domingo, 31 de mayo de 2009

Recordar a los olvidados

El pasado lunes se celebró en Estados Unidos el Memorial Day, en recuerdo por los caídos. Con tal motivo, John Cox publicó en su diario el dibujo que se acompaña, basado en una frase de George S. Patton, ya conocido en estas páginas.

Ayer, día de San Fernando, Rey en España, III de ese nombre en Castilla, se celebró el día de las Fuerzas Armadas. De España, a pesar de la Excelentísima Señora Ministra.

Como sé que esta tropa no leerá, entre otros, el comentario al dibujo de Leslie Bates (al que no conozco), trascribo el inicio,… para que sigan sin leerlo:

Now there are some folks, who regard themselves as morally superior beings, who question why the other bastard has to die. The answer of course is that the other bastard is attempting to impose his will, or the will of his leader, upon you by force. It is the act of coercion by force that makes what General Patton called the other bastard an enemy.
Peace is simply the absence of enemies.
But there are some folks, who pretend to be morally superior beings, who would have us believe that "peace" could be achieved by submission to the will of the other bastard. In reality this is not peace, it is slavery.
There are some well meaning people, some of whom that I respect, who believe that there are times that one cannot have both peace and freedom at the same time.
I have to disagree.
Liberty is simply the condition of existence in which the person is free to live his own life in accordance with his own rational judgment. This does of course require the absence of some other bastard who is attempting to impose his will upon the person by force.
In practical terms real peace and real freedom are inseparable.

[Los destacados son míos.]

La clásica frase de “Si vis pacem, para bellum” ha sido denigrada como belicista. Naturalmente, quienes eso opinan no se han preocupado de entenderla. Simplemente, lo que se dice es que quien quiere la paz, o al menos, la ausencia de guerra declarada, debe dejar claro a un posible enemigo que luchará por su libertad: si el totalitario tiene suficientes sospechas de vencer, buscará hacerlo. Churchill y Patton lo sabían. Por eso, a uno no le hicieron caso (Munich del 38: nazismo), y al otro lo acabaron frenando y relegando (Viena del 45: comunismo). Pero esto son otras historias.

Honor a todos los que dieron su vida por España

et repleti sunt omnes Spiritu sancto

Et cum complerentur dies Pentecostes, erant omnes pariter in eodem loco: et factus est repente de caelo sonus, tanquam advenientis spiritus vehementis, et replevit totam domum ubi erant sedentes. Et apparuerunt illis dispertitae linguae tanquam ignis, seditque supra singulos eorum: et repleti sunt omnes Spiritu sancto, et coeperunt loqui variis linguis, prout Spiritus sanctus dabat eloqui illis.

martes, 26 de mayo de 2009

El blues de un autobús

Ayer vi la anotación de elentir informando sobre la llegada del autobús de Derecho a Vivir a Vigo. Esto me recordó que no estaba lejos la fecha de llegada a Valencia, y confirmé que precisamente era para hoy y mañana cuando estaría en Valencia.

Plugo a Dios que quisiera la fortuna dos cosas: una, que tuviera que hacer unas gestiones en pleno centro de la ciudad, y la otra, que encontrara sitio para aparcar en la Plaza del Ayuntamiento,… a la primera.

Total, que pude acercarme, a verlos, y echar un par de fotos y una firma a favor del manifiesto.

[Actualización: se ha publicado una anotación resumen de los dos días en Valencia]

Lamentablemente, la publicidad que se le dio al acto no fue la debida. Por ejemplo, no la oí en la COPE, y sobre la noticia de Levante, y las declaraciones del tal concejal, sólo decir que, una vez más, y como su jefe de filas, confunde lo público (anuncios en la EMT) con lo privado (autobús en gira): si tanto quiere un autobús ateo, ¿por qué no se lo paga? (¡ah! porque es de izquierdas, y entonces lo tienen que pagar todos, volis nolis, ¿no?). Por otro lado, aunque no sé del tema, sí me creo que tenga razón en la recriminación al ayuntamiento sobre permitir algo a unos y no a otros, ya que el Partido Popular no se caracteriza los últimos tiempos precisamente por la coherencia, fruto incuestionable de carecer de unas ideas claras y, sobre todo, de ánimo de plantearlas y defenderlas.

Pues nada, un saludo y un agradecimiento a todos los que están en la brecha.

domingo, 24 de mayo de 2009

Con todos los respetos

Hace ya tiempo, febrero de 2008, conseguí el libro. Pasó la primavera y el verano, y no fue hasta ya avanzado el otoño (octubre) cuando empecé a leerlo aunque por cuestiones de organización horaria doméstica, me quedé estancado tras el Prefacio y los dos primeros capítulos.

El libro seguía en la mesilla de noche, pero no me atrevía a retomarlo, sabedor de que, y aviso, una vez hecho, es difícil dejarlo, y no era cuestión de estar todas las noches apagando la luz sobre las dos de la madrugada.

Ante el peligro de lo comentado en una anotación de hace tiempo, esta pasada Semana Santa, haciéndome ilusiones de disponer de tiempo suficiente, me lancé de nuevo al disfrute del libro.

