

Lo que no recuerdo es que se distinguiera
entre el artista del dibujo y el grabador propiamente dicho, por lo que ahora
tengo la duda de si, en general, entonces, ambas funciones las hacía el mismo
artista.
“Los
pequeños maestros alemanes. Desde mediados del siglo XVII se denomina así, Kleinmeister, a un grupo de grabadores alemanes que
hicieron láminas reducidas, incluso diminutas, de técnica refinada y detalles
precisos. Pertenecen a la generación inmediatamente posterior a Durero, al que
trataron de imitar y del que tanto aprendieron. Existe la hipótesis de que,
ante su maestría técnica y originalidad iconográfica, sus contemporáneos y
sucesores, en especial los de Núremberg, sólo pudieron conseguir una clientela
y protagonismo a través de estos grabados pequeños, casi siempre en metal, con
representaciones de temas variados, asuntos mitológicos, de género y hasta eróticos,
que fueron objetos codiciados por gobernantes y acaudalados, y causaron algunos
problemas legales a sus autores.”

Y con lupa o sin ella, es una oportunidad
de abrir boca para la exposición de Durero en la Biblioteca Nacional, en
Madrid, que, precisamente hoy, ha abierto sus puertas.
Créditos:
Portada y extractos del texto de Felipe Jerez
Moliner y Nuria Blaya Estrada (comisarios de la muestra), tomados del folleto
de la muestra Gravats mestres. L’empremta
d’Albrecht Dürer i Lucas van Leyden en la col·lecció Mariano Moret,
expuesta en el edificio de la antigua Universidad Literaria, ahora Centre Cultural La Nau, en Valencia.
Imagen del grabado representando Lucha entre Hércules y Anteo, de Heinrich
Aldegrever, tomado del referido folleto (hay que señalar que en el folleto, además de no indicar la autoría, la imagen
no está completa, faltando un poco de los laterales superiores, derecho e
inferior, lateral éste donde figura, precisamente, la firma).
Fotografía del cartel referido, en
diciembre de 2012, del autor.