, del autor.

martes, 18 de febrero de 2014

Yendo de copos

Pero el alivio fué pasajero; a las cinco de la tarde el termómetro volvió a bajar, y tras de una ligera llovizna se reprodujo la nevada, alcanzando bastante intensidad hacia las diez de la noche, por lo que volvió a cuajar la nieve. Cesó la nevada al amanecer, cuando el viento, frío y duro, fue cambiando. La helada duró hasta bien entrada la mañana, y durante todo el día de ayer se mantuvo el tiempo con el mismo cariz.

No, no se trata de la crónica de la nevada del pasado sábado en Valencia, sino de la de Madrid entre el 17 y el 18 de febrero… de hace 90 años, en 1924.

Nevada que, como entonces no estaba lo de la ‘ideología de género’, resultó claramente sexista.


Por cierto, el trabajo de las brigadas municipales para abrir en condiciones el paso al “tránsito público” resultó eficaz y su desarrollo, “con actividad”, probó, a juicio del periódico, “que hay medios suficientes para el servicio y éste se presta bien cuando el personal está organizado y dispuesto para salir oportunamente, apenas cesa de caer la nieve y antes de que la nevada se endurezca sobre el adoquinado y sobre las losas de las aceras”. En definitiva, que los problemas no eran, entonces, tanto de medios como de organización y voluntad.

Como noventa minutos, digo, años, después.

Créditos:
Extracto de la noticia publicada en ABC el 19 de febrero de 1924, tomada de su hemeroteca en internet.
Imagen de la viñeta de Xaudaró (con perrito, claro), publicada también en ABC el mismo día, y tomada, igualmente, de la hemeroteca del periódico en internet.

domingo, 16 de febrero de 2014

Una imagen vale más que mil… gráficas


Ya podrá la gráfica decir lo que quiera…


… que esta foto es de ayer en Valencia.

Créditos:
Gráfica tomada hoy de la página del Ayuntamiento de Valencia.
Fotografía de Jesús Signes, tomada de la noticia publicada hoy en LasProvincias.

jueves, 13 de febrero de 2014

Chis, chis…


… que vienen.

Las Fallas, digo.

Tanto por las vallas para las masclataes, como por la temperatura… a las nueve de la noche.

Créditos:
Fotografía de la explanada central de la Plaza del Ayuntamiento, en Valencia, esta noche a las nueve, del autor.

domingo, 19 de enero de 2014

Tiempo al tiempo

- ¡La vuelta al mundo! – murmuró.
- En ochenta días –respondió el señor Fogg–. Así es que no tenemos un instante que perder.
- Pero ¿las maletas? –preguntó Passepartout, que balanceaba inconscientemente la cabeza de derecha a izquierda.
- Nada de maletas. Solo una bolsa de viaje. Ponga dentro dos camisas de lana y tres pares de calcetines. Otro tanto para usted. Compraremos lo que sea necesario por el camino.

Cuando no podemos recurrir al sencillo sistema de Phileas Fogg, preparar la maleta de cara a un viaje de unos días necesariamente obliga a plantearnos una pregunta: «¿Qué tiempo va a hacer?».

Una de las ventajas de estos tiempos modernos es que, además de que existen, son fácilmente accesibles las previsiones meteorológicas, algo sumamente útil cuando se viaja. El problema surge si dichas previsiones, continuamente revisadas, no terminan de apuntar con claridad qué ambiente es el que cabe esperar.

Que si mucha lluvia o poca; que si muy nublado o con algún claro; que si las temperaturas bajas o altas, normales o anormales; que si algún amago de nieve, o nada en absoluto;… así las cosas, para los primeros días del año decidí preparar la maleta recordando otro enero alemán.


El resultado no fue solamente el que se aprecia en la gráfica de la temperatura de esos días. Con el añadido de que, incluso, las mínimas fueron superiores a las máximas habituales.


El resultado, pues, fue que sobró la mitad de lo que llevaba en la maleta. Pues no es excesiva exageración decir que casi iba paseando por Fráncfort en mangas de camisa, disposición sólo alterada en alguno de los breves momentos en que la débil llovizna pasó a escasa lluvia.

No obstante, sí se mantuvo cierto paralelismo con el viaje de Berlín: si entonces la maleta ‘engordó’ unos trece kilos, en esta ocasión lo hizo en unos quince.

«- ¿Qué lleva en la maleta? ¿Hormigón?
- No, libros.»

Créditos:
Extracto del capítulo IV En el que Phileas Fogg asombró a Passepartout, su criado, de La vuelta al mundo en ochenta días, de Julio Verne, según traducción de Javier Torrente Malvido, en edición de Anaya de octubre de 2005 (pág. 32), de la biblioteca del autor.
Gráficos tomados de internet y de la página de AccuWeather.
Traducción de la conversación, aproximada, con el taxista cuando amablemente se ofreció a cargar la maleta en el maletero.

martes, 5 de noviembre de 2013

Summer doesn’t fall

Por una de esas coincidencias (que ya sabemos que no existen), simultáneamente con la visión del termómetro, podía oír en la radio (M80, si no recuerdo mal), la canción de The Lovin’ Spoonful, grupo estadounidense (en concreto, de Nueva York), titulada, como no podía ser de otra manera, Summer in the City.


Y es que, a lo que se ve por aquí, también el otoño se ha caído.

Créditos:
Fotograma del video en YouTube de la canción en cuestión.