Y lo conseguí. Por ejemplo, aunque es conocida la palabra “boquiabierto”, en el capítulo IX la autora no la usa, sino que prefiere una imagen más literaria, acertando plenamente:

En pocas palabras puso a un atónito don Horacio y a una no menos sorprendida doña Susana al corriente de su vida.
Cuando terminó, el papel donde don Horacio tenía que haber tomado notas estaba lleno de gotas de tinta que habían caído de su pluma mientras escuchaba.


El pasado domingo día 17 terminé el libro, y un compañero que lo hojeó al día siguiente, comentó que “se lee muy bien”. Hoy he oído la entrevista que le hicieron en navidad en un programa local de COPE Valencia, consecuencia de la publicidad de boca a oreja que está teniendo la novela, y que la autora ha tenido el detalle de hacérmela llegar.

De la novela, tal y como su autora dice en la entrevista, podría destacarse:
El principal valor es el valor del esfuerzo y del trabajo para salir adelante.

En resumen, que no sólo uno se queda asombrado de la buena calidad de esta primera novela, sino que, con todo respeto, la recomienda:
La vidriera irrespetuosa, de Carmen Montoro Cavero, editada por Nuevos Autores.

“…les ruego a ustedes que levanten su copa por nuestra felicidad y espero que todos sean testigos durante muchos años de nuestra dicha.

Sí,… pero impacientes por la siguiente novela.

viernes, 22 de mayo de 2009

Un sesquicentenario no elemental

La víspera de los Reyes de este año, donde siempre, estuve comprando unos libros. En una de las vueltas que di alrededor de las mesas de ofertas, me llamó la atención un título, con el resultado de compra.

Ayer, de casualidad, me enteré de que hoy se cumplían los primeros 150 años del nacimiento de Arthur Conan Dyle, más conocido por uno de sus personajes que por el conjunto de su obra literaria, o incluso, por ser él mismo, abogado-detective-investigador como novela Julian Barnes en su obra Arthur & George, en donde, como en ejemplo de mestizaje sobrevenido en la propia metrópoli, dice de él que “irlandés de ascendencia, escocés de nacimiento, educado en la fe de Roma por jesuitas holandeses, Arthur se convirtió en inglés”.

Arthur, aunque sea novelado, contesta a quien quiere darle las gracias por haberle ayudado: “No lo he hecho por su dichosa gratitud, que ya ha expresado suficientemente. Lo hago porque es usted inocente y porque me abochorna cómo funciona la maquinaria judicial y burocrática de este país.

[los textos están extraídos de la cuarta edición en Panorama de Narrativas (nº 659), por Anagrama, según traducción de Jaime Zulaika]

Lástima que Arthur no se convirtiera en español,… y siga aquí, al pie del cañón.

Tal vez por eso, sólo he podido localizar referencias al sesquicentenario en Terra (que es como me enteré), ABC y COPE (ni el Mundo, ni El País, ni SER), aunque, eso sí, todo son distintas versiones de la misma noticia de EFE.

[Actualización: con fecha de 24 de mayo y de la mano de Marta Riesgo, entra en La Razón]

Bueno, la cuestión es que hoy se celebra este sesquicentenario, y por cosas de la vida, he terminado de leer el libro de que he hablado al principio de esta anotación, y, al haberme acercado a donde siempre, aunque por otros motivos, he encargado otra novela con el mismo protagonista.

En las versiones de la noticia de EFE, se nos habla del “legendario 'Elemental, querido Watson', frase que Conan Doyle jamás puso en labios del detective, pero que el cine atribuyó a Sherlock Holmes.

Bueno, pues el libro que compré y acabo de leer hoy, se titula, precisamente, Elemental, querido Chaplin, ante lo cual, mejor permanecer mudo,… por ahora.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Tengo la prueba

Para mi hermano era la ilustración de un folleto de los Testigos de Jehová”, recogió caragüevo haciendo la reseña de la exposición “La sombra”.

Hoy, en casa, he abierto la puerta creyendo que se trataba de unos vecinos, y no, se trataba de dos señoras a las que no he podido atender (se/me preguntaban «¿Quién es, realmente, el gobernante del mundo?»), aunque les he agradecido su voluntad de explicármelo, incluso tras haberme dado un folleto en el que, además de esa pregunta como título general, se puede leer… “¿Desea más información? Escriba a la sucursal de los testigos de Jehová más cercana”.

El folleto nos recordaba que Jesús rechazó todas las riquezas y poder con que fue tentado por Satanás, escena que se ilustraba con el dibujo que nos acompaña.

O sea, que el comentario hecho en su día creo que no iba tan desencaminado, ¿no?

viernes, 15 de mayo de 2009

Reposar la comida. Notas al pie

Como puede suponerse, no sólo en establecimientos centenarios se puede estar en Madrid.

En el viaje de marzo que hemos comentado, el sábado comimos y cenamos en dos que no lo eran, aunque, eso sí, el barrio del primero bastante más centenario que el del segundo.

Como todo el mundo sabe, en Madrid, una de las cosas que toca comer, es… pescado y marisco. Es lo que hicimos, y muy bien, a mediodía.



