Como es sabido, realizo
por mi cuenta una especie de EGM en el sector del taxi de Valencia. Últimamente
he hecho poco uso de tal medio de transporte, por lo que es escasa la muestra conseguida
tras el último estudio aquí publicado, y, por tanto, aún no son representativos los
datos (suponiendo que alguno lo sea) obtenidos. Sin embargo…
Sin embargo, ayer… ¡ah,
ayer!
Ayer cogí un taxi
temprano, muy temprano, directamente en la parada. El taxista, dada la hora y
el fresco que había en el ambiente, estaba dentro, con la radio puesta,
escuchando ¡((esRadio! ¡Y estaba hablando Federico!
La emoción del momento
pudo con el ambiente, y el taxista, en el segundo semáforo, cambió de sintonía,
pasándose a ¡ABC Punto Radio!
Pero ésta no fue la única
emoción del día.
El día anterior había
llevado el coche al taller, y ayer pasé a recogerlo. A pesar del antecedente ya
comentado aquí, no escuché en el taller la emisora que nos ocupa, por lo que no
sabría calificar el hecho como bueno o malo. Sí hay una cosa buena: ¡ya funciona la radio del coche!
Así que, si antes llevaba
la radio apagada, resignadamente, ahora ya puedo llevarla… apagada,
voluntariamente.
Y mientras tanto, incrédulos
ante mi EGM particular, han decidido apuntarse al EGM oficial. ¡Cómo está la competencia!
¿De modo que vuelta al EGM? Si es que la pela es la pela...
ResponderEliminarAunque, pobres, pese a todo lo malo que se ha dicho (hemos dicho) de ellos, lo cierto es que lo han tenido muy difícil y, a pesar de ello, no han hecho un mal trabajo.
Eso parece. Me imagino que tal y como están las cosas, a los gestores de las campañas de publicidad también habrá quien les diga que por qué el dinero en un sitio y no en otro y que de acuerdo con qué datos de audiencia. Y eso, se quiera o no, parece que 'pasa' por el EGM.
ResponderEliminarSobre lo malo que hemos dicho, también es cierto que es de un tiempo a esta parte. No se ha cuestionado (que se podría) la forma de empezar, sino la forma en que se encontraron con que tenían que empezar. Y por eso, por ese buen trabajo que no tenían fácil, es por lo que entristece tener que decir lo que últimamente, al menos por mi parte, se dice.
En román paladino: que si no los oigo, no se me viene el mundo encima.
Un saludo.