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domingo, 17 de abril de 2016

¿Un país de fábula,…?

«Un día de invierno una Cigarra hambrienta pidió a una Hormiga un poco de la comida que esta había almacenado.
- ¿Y por qué – dijo la Hormiga – tú no almacenaste comida también, en vez de cantar todo el tiempo?
- Lo hice – dijo la Cigarra –, lo hice; pero vinisteis vosotras, las hormigas, y os llevasteis todo.»

¿… o, simplemente, fantástico, o fantasioso, o...?

Créditos:
Transcripción de la fábula nº 59 de las 99 fábulas fantásticas, de Ambrose Bierce, según traducción de Marcial Souto, tomada de la selcción realizada por éste y publicada por Libros del Zorro Rojo, en febrero de 216, de la biblioteca del autor.
Fotografía de un ‘bicho’, en septiembre de 2015, del autor.

miércoles, 8 de agosto de 2012

¿Ciber-borregos?

Cierto pastor que apacentaba sus ovejas en un monte, divertíase alarmando de vez en cuando a los labradores de las cercanías.
- ¡Favor! ¡Socorro! ¡Que viene el lobo! –gritaba.
Al oírlo, acudían presurosos los labradores; pero, al ver que sólo se trataba de una chanza, volvíanse a su trabajo.

Esopo es conocido por sus fábulas, una de las más famosas (incluso a costa de que muchos en la actualidad ignoren su autoría) es la del pastor que se divertía mintiendo. Luego le pasa lo que le pasa, bueno, a él no, a sus ovejas, que no tenían la culpa, precisamente.

Sin embargo, hoy se ha publicado una noticia que pone a las ovejas en su sitio, y el pastor que haga lo que le dé la gana.

Aunque suene casi a ciencia ficción, los pastores suizos están de enhorabuena porque las ovejas de su país podrían comenzar a facilitar datos de cómo se sienten amenazadas y cuándo van a ser atacadas por un lobo. El «truco» consiste en un collar que está desarrollando un biólogo de Suiza, que facultaría monitorizar cada latido del corazón del animal, y detectar así cuándo están angustiadas por un incipiente peligro.
El objetivo de ese «chequeo» constante sería que el sistema interceptase el riesgo y enviase un SMS al dueño de la oveja, entonces el pastor podría actuar en consecuencia. Si el latido del rebaño se acelera de forma agitada durante un lapso temporal pequeño, el collar avisará al pastor de manera inmediata.

Las dudas que se me plantean, en versión Esopo moderno es:
- ¿El pastor se inventará los mensajes de móvil para divertirse alarmando a los lugareños?
- ¿Serán las ovejas las que se ‘exciten’ para divertirse con el susto del pastor?
- ¿Aprenderán los lobos a asustar a las ovejas e inmediatamente esconderse, hasta que ya no les hagan caso a las pobres?
- ¿Aprenderán los lobos a, disimuladamente, llevar a las ovejas a donde no haya cobertura?
- ¿Esta noticia en realidad es una fábula para demostrar lo borregos que somos al estar tan pendientes del móvil?

Créditos:
Portada e inicio de la fábula El pastor mentiroso, de Fábulas de Esopo, edición de 1940 realizada por Editorial Ramón Sopena, en su colección Biblioteca para niños.
Inicio de la noticia publicada en ABC.

lunes, 13 de febrero de 2012

Sobre fábulas y relatos

Zeus, Prometeo y Atena, que habían modelado, el primero un toro, Prometeo un hombre, y la diosa, una casa, eligieron a Momo como árbitro. Éste, envidioso de sus creaciones, empezó a decir que Zeus había comoetido un fallo al no poner los ojos del toro en los cuernos para que pudiera ver dónde atacaba; a Prometeo le criticó porque no había colgado fuera las mientes del hombre, para que así no pasaran inadvertidos los malos y fuera vien visible los que cada uno tenía en su cabeza. En tercer lugar, dijo que Atena debería haber puesto la casa sobre ruedas para que si uno iba a vivir con un malvado por vecino, pudiera desplazarse fácilmente. Entonces, Zeus, indignado con él por su envidia, lo echó del Olimpo.
La fábula muestra que nada hay tan perfecto que, desde luego, no se haga acreedor de alguna crítica.

- - - - -

Por cierto, por cierto. Si no entendí mal, este lunes, día 13, sale a la venta el último libro de César Vidal Manzanares, un recopilatorio de sus relatos de las nueve de la noche.

Y hasta aquí puedo avisar.

Créditos:
Transcripción de Zeus, Prometeo, Atena y Momo, fábula de Esopo, según traducción de Pedro Bádenas de la Peña, publicada por Gredos en 1982, y reeditada por RBA en el volumen titulado Fábulas, como número 8 de su colección Biblioteca Gredos, en 2006 (fábula nº 100, y página 87).

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Llevando la contraria a los clásicos… flexibles

Hay una fábula de Esopo, titulada La encina y la caña que habla sobre lo beneficioso que resulta ser flexible ante “los que son más fuertes”, mostrándolo en que la caña, cediendo antre un “fortísimo viento”, “consiguió librarse de ser arrancada de raíz, mientras que la encina, por resistirse, fue arrancada de cuajo”.
La Fontaine, en su fábula del mismo título, nos muestra tras un diálogo entre encina y caña, más literariamente, idéntico resultado:

Apenas dijo estas palabras, de los confines del horizonte acude furibundo el más terrible huracán que engendró el septentrión. El árbol resiste, la caña se inclina; el viento redobla sus esfuerzos, y tanto porfía, que al fin arranca de cuajo la Encina que elevaba la frente al cielo y hundía sus pies en los dominios del Tártaro.
Babrio, otro fabulador griego (sobre el siglo III d.C.) nos muestra nuevamente el distinto fin de una encina y, en este caso, unos juncos (aunque también figura la caña en el título de la fábula), con la misma conclusión: “la fábula nos revela que nos hay que luchar contra los poderosos, sino ceder”.
Sin embargo, en la reformulación de Babrio hay una variación:
A una encina de raíz arrancó el viento en la montaña y dio con ella en el río. Y éste le arrastraba entre sus remolinos en su enormidad de árbol plantado por hombres de otras generaciones.
Variación que me da pie para contraformular la fábula:
«Y la encina, flotando sobre las aguas y remolinos, en su enormidad de árbol, permitió que un hombre arrastrado como ella por el viento contra las aguas turbulentas del río, se agarrara al tronco, y se salvara de resultar ahogado.»
Créditos:
Transcripciones de La encina y la caña, fábula de Esopo, según traducción de Pedro Bádenas de la Peña, publicada por Gredos en 1982, y reeditada por RBA en el volumen titulado Fábulas, como número 8 de su colección Biblioteca Gredos, en 2006.
Ilustración de Gustavo Doré, mostrando la encina caída, y párrafo final de la fábula, según traducción de don Teodoro Llorente, tomados de Fábulas de La Fontaine, edición facsimilar de Atlas Ediciones en 2007 de la de Montaner y Simón, Editores de 1887.
Transcripciones de La encina y la caña, fábula de Babrio, según traducción de Javbier López Facal, tomadas de la misma obra que las de la fábula de Esopo.