Para la cena, después del concierto de Gospel (o sea, ya sin foto), cerca de donde estábamos. No diré que lo centenario en este caso fuera la clientela con que coincidimos, porque sería una ligera exageración. Pero lo importante, producto y servicio, lo recuerdo como también muy bien,… aunque no recuerdo de qué se trató.

Y siendo San Isidro, finalizamos estos comentarios, aunque en breve, tendremos un segundo volumen de esta serie.

Ver la luz

Hace un mes y un día, comenté los problemas para conseguir una entrada para la ópera. Hoy toca todo lo contrario.

Aunque en el caso anterior, la fecha de inicio de venta de entradas estaba fijada desde el inicio de la temporada, esta vez no había, o la menos, yo no conocía, ninguna fecha programada. Entraba habitualmente en las páginas de Internet, e incluso una vez, llamé por teléfono para confirmar… que no estaban aún a la venta.

Hoy, que precisamente no había hecho ninguna comprobación, me llama mi hermano para decirme que sí, que ya.

Y poco antes de comer consigo un par de entradas para el fin de semana en que, Dios mediante, nuevamente estaremos en Madrid. Sin ningún problema, marqué el día elegido,... y tenía todo para mí. Lugar: el Museo del Prado. Objeto: exposición de Joaquín Sorolla.

La exposición recoge los paneles que realizó en su día para la Hispanic Society de Nueva York, y que hace justo dos años empezó a ser preparada y acondicionada, completa, para su viaje hacia España, para empezar un itinerario circular por aquí: empezó en Valencia (naturalmente, al ser aquí, acabé no pudiendo ir a verla) y aquí acabará.

Pero además, como se dice en la correspondiente página, “Joaquín Sorolla (1863-1923) es la primera gran exposición antológica que el Prado dedica a este gran maestro del siglo XIX y la más importante celebrada tanto dentro como fuera de España, donde no ha habido ninguna exposición de estas características e importancia aunque sí otra gran muestra monográfica de carácter antológico que se celebró en 1963 en las salas del Casón del Buen Retiro, organizada entonces por el Ministerio de Educación y Ciencia. La exposición muestra por primera vez más de un centenar de pinturas de Sorolla, el pintor español de mayor proyección internacional de su tiempo y una de las figuras capitales de la historia del arte española, en un ambicioso recorrido sobre lo mejor de su producción que incluye los catorce paneles de la Visión de España pintados para la Hispanic Society of America traídos a España en el año 2007, por Bancaja, entidad patrocinadora de la muestra.

La exposición muestra por primera vez más de un centenar de pinturas de Sorlla”. Es cierto: son 101. Las aquí mostradas están tomadas de la página de la Exposición.

Como toca, donde podré acabar viendo la luz de Valencia, será en Madrid.

Reposar la comida. Post-data

Hace unos días finalizamos el recorrido por diversos restaurantes y establecimientos de hostelería centenarios de Madrid, siguiendo el famoso folleto. Acabábamos con el “benjamín” de los reseñados. Sin embargo,…

Sin embargo, la vida sigue, y este año, después del folleto, cumple su primer centenario “El anciano rey de los vinos”, en la calle Bailén, frente a la Catedral de la Almudena y el Palacio Real.

Como quien este diario siga, recordará, me quedé sin poder hacer fotos el domingo, que fue cuando hicimos un breve descanso en este establecimiento.

Pero sí me traje una servilleta (sin usar, claro).

lunes, 11 de mayo de 2009

Otro testigo del testigo

Hace tiempo comenté que estaba reorganizando mi biblioteca (y hago como que sigo en ello). Uno de los libros con que me encontré fue Santiago Carrillo. Crónica de un secretario general, de Fernando Claudín (1983), en la colección Documento de Editorial Planeta, un ejemplar de la segunda edición, de marzo de 1983 que compré aprovechando una oferta de varios por uno.

Como he dicho en alguna que otra ocasión, es raro el libro que, si lo tengo en las manos, no hojee un poco. Éste no fue una excepción, y nada más abrirlo, me topé con lo siguiente:

