La caza del león era un
privilegio de los reyes asirios, y en particular, de Asurnasirpal II, quien, ha
pasado a la historia no por esta afición, sino, entre otros, por el hecho de (re)fundar
junto al río Tigris la ciudad ahora conocida como Nimrud, a la que convirtió en
capital del reino de Asiria.
También fue conocido por
la brutalidad con que ejerció el gobierno y desarrolló sus campañas militares. Claro
que estamos hablando de principios del siglo IX a.C. (883-859), es decir, hace
casi 3.000 años.
Menos mal que la
civilización humana ha avanzado mucho desde entonces, pasando Nimrud a ser sólo
un enclave arqueológico de primer orden.
Y es que si no hay
ciudad, no hay civilización; ni ciudadanos. Así es etimológicamente, y así entienden
los islamistas… su-misión.
Créditos:
Fotografía de un relieve en
alabastro, del antiguo palacio de Nimrud, en el Museo de Pérgamo, en Berlín, en
enero de 2010, del autor.
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