“CYRIL Entonces, ¿la Naturaleza imita al paisajista y copia los efectos
de su obra?
VIVIAN Por supuesto. ¿Acaso no debemos a los impresionistas
esa maravillosa niebla plomiza que avanza lentamente a través de nuestras
calles difuminando las farolas de gas y transformando las casas en sombras
monstruosas? ¿ Acaso no les debemos a ellos y a su maestro la adorable neblina plateada
que flota sobre nuestro río y convierte en difusas formas de evanescente gracia
el puente curvado y las barcazas meciéndose? El extraordinario cambio que ha
experimentado el clima de Londres durante la última década se debe por entero a
esta escuela de arte en concreto. Veo que sonríes. Considera la cuestión desde
el punto de vista científico o metafísico y verás que tengo razón. Pues, ¿qué
es la Naturaleza? No es la gran madre que nos ha dado a luz. Es una creación nuestra
y cobra vida en nuestro cerebro. Las cosas existen porque las vemos, y lo que
vemos o cómo lo vemos depende de las artes que han influido en nosotros. No es
lo mismo mirar una cosa que verla. No vemos un objeto hasta que apreciamos su
belleza; sólo entonces cobra existencia. En la actualidad la gente ve la niebla
no porque haya niebla, sino porque los poetas y los pintores han mostrado el
misterioso encanto de tales efectos. Tal vez haya habido niebla en Londres desde
hace siglos. Me atrevo a anrmar que así ha sido. Pero nadie la veía y por eso
nada sabíamos de ella. No existió hasta que el Arte la inventó.”
El pasado miércoles, en Valencia
nos encontramos con la niebla, tal vez por lo que expone Vivian, tal vez por
esas cosas del tiempo en Fallas.
En relación con el título,
me inclino a pensar que la niebla en cuestión sí era natural, pues no recuerdo
manifestaciones artísticas con la niebla en Valencia como tema concreto, ni
ambiente ocasional. También es cierto que hace tiempo que no recordaba la
presencia de niebla en Valencia.
Lo que sí puedo decir en
esta ocasión es que la prensa local reaccionó con rapidez, y no eran las ocho
de la mañana, y en sus ediciones digitales ya reflejaban lo que estaba
sucediendo, tanto un periódico como el otro.
Y dejemos ya el tema,
pues como prosigue Vivian en su
manifestación:
“Debo admitir que actualmente se abusa de ella. Se ha convertido en mero
amaneramiento de una camarilla, y el exagerado realismo de su método provoca
bronquitis a la gente aburrida. Donde las personas cultivadas pillan un efecto,
los incultos sólo pillan un resfriado.”
… y no es cuestión de
enfermar.
Créditos:
Extractos de La decadencia de la mentira. Un comentario,
de Oscar Wilde, según traducción de Javier Fernández de Castro, tomado de la
edición realizada por Acantilado, como número 65 de su colección Cuadernos, en la biblioteca del autor.
Fotografía del Museo de
las Ciencias, en el complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en
Valencia, el miércoles día 11, a las siete de la mañana, del autor.
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