Este viernes por la tarde pude ver (creo
que era en 13TV) la secuencia final de la película Sólo ante el peligro, en el
original que se dice, High Noon, en referencia a la hora precisa del mediodía
en que sucederá lo que tenga que suceder.
Este año se cumple el sexagésimo
aniversario de la película, por lo que no creo que resulte necesario hablar de
ella, ni creo que tampoco sea una descortesía hablar del final de la pelicula. (No
obstante, si alguien tiene alguna petición, se intentará atender –pero no la de
callar el final porque éste el objeto de esta anotación).
La película se basa en el relato de John W. Cunningham titulado The Tin Star, (o La
estrella de hojalata), en referencia a la estrella que lucía como distintivo
del cargo el sheriff en los tiempos del Salvaje Oeste.
Curiosamente (o no, pues no he leído la narración original), sobre la estrella
quiero hablar. Sin entrar a cuestionar cómo el sheriff busca
ayuda para hacer frente a los delincuentes, sí me centraré en el final.
El caso es que no recordaba yo esta
precisa escena y acción, y creo que no puede ser más oportuna, visto cómo está
el patio en este país: cómo la ley es arrastrada primero, por quienes tienen a
gala violarla; y luego, por quienes se llenan la boca con ella… hasta que sus
resultados no les agradan. Y los ejemplos de esto último no están sólo en un
lado.
Pero ya volveré sobre este tema (con
algunos ejemplos).
De momento, me quedo en cómo un defensor
de la ley arroja al suelo el símbolo de esa ley.
Y luego aún se extrañará alguien de que
me guste John Wayne.
Créditos:
Fotograma de la escena en que la estrella
está en el suelo, tomada de la película Sólo ante el peligro.
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