En la práctica concentra en sus manos, a partir de ese momento, las tareas de dirección política y de organización. Su proverbial capacidad de trabajo se emplea a fondo. El «método colectivo» de dirección funciona a tope: reuniones con el buró político, con el secretariado, con comisiones de trabajo, con cuadros llegados a España o en preparación para marchar allí. (…) Su vida se desenvuelve durante esos treinta años, día a día, con jornadas de trabajo que por lo general no bajaban de las catorce o dieciséis horas sin interrupción –salvo las vacaciones veraniegas–, según idéntico esquema: casa-coche-reunión, y viceversa. Vive en un mundo cerrado, de informes y de relaciones con sus colaboradores, salvo algunos raros contactos a partir de 1959 con personas de otros grupos políticos, o más bien grupúsculos, que de vez en cuando aparecían por París. Apenas tiene tiempo de estudiar a fondo los problemas, y además carece de una preparación teórica que le proporcione los instrumentos de análisis adecuados. Maneja bien los tópicos más corrientes del marxismo, o más exactamente de su versión estaliniana, el «marxismo-leninismo», pero ignora las nuevas corrientes críticas, o las condena a priori como desviaciones revisionistas.
(…)
Santiago no superará nunca las lagunas de su formación intelectual. En los momentos de mayor compenetración entre nosotros, después de la victoria sobre los «viejos» y antes del choque en torno a la cuestión del estalinismo, comentando la gran responsabilidad que recaía sobre él como dirigente máximo del partido aunque no tuviera aún el título de secretario general –pero era, evidentemente, cuestión de poco tiempo– le sugerí la conveniencia de que delegara algunas de sus ocupaciones, y durante un período dedicara el máximo de tiempo a estudiar y colmar sus carencias teóricas. Santiago convenía en la necesidad de hacerlo, pero nunca lo haría. Tenía que controlarlo todo, hasta en el detalle. Temía que se le escaparan de las manos parcelas de poder. La desconfianza en aquello que no controlaba directamente era en él como una segunda naturaleza. Y todo con la mejor buena conciencia de que así correspondía abnegadamente a la responsabilidad que el partido le confiaba. Por consiguiente, siguió actuando como antes, pero con más poder.
(…)
Para cumplir con las dos funciones elementales del político: analizar la realidad y definir la política capaz de influir sobre ella en el sentido deseado, Carrillo confiaba sobre todo en su intuición y en su experiencia empírica. Deseos, esperanzas, ilusiones y prejuicios campaban así por sus respetos. Podía acertar o equivocarse, pero en ambos casos el rigor, el esfuerzo de aproximación científica, de objetividad, brillaban por su ausencia. Un subjetivismo incontrolado presidía permanente su discurso político.


[del Capítulo II La ininterrumpida ascensión de Santiago Carrillo. Apartado 4. Conquista de la secretaría general.]

Esta actividad, aunque no de la misma manera, la reconoció el testigo cuando la presentación del documental en el Festival de Málaga, según recogía en su artículo para El País, Sergio Mellado: “Si tengo algún mérito es haber vivido tantos años y haber participado activamente en muchos episodios de la vida de España”.

Como ya hemos dicho, el documental fue estrenado este pasado viernes, y presentado el miércoles, según recoge Gregorio Belinchón para El País. Del artículo es la foto que nos acompaña, obra de Luis Sevillano, con los dos protagonistas del documental.

En el artículo se refleja que esa actividad persiste: “Yo no he dejado atrás la emoción. Me sigo apasionando como cuando tenía 19 años. Tengo una gran curiosidad por el presente y el futuro.

Curiosamente, no tiene curiosidad por el pasado. Será que lo conoce muy bien.

Los crímenes de Oxford. Una serie... psico-lógica

Regresamos a la novela Los crímenes de Oxford, y a la presencia en la novela de las matemáticas, de la lógica y de la psique.

1. “Supongo que lo que me atrajo [de las matemáticas] es la clase de verdad que encierran los teoremas: atemporal, inmortal, suficiente en sí misma, y a la vez, absolutamente democrática” dice el protagonista. Y claro, poco más adelante, se ve obligado a explicar este último calificativo: “lo que yo quise decir es que hay en la matemática un momento democrático, cuando se expone línea por línea una demostración. Cualquiera puede seguir el camino una vez que se ha marcado. Pero hay por supuesto un momento de iluminación anterior: lo que usted llamó el salto de caballo… sólo unos pocos, sólo a veces uno en siglos, consigue ver por primera vez el paso correcto en la oscuridad” (pp. 103 y 105)

2. “Voy a pedir esta tarde un perfil psiquiátrico, aunque no creo que todavía pueda decirse demasiado”, dice el inspector Petersen tras “el segundo de la serie” (pág. 97). Al día siguiente, a media tarde: “les voy a leer lo esencial del informe” (pág. 110). Y en los previos del concierto, el profesor amigo del protagonista dice: “Le envié [a Petersen] desde Cambridge la explicación [de la serie de símbolos]. Es apenas media página, contra ese informe tan… imaginativo que nos leyó. (…) Es interesante el poder de seducción de las conjeturas psiquiátricas. Aunque sean falsas o incluso absurdas resultan siempre más atractivas que un razonamiento puramente lógico. La gente tiene una resistencia natural, una desconfianza instintiva hacia los esquemas lógicos. Y aun con todas las razones equivocadas, en el fondo de esta resistencia, si uno estudia la formación histórica de la lógica en el cerebro humano, hay quizás algún fundamento.” (pp. 128-129)

Un último comentario: en la página 120, comentando el anuncio de un debate anunciado bajo el lema «¿Existe el crimen perfecto?», uno de los protagonistas habla sobre un libro del mismo título, concluyendo: “El crimen perfecto, escribe, no es el que queda sin resolver sino el que se resuelve con un culpable equivocado”. Se da la circunstancia de que esta frase se refleja en un libro cuya primera edición en España, como podemos ver, es de… marzo de 2004.

domingo, 10 de mayo de 2009

Llamé al cielo, y...

Cuando a finales del año 1999 se desató la histeria milenarista en su versión tecnológica, es decir, el famoso efecto 2000, en previsión de lo que pudiera suceder, el gobierno estableció los pertinentes protocolos, comisiones y tal y cual, para que los servicios públicos esenciales siguieran funcionando sin problemas.

