domingo, 7 de diciembre de 2008

La magia de los libros

Desde el pasado verano, llevo haciendo como que actualizo el fichero de los libros de la biblioteca de casa y, simultáneamente, reubicarlos de otra manera, no necesariamente mejor.

Éste es un proceso sencillo, ¿no?. Se coge un libro, se apuntan los datos que falten en el fichero, se pone en su sitio, y al siguiente libro.

Bueno, pues no.

Un libro es algo mágico. Está ahí, quieto, callado, sin molestar, hasta que un determinado día, se te cruza por enmedio. Consigue que haya contacto físico con el que, según la intensidad de la magia del libro, lo hojeas, lees incluso amplios y diversos pasajes del mismo, y tal vez, lo vuelves a dejar, con cuidado, pero como diciéndole "me he quedado con tu cara, sé dónde vives, y no te confíes: en cualquier momento, vendré a leerte". En otros casos, directamente lo coges y te sumerges en él hasta leerlo por completo, de principio a fin.

Pues algo así es lo que me está sucediendo en este proceso.

Y así estamos.

1 comentario:

  1. Comprar un libro es un placer, leerlo otro, consegurile sitio, uf, pero reubicarlo es un gran problema porque el libro puede haber estado en su sitio anterior mucho tiempo, incluso años, y lo cambias pero te sigues acordando del lugar anterior, y empiezas a pensar que los has perdido, ¿cómo?, que lo has dejado a alguien, imposible, yo no dejo los libros, y en lo que menos piensas es que lo has cambiado de sitio.
    Ayer estuve en el Palacio de Cervelló y vi la recreación que han hecho de la bibioteca de Serrano Morales. Muy bonita, muy chula pero ya no caben más libros.
    Ah, y os invito a visitar el palacio, hoy Archivo Histórico Municipal. Es una maravilla.

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