Llegan a la imponente majestuosidad de la
llanura líquida del gran río, al que ellos mismos acabarían llamando AMAZONAS.
Navegan por la línea central del río.
Tanto una orilla como otra se ven lejos.
Nueve días continuaron navegando por el
inmenso río, haciendo algunas noches, no todas, desembarcos para descansar. En
todo ese tiempo no vieron ningún poblado.”
Entre los diversos libros que me fueron
regalados con motivo de mi Primera Comunión figura Exploraciones del Amazonas,
en la maravillosa colección El Globo de Colores, que editaba Aguilar, libro con
el que me enteré de la gesta realizada al mando del capitán Francisco de
Orellana por un pequeño grupo de españoles, como fue el completo recorrido a lo
largo de los ríos de la Amazonia.
Para narrar dicha gesta hay que tomar
como base fundamental la Relación del descubrimiento del famoso río grande que
desde su nacimiento hasta el mar descubrió el Capitán Orellana en unión 56
hombres, escrita por Fray Gaspar de Carvajal en primerísima persona, pues,
siendo uno de los integrantes de la expedición, actuó de cronista de la misma,
como solía hacerse entonces en toda acción emprendida por los españoles.
Sin embargo, en relación a lo que hemos
transcrito, hay una pequeña diferencia. Dice Fray Gaspar: “Salimos deste pueblo
y caminamos por nuestro río a vista de buenos pueblos; y yendo así, un domingo
de mañana, a una división que el río hacía, que se partía en dos partes”.
Y siendo claro que un fraile no
confundiría nunca un domingo con otro día de la semana, resulta ser que el día
en que propiamente vieron los españoles el curso alto del río Amazonas fue el
domingo, 11 de febrero de 1542.
En ese momento, aun cuando al río le faltara
todavía tiempo en recibir dicho nombre, los españoles ya sabían de estas
mujeres, en concreto, en un poblado en el que habían confraternizado con los
nativos (gracias, como dice Fray Gaspar, después de a Dios, a que el Capitán Orellana
conociera su lengua):
“Aquí nos dieron noticias de las amazonas
y de la riqueza que abajo hay, y el que la dio fue un indio llamado Aparia,
viejo que decía haber estado en aquella tierra”.
Tras abandonar el poblado (“partimos, día
de Nuestra Sra. La Candelaria”), llegaron, como hemos dicho, tal día como hoy
al río actualmente conocido como Amazonas, aunque no fue hasta cuatro meses
después que las vieron, en concreto, el día de San Juan Bautista de 1542, como
no podía ser menos, en plena batalla:
A finales de agosto consiguieron llegar
al Océano Atlántico, y a principios de septiembre de 1542 pudo darse como
finalizada la expedición de descubrimiento del curso del río Amazonas, con la
arribada de los dos bergatines a la isla de Cubagua, junto a la costa de
Venezuela, donde había asentados colonos españoles.
Francisco de Orellana perdió la vida en
un intento posterior de colonizar aquellas tierras, pasando, prácticamente, al
olvido.
Tal vez, por un lado, fuera demasiada
gesta para los especialistas en denigrar la Historia de España a base de
Leyendas Negras.
Y por otro lado, tal vez, fuera, ni más
ni menos, lo que tocaba hacer, y así se hizo, a mayor gloria de Dios y de
España.
(Es decir, totalmente merecedores del
mayor de los olvidos)
Créditos:
Portada e ilustración (ambas de Rafael
Munoa) y extracto del capítulo A lo largo del Amazonas, de la obra de Luis
Escobar Bareño Exploraciones del Amazonas, editada en su colección El Globo de
Colores, serie verde, por Aguilar, en 1960 (pág. 41).
Extractos de la transcripción de la Relación
del descubrimiento del famoso río grande que desde su nacimiento hasta el mar
descubrió el Capitán Orellana en unión 56 hombres, escrita por Fr. Gaspar de
Carbaxal del órden de Santo Domingo de Guzmán, publicada junto a su edición
facsímil, incluídas en su Descubrimiento del río de las amazonas por José
Toribio Medina, publicada en Sevilla en 1894, y tomados de la edición facsímil
de ésta publicada por Estudios, Ediciones y Medios - EDYM y la Biblioteca
Nacional, en Valencia, en 1992 (pp. 222, 226, 258).
Imagen de la dicha transcripción, tomada
de la referida edición, destacando sobre ella la palabra ‘amazonas’ y la parte
donde se las describe.
Ese era mi aitá, Rafael Munoa, recientemente fallecido, el 10-5-2012, siempre me asombra y enternece y enorgullece ver que se escogen obras suyas para ilustrar blogs, muchas gracias, Claudio Munoa
ResponderEliminarDe nada; gracias a él y a su trabajo.
ResponderEliminarSiento que este contacto sea con tan triste noticia.
Le acompaño en el sentimiento.
Un abrazo.