En particular, dentro de lo establecido en esos protocolos, en previsión de que, a pesar de todo, fallaran las comunicaciones, bien por ellas mismas, bien porque lo que fallara fuera el sistema eléctrico que las alimenta, se facilitaron para su uso, en su caso, en los centros críticos de funcionamiento de los servicios públicos esenciales, unos teléfonos con cobertura por satélite.

Fue así como me enteré de la existencia de los teléfonos Iridium.

Hace justo un mes, no sé cómo, llegué a una página de Internet en la que se recogen noticias tecnológicas, y en particular, a la noticia de que había dos compañías que habían anunciado sus planes de establecer redes de comunicación telefónica vía satélite. Esta noticia me recordó lo que ya he comentado, y aproveché para intentar averiguar algo más del famoso Iridium, pues en la noticia se decía que “somewhat surprisingly, Iridium is still around”.

Lo curioso del caso es que, a través de su página de Internet, me entero de que la compañía original entró en bancarrota en agosto de 1999, es decir, en vísperas de la proliferación del uso, aun de reserva y emergencia, de sus teléfonos. No recuerdo el modelo que se facilitó hace diez años, pero el último es el de la imagen, el 9555.

Carlo Longino concluye la noticia que desencadenó estos recuerdos, reconociendo que “while most things in the tech world tend to come down in price over time, satellites remain really expensive, and that's a difficult obstacle for companies to overcome”.

En resumen, que tendremos que seguir viendo estos extraños árboles, y esperemos no tener que ver muchos casos como el reflejado en el dibujo del The Wall Street Journal de este pasado día 30 de abril.

Reposar la comida. VI: La casa del abuelo

Llegamos, finalmente, al benjamín de nuestro famoso folleto, que es de 1906 y, cosa curiosa, es... un abuelo.

En una Victoria de calle, junto a la Puerta del Sol, nos encontramos la mejor manera de comer unas gambas, ajillo o plancha, bien acompañadas por el vino de la casa, que por cierto, es de Alicante.

El cocinero titular es el señor que, en la foto, se dispone a salir a echar un pitillo. Por lo que lo hemos visto, la sonrisa hace tiempo que la echó lejos, pero lo importante es que somos los clientes los que sonreímos por la calidad del servicio.

Con motivo del centenario, hubo edición especial de servilletas, y un callejero de Madrid, obsequio que todavía llegamos a tiempo de disfrutar un año después.



Creo que con decir que una parada (o dos, o…) en “La casa del abuelo” es un fijo en todos y cada uno de los viajes a Madrid, ya se dice todo.

viernes, 8 de mayo de 2009

Un testigo del testigo

Este viernes se estrena (creo que sólo en Madrid y Barcelona, tranquilos el resto), el documental “Últimos testigos”, que en realidad es la unión de dos documentales distintos, uno sobre Manuel Fraga Iribarne y otro sobre Santiago Carrillo Solares.

El documental fue presentado durante la celebración del XII Festival de Cine de Málaga, a mediados de abril. De esta presentación hubo diversas noticias, y aquí traemos algunas de ellas.

Podemos empezar por el refundido realizado el mismo día de la presentación, viernes 17 de abril, por Libertad Digital. De él cabe destacar destacar el titular: “He cometido errores, pero no me arrepiento de nada”; que en el cuerpo de la noticia se completa, introduciendo un matiz en el titular (que es lo que, por lo general, únicamente se lee): “porque he procurado corregirme”.

Seguimos ahora con la reseña publicada en El Mundo también ese mismo día, por Cristóbal G. Montilla, desde el festival (la foto que acompaña, de Nacho Alcalá, está tomada de aquí). La frase anterior no se menciona, pero sí se hace una referencia al padre del testigo.

«Enfrentamiento con su padre
E, incluso, adquiere una dimensión más impactante en los momentos en los que se aborda su enfrentamiento con su padre, un dirigente de la UGT por el que se sintió traicionado y al que escribió una carta en 'Mundo Obrero' llamándole "el traidor Wenceslao Carrillo": "Mi madre murió casi al mismo tiempo que me enteré de que él formaba parte del comité que había pactado la entrega de Madrid, y esto me dolió más que la muerte de mi madre. Jamás había llorado en la vida, y nunca más lo hice, pero ese día sí porque era un golpe bajo, lo de mi padre fue peor que me pasó en la vida".
»

En el mismo párrafo de Libertad Digital que recoge la frase del titular, se refleja como frase dicha por el testigo: “Hay otras miradas distintas de otras personas”. Pues veamos una de ellas.

