“Zeus, Prometeo y Atena, que habían
modelado, el primero un toro, Prometeo un hombre, y la diosa, una casa, eligieron
a Momo como árbitro. Éste, envidioso de sus creaciones, empezó a decir que Zeus
había comoetido un fallo al no poner los ojos del toro en los cuernos para que
pudiera ver dónde atacaba; a Prometeo le criticó porque no había colgado fuera
las mientes del hombre, para que así no pasaran inadvertidos los malos y fuera
vien visible los que cada uno tenía en su cabeza. En tercer lugar, dijo que
Atena debería haber puesto la casa sobre ruedas para que si uno iba a vivir con
un malvado por vecino, pudiera desplazarse fácilmente. Entonces, Zeus,
indignado con él por su envidia, lo echó del Olimpo.
La fábula muestra que nada hay tan
perfecto que, desde luego, no se haga acreedor de alguna crítica.”
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Por cierto, por cierto. Si no entendí
mal, este lunes, día 13, sale a la venta el último libro de César Vidal
Manzanares, un recopilatorio de sus relatos de las nueve de la noche.
Y hasta aquí puedo avisar.
Créditos:
Transcripción de Zeus, Prometeo,
Atena y Momo, fábula de Esopo, según traducción de Pedro Bádenas de la Peña,
publicada por Gredos en 1982, y reeditada por RBA en el volumen titulado
Fábulas, como número 8 de su colección Biblioteca Gredos, en 2006 (fábula nº
100, y página 87).
Desde niña me encantan las fábulas. Y una de sus curiosidades es que suelen admitir varias lecturas. La conclusión es cierta: todo puede ser criticable, pero a mí me sugiere también otra, que nos recuerda el saber popular (aunque en nuestra sociedad se olvida con demasiada frecuencia): ¡qué mala consejera es la envidia!
ResponderEliminarSaludos.
MGae: En efecto, la doble lectura es posible en muchas fábulas, o incluso la triple. Por ejemplo, ésta también enseña que es peligroso llevar la contraria a los poderosos: te tiran de casa.
ResponderEliminarDe hecho, yo mismo hice una reformulación de otra fábula de Esopo, la de la flexibilidad de la encina y las cañas hace casi dos meses, con opciones de lectura de este otro modo, aunque no lo dijera, en muchas de las circunstancias de la España de estos tiempos.
Un saludo.