“Cuando se cumplieron los
días en que debían purificarse, según la ley de Moisés, llevaron a Jesús al
Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor:
Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un
par de tórtolas o un par de pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del
Señor.”
Hoy se ha celebrado la
festividad de la Presentación en el Templo, también conocida como de la
Candelaria, pues, como cantó en ese momento Simeón, Jesús es “luz para iluminar
a las gentes”.
Este pasado domingo
escuché en El Espejo, en COPE, el dicho “Hasta la Presentación, Pascuas son”
(cuando yo creía que la fecha era la de San Antón), con el comentario de que
era tradición (aún practicada en el Vaticano, por ejemplo) que hasta la
Presentación se mantenía instalado el Nacimiento o Belén.
Gracias a este comentario
entendí (supongo) que pudiera ver un Nacimiento en Berlín a finales de enero,
en concreto un 23 de enero. El Nacimiento lo vi en una iglesia, claro; sólo que
era la Berliner Dom, es decir, la Catedral luterana.
Nota:
Por si alguien tiene la
curiosidad, la ofrenda de un par de tórtolas o un par de pichones es la que se establece
para quien “no le alcanza para presentar una res menor”, es decir, los pobres.
Créditos:
Transcripciones del Evangelio según San Lucas (2, 22-24 y 2, 32), y del Levítico
(12,8), tomadas de la Nueva Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada, editada
en 1998 por Desclée De Brouwer.
Fotografía de detalle del
Nacimiento instalado en la Berliner Dom, Catedral luterana de Berlín, del 23 de
enero de 2010, del autor.
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