En nuestra ya conocida obra Las aventuras prodigiosas, en la que Carlos Semprún Maura novela mucho de su vida, cuenta un momento del inicio de la actividad “comprometida” de Lorenzo Soriano, aunque desde el exilio:

Una idea surgió en la mente romántica de Lorenzo: realizar un reportaje sobre los maquis comunistas en España (…) Cuando se atrevió a hablar de su proyecto con Fernando, éste puso cara rara y dijo:
– ¡Huuuyyy! Ése es un tema muy delicado. Tú comprenderás que se trata de actividades superclandestinas (…)
Claro, Fernando, no le dijo jamás que cuando él había aludido tímidamente a ese proyecto de reportaje, los maquis comunistas españoles habían sido disueltos por orden de Stalin, y algunos jefes guerrilleros reacios a abandonar la lucha armada, asesinados por orden de Carrillo. De eso se enteró Lorenzo más tarde, cuando ya había abandonado por completo las filas comunistas.
” (pp. 35-36)

Al día siguiente de la presentación del documental, El País publica la reseña de Sergio Mellado, sobre el particular. De ella, podemos destacar lo siguiente:
«Carrillo, que dijo estar cansado de que le pregunten por la matanza de presos en Paracuellos del Jarama (Madrid) en 1936 cuando él ejercía como consejero del Orden Público en la Junta de Defensa de Madrid. "Que esa sea la única pregunta que me hagan es la demostración de la ignorancia que existe sobre lo que fue la defensa de Madrid. Es la única pregunta que me subleva", zanjó Carrillo, que fue definido por los autores como "un personaje cinematográfico con mucha chicha, una mezcla de Che Guevara y James Bond".»

En este caso, podemos leerle a Carlos Semprún Maura, lo siguiente:

– Por cierto, Lorenzo va a instalarse en España – dice María (…)
[Lorenzo] Tiene un bonito historial de lucha antifranquista –prosigue la «gitana»–, pero como se ha enfadado con todo el mundo no podrá rentabilizarlo. No será diputado, vaya.
(…)
– El rey no va a durar seis meses más –declara Pierre Lambert, muy serio–. Fue útil para la transición, pero España ya es un país europeo, y volverá la república. De eso no me cabe la menor duda.
– Me parece que usted confunde república y democracia. Los países más democráticos de Europa son monarquías. –María Sergueievna ha hablado con tono displicente.
– ¿Qué? –se extraña Lamberte y su mujer chilla: «¡Vaya tontería!»
– Inglaterra, Holanda, Bélgica, Suecia, Noruega, Dinamarca, y ahora España –dice María.
– Si., pero ni Francia ni Alemania –insiste Lambert.
– Ni la URSS, ni Polonia. ¿Son países democráticos?
– Desde luego que no. Pero, en España, Santiago Carrillo…
– Es un criminal de guerra –corta Lorenzo, dejando a los Lambert boquiabiertos.
– Sabe de lo que habla –dice María (…)– Pero si le lanzamos el tema, nos estará hablando hasta pasado mañana.
– Es, sin embargo, un tema interesante –dice Boris, como si tal cosa.
– ¿Humor negro? –sonríe María.
– Negro, tal vez, humor, no.
” (pp. 255-256)

Como se ve, las referencias a traiciones y al Che Guevara con que definían al testigo, no son nada contradictorias con las referencias noveladas que plasma Carlos Semprún Maura, en su momento, y desde dentro del mismo Partido Comunista de España, este sí, claro testigo.

Los crímenes de Oxford. Una serie... de comentarios

Volviendo a la novela Los crímenes de Oxford, de Guillermo Martínez (Ediciones Destino – colección Áncora y Delfín, volumen nº 992), unas cosillas variadas:

1. El libro lo compré a finales de febrero de 2008 (ahora confirmo que la película se había estrenado el 18 de enero inmediato anterior). En la sobrecubierta se lee que la novela “ha sido llevada al cine por el director Álex de la Iglesia”, lo que en ese momento, ya era sabido (por los demás, claro), y de hecho el “diseño de la sobrecubierta [es] a partir del cartel original de la película dirigida por Álex de la Iglesia”. También me entero ahora que el rodaje de la película se inició en enero de 2007, y los trabajos previos eran de finales de 2006. Normal, ¿no?
Pues bien, el ejemplar que tengo es de la octava edición de Destino, de octubre… de 2004. O sea, que la sobrecubierta es original,… a fuer de no ser la original.

2. El concierto que tiene lugar en el Blenheim Palace incluye como una de las obras, “«Primavera Cheyenne», de Aaron Copland [foto de la Biblioteca del Congreso], la tercera de la serie de estaciones, para triángulo y orquesta”. Lo siento, pero no he conseguido encontrar esta obra, sólo la «Appalachian Spring». Si alguien puede subsanar esta ausencia en mi saber, se lo agradeceré.


3. Asimismo, cuando se habla de la cercana celebración del referido concierto se dice, al hojear el programa: “El concierto de 1884 con cañones auténticos y fuegos artificiales”. Con cañones sólo me viene a la memoria la Obertura 1812 de Tchaikovski (y con campanas), recordando, como el cuadro de Adolph Northern, el fracaso de Napoleón ante Moscú; y con fuegos artificiales, el conjunto de piezas con tal nombre de Haendel. Pero no conozco ningún concierto de 1884, por lo que reitero mi anterior petición de ayuda para subsanar este hueco en mi saber y, también, mi agradecimiento.

4. “Seguí caminando por el sendero y me detuve en un ángulo bajo la sombra de los árboles a contemplar el enigma indescifrable de un partido de criquet. Me pareció durante unos minutos que estaba mirando sólo los preparativos anteriores al juego, o una serie de intentos fallidos por comenzar. Escuché en algún momento aplausos entusiastas de unas mujeres con grandes sombreros, que tomaban ponche sentadas en una esquina del campo. Evidentemente me había perdido una gran jugada, quizás incluso el juego había llegado a su clímax en ese momento delante de mis ojos, sin que yo hubiera sido capaz de ver más que esa exasperante inmovilidad.” (pp. 105-106). Hay que señalar que el protagonista es argentino, no inglés, ni siquiera australiano o del subcontinente indio, otros de los pocos lugares de la Tierra donde son capaces de entender el criquet (la foto es de la Wikipedia).

Y Fermat. Pero de modo similar a como él mismo escribió, no queda espacio suficiente aquí para el comentario.

martes, 5 de mayo de 2009

Vaya con el Neolítico

Hace poco me ha llegado un correo donde se anuncia un Premio a la creatividad joven, bajo el lema “Cambio climático. Las mejores ideas para un planeta mejor”.

He echado un vistazo a los carteles, y los hay con gracia, trabajados, e ingeniosos.

Pero hay uno que me ha llamado más la atención, por dos cosas: una, el ingenio del uso del trébol de cuatro hojas; la otra, por la manipulación histórica.

Como puede leerse en el párrafo que ocupa la esquina inferior derecha, “aunque son extensos los bosques del mundo, se han reducido un 40% desde que la agricultura comenzó hace 11.000 años.

O sea, que la culpa de lo que le pase al planeta es, entre otras cosas, de la agricultura, en definitiva, del Neolítico.

Momento que coincide, sospechosamente, con el final de las últimas glaciaciones, es decir, también los neolíticos fueron responsables de un calentamiento global en su época (a saber cuántas fábricas tendrían por ahí ocultas, aún no encontradas, emitiendo sin parar CO2 y otros gases de invernadero).

Reposar la comida. V: La Ardosa

Como ya comenté en su momento, en el último viaje a Madrid me quedé sin espacio en la tarjeta de la cámara, por lo que el último día no pude hacer ninguna.

Por tal motivo, siguiendo con nuestro famoso folleto, debo hacer trampa, y redirigir a los lectores a la anotación que hizo caragüevo sobre La Ardosa, fundada en 1892, con foto.

Ya está. Resuelto.

domingo, 3 de mayo de 2009

Tiempo de libros: ¿encenderlos?

Hace unos 25 años, estuve con una beca de verano de la entonces Hidroeléctrica Española, S.A. en la, todavía en construcción, Central Nuclear de Cofrentes. Traigo a colación esta referencia porque fue allí donde tuve conocimiento por primera vez del uso de tratamiento de textos en ordenadores (y ni siquiera personales). Era, propiamente, un sistema, no ya una aplicación, de la casa Wang, de la que no he vuelto a saber.

Ignoro en qué momento pasarían (exportarían) todos los manuales a tratamientos de textos más “modernos”, que les permitieran una continua actualización, al menos, entre las distintas versiones de la aplicación. Digo esto porque yo lo he sufrido, especialmente con la Hoja de Cálculo Lotus 123, con la que coincidió el paso de la versión 3 a la 4, y, poco después, la implantación como corportativo en mi empresa, del paquete de Microsoft, lo que supuso el abandono del Lotus 123 y su sustitución por el Excel. Con la desaparición del último ejecutable del Lotus 123 en alguna renovación de equipos, desapareció el acceso a los ficheros que todavía estuvieran por ahí realizados con la versión 3.

Y todo este rollo informático de versiones y compatibilidades, ¿a qué viene?

Pues viene a que esta mañana me he enterado, deprisa y corriendo, sin más detalles, de que esta semana se lanzaba por Amazon el nuevo modelo de su libro electrónico, el Kindle.

Es decir, que a partir de ahora, eso de “encender” un libro simplemente se referirá al on/off electrónico, y no a otra cosa (aunque bueno, según y quien).

De hecho, parece que este segmento de las ventas es el responsable del todavía buen resultado de Amazon. Y es que una oferta de más de 285.000 títulos ya es algo serio.

Esta anotación, con visos de futuro, coincide con dos finales, el de la serie “Tiempo de libros”, y el de la XL Feria del Libro aquí en Valencia (a la cual, según una larga tradición, no he ido; ya visito mi librería habitual no menos de dos veces al mes como para ir a algún lado a hacer bulto).

Este tema, también, ha sido motivo de conversación en la reunión familiar habida hoy, y naturalmente han salido los pros y los contras, desde una perspectiva estrictamente particular.

Desde luego, un pro muy importante es el gran ahorro de espacio que eso supone (puedo asegurar que una biblioteca de más de 3.500 volúmenes ocupa mucho espacio, y no sólo en una casa).

El contra es todo lo ya expuesto: el posible problema de compatibilidades y cambios de versión al cambio de un tiempo, tanto en software como en hardware. El riesgo de obsolescencia es importante, y nos podemos encontrar con un montón de trastos no inútiles, sino inservibles: si en la oficina todavía hay quien recuerda los discos de 5”¼, en casa, alguno se ha quedado con su colección de películas (a un precio ciertamente elevado) en formato BetaMax, e incluso en Philips 2000, o más recientemente, los LáserDiscs del tamaño de los discos elepé de vinilo, los cuales también todavía hay quien tiene.

El caso es que, si se quiere para perdurar, soy, todavía, del formato clásico. Y es que tener en las manos, hojear, leer durante un rato, incluso, un libro de 100, 150 ó 200 años, transmite algo especial.

Lo dice quien lo ha hecho… y lo sigue haciendo.

Los crímenes de Oxford. El primero de la serie

Hace dos semanas, había quedado con mi hermano para que mi hijo eligiera algún tebeo o novela gráfica, y así, regalárselo. En ese momento no le atrajo nada de lo que vio (a mí, sí, pero ya hablaré de ello), tras lo que cambiamos de librería y nos fuimos a la de siempre. Aquí, mi hijo sí vio algo que llevaba un tiempo esperando (también hablaremos de ello), yo me decidí por un libro que también tenía hace tiempo in mente, y mi hermano, también, claro, hizo acopio de libros.

Al salir, me doy cuenta de que uno de los libros que él había comprado lo tenía yo (aunque a la espera de leerlo), y así se lo dije. En resumen, que como al día siguiente nos íbamos a ver (en el teatro), quedamos en que se lo acercaría.

El caso es que me vi, moralmente, obligado a leer Los crímenes de Oxford antes de dejárselo. Él, por su parte, lo leyó también en seguida, y ya nos dejó hecha una breve referencia.

Para situarnos, sólo diré que a poco del principio de la novela sucede un asesinato con el que se inicia una serie de mensajes y muertes. La novela versa sobre el desarrollo policíaco-intelectual para resolver los mensajes y muertes.

Hoy hemos coincidido de nuevo (y como estaba “programado”, nos hemos hecho intercambio de cromos, es decir, nos hemos devuelto cosas y nos hemos vuelto a prestar, o incluso, dar, otras).

Al disponer del libro, he aprovechado para plantear a los presentes la serie que figura en el libro como ilustración de que no es tan fácil saber el hilo conductor de una serie, y es que “es por eso que en los tests se dan al menos tres símbolos antes de preguntar por el siguiente. Dos símbolos admiten todavía demasiadas ambigüedades.” (pp. 99-110)

Pues bien, la serie es la que se acompaña aquí al lado (pág. 37).

Mientras se intentaba resolver, mi padre propuso otra serie:

2 – 10 – 12 – 16 – 17 – 18 – 19

De la solución a la primera puedo reflejar lo que se dice en la misma novela, un par de páginas después; de la segunda, la pista es lo que se comenta sobre la primera serie en el libro: “resulta difícil despegar a estas tres figuras de su interpretación más obvia e inmediata” (pág. 39).

sábado, 2 de mayo de 2009

Reposar la comida. IV: Café Gijón

Como esta fecha es especial en Madrid, sea una segunda anotación gastronómica local.

En el folleto ya conocido, ya hemos comentado que se dice que “en estas Casas, historia y cultura madrileña se unen al placer de un buen plato.” Pues bien, hablando de cultura, en este último viaje, no era de noche, sino media tarde, cuando, dando un paseo muy recoleto, llegamos al Café Gijón.

Tal vez por eso, no apreciamos que “en el bullicio gentil de las tertulias se suscitan las emociones y continúan haciendo del Gran Café Gijón una cátedra de humanidad, en la que se manifiestan el talento, el ingenio y la amistad”.

Tal vez, por el contrario, como no íbamos a hablar de nuestro libro, nos asomamos, vimos, nos fuimos,… y no hubo nada.

En otro momento será, pues, cuando comprobemos que, desde 1888, “sigue siendo un mundo aparte en donde se puede comer y al mismo tiempo alimentar el espíritu.

Tiempo de libros: bibliothēca

Esta mañana me he acercado con mis hijos al Monasterio de San Miguel de los Reyes, aquí en Valencia.

Tras dar una vuelta por el patio y claustro sur y ver la exposición vigente, nos disponíamos a salir cuando comenzaron a llamar a los que por ahí estábamos para iniciar una visita guiada al edificio. O sea, que nos quedamos.

Esta anotación, dadas las fechas, versará sobre el actual uso del Monasterio: la Biblioteca Valenciana.

De la cual apenas vimos nada porque no se muestra, salvo en la jornada de puertas abiertas que se realiza el día de San Miguel (o sea, el 29 de septiembre).

Las principales zonas de trabajo se sitúan en el patio y claustro norte, donde se encuentran los archivos, así como unos “simpáticos” robots que son los que hacen el transporte del ejemplar en cuestión hasta la sala en que se halle el estudioso solicitante. Estos robots (era sábado, y los que vimos estaban descansando) se desplazan guiados por un sistema de infrarrojos (creo recordar).



También hay un amago de museo de la imprenta (el bueno está en otro Monasterio, el de El Puig).

Según parece, la Biblioteca Valenciana también hace gestión de Depósito Legal, según entendí, y, eso sí, varias veces la calificaron como Biblioteca Nacional, aunque ni lo dijeron ni tenía ganas de preguntar que de qué nación.

Así pues, hasta el próximo día de San Miguel (que es martes, por lo que habrá que organizarse bien).