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sábado, 9 de enero de 2016

Guardando al guardián

Según parece, el nombre de Arturo, para la tercera/cuarta estrella más brillante del cielo nocturno, proviene del griego antiguo Αρκτοῦρος (Arcturus), «el guardián de la osa», dada su cercanía a las constelaciones de ambas Osas, la Mayor (Ursa Major) y la Menor (Ursa Minor).

Por otro lado, dicha estrella forma parte de la constelación del Boyero (Boötes), es decir, el que conduce los bueyes, lo que solía hacerse con unas varas. Aunque en la antigua astronomía griega, la constelación heredaba el nombre de su principal estrella, y pasaba a ser toda ella «el guardián de la osa».

Por tanto, no es de extrañar que con la confusión zoológica-astronómica, el pobre Arturo haya quedado, en estos momentos del amanecer, algo entreverado, digo, entrevarado.

Créditos:
Fotografía de Arturo, entre los falsos tirantes del Puente del Azud del Oro, en Valencia, ayer a esta hora, del autor.

domingo, 16 de febrero de 2014

Callando

A finales del pasado mes se supo de una querella por daños y perjuicios derivados de la existencia de una página de internet que informaba de numerosos problemas técnicos y económicos en obras de cierto famoso arquitecto valenciano. Como resultado de la querella, y dada la actualidad que presentan los defectos en la cubierta de uno de sus edificios, se habrá, supongo, conseguido que sean muchos más quienes conozcan la página en cuestión.


A veces, uno piensa si en ciertos casos, lo único gris es la cubierta, y nada de la materia que tendría que haber debajo.

Lo que, en cualquier caso, resulta de nota es que la vista por la querella ya se esté celebrando, y en cambio, aún no se sepa de la solución del problema (salvo una humilde sugerencia de presentación).

Créditos:
Fotografía del Palau de les Arts, en Valencia, esta misma mañana, ya sin trencadís, en la parte norte, al menos, de la cubierta, del autor.

lunes, 10 de febrero de 2014

Sugerencia de presentación

Mientras sigue poco a poco el espectáculo, tenemos una comisión como mejor ejemplo de cómo no resolver un problema.

Sin embargo, resulta curioso ver, en la hemeroteca, la visión de futuro que hace años mostró el Consell.


Por lo que, vistas las dudas, aquí va una propuesta para la nueva cubierta, muy propia para un palacio de ópera.


Créditos:
Pequeña adaptación del titular de una noticia publicada en El Mundo, en su edición de Vencia, el 30 de marzo de 2008, de la hemeroteca del autor.
Imagen elaborada por la hija del autor sobre fotos realizadas por éste, del Palau de les Arts, en enero de 2014, y de una peluca del atrezzo de la producción de Rigoletto realizada por el Palau de les Arts, en octubre de 2012.

domingo, 26 de enero de 2014

Cayendo


Créditos:
Fotografía del proceso de retirada del trencadís de la cubierta del Palau de les Arts, en Valencia, mostrando el momento en que cae uno de los fragmentos retirados, en enero de 2014, del autor.

miércoles, 2 de junio de 2010

Un puente cercano

A principios de la última década del pasado siglo se realizaron en Valencia, reciente su nuevo Plan General de Ordenación Urbana, diversas actuaciones urbanísticas encaminadas a mejorar la circulación perimetral en la ciudad. Las obras las financió el entonces existente Consell Metropolitá de l’Horta, y de ellas, traemos aquí el denominado Eje Viario Manuel Candela-Tomás Montañana.

El extremo sur del Eje Viario en cuestión es un ejemplo de la ejecución de las obras adecuándose al ritmo y necesidades de los tiempos. En la imagen que se acompaña, puede verse cómo el nuevo vial se completa con un puente… incompleto. Y es que en 1992 (que es el año de la foto aérea), en la zona de continuación del puente se estaban desarrollando los trabajos del complejo de la Ciudad de las Ciencias (entonces no tenía Artes, porque el Palau de les Arts, esos días, ‘era’ una Torre de Comunicaciones), de modo que resultaba imposible que el puente pudiera continuar. Como puede apreciarse, ni siquiera conectaba con el camino que bordeaba el antiguo cauce del río.

Suficientemente finalizadas las obras en la zona de la Ciudad de las Ciencias, el bautizado como Puente de Monteolivete, obra de José Antonio Fernández Ordóñez, ya pudo completarse, esta vez según un diseño de Santiago Calatrava, que para eso era el ‘dueño’ de la Ciudad de las Ciencias, ahora, Ciudad de las Artes y las Ciencias. Durante un tiempo, convivieron juntos, uno a continuación del otro, cada cual con su propia personalidad y diseño.

Sin embargo, en 2006, con motivo del viaje de Su Santidad el Papa a Valencia, hubo un general decoro y adecentamiento de la zona donde iba a tener lugar el evento. Entre las actuaciones realizadas figuró una muy curiosa.

Por esas cosas de la rutina, no he localizado en mi archivo de fotos ninguna donde se pueda apreciar el primer tramo del puente en la época de su autor. Ésta que muestro, permite hacernos una pequeña idea de una cosa: se trata de un puente con tonos terrosos, y granates en las piezas metálicas visibles de su estructura o accesorios.

Hasta 2006. Con motivo del evento, las barandillas del puente, como una continuidad del segundo tramo, fueron pintadas de blanco, diríase blanco Calatrava, y no tengo noticia de que hubiera protestas por el cambio de color, encabezadas por el genio de Benimámet, vulnerando el diseño original, tal vez porque éste contaba, en su contra, con que Fernández Ordóñez ya había fallecido.

Hace algo más de una semana se publicó la noticia de que el Ayuntamiento de Valencia iba a renovar el sistema de alumbrado del Puente de Monteolivete, especialmente en lo que respecta al segundo tramo, aunque por donde se han iniciados los trabajos es por el tramo más veterano.

Lo destacado en la noticia es que el Ayuntamiento no va a pedir permiso a Calatrava para el cambio del diseño de la iluminación. En realidad, lo que no tenía que haberse hecho es dar permiso para el diseño original.

Lo que no sé es si alguien está haciendo pruebas de pintura para el puente completo, o sólo para las barandillas.



Créditos:
Foto áerea de la zona del Puente de Monteolivete, en 1992, tomada de la página del Ayuntamiento de Valencia.
Fotografías del Puente de Monteolivete, de octubre de 2009 la primera, y mayo de 2010 el resto, del autor.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Mens sana?

Valencia, en su originalidad, ha conseguido que en estas dos semanas previas al inicio del curso ya pudiéramos tener varias carreras terminadas.

La primera fue el Gran Premio de Fórmula 1 Telefónica de Europa 2009, “en el circuito urbano de Valencia”, como dice el folleto de propaganda del patrocinador. Sobre esta carrera se pueden decir muchas cosas, pero aquí, de momento, diremos dos:
- la primera, que quien hizo el folleto no se ha preocupado de conocer el circuito urbano de Valencia, porque, a fecha de hoy, todavía no llega a la Torre de Francia (entre otras cosas porque ya es demasiado dinero [más el que ya llevamos] construir un paso inferior bajo el ferrocarril para conseguirlo).
- la segunda, que lo podemos ilustrar con imágenes de televisión… de las cámaras de control de tráfico del Ayuntamiento de Valencia (con lo que nos evitamos darle publicidad a otras cadenas). Por ejemplo, las gradas del P-4, en la recta de salida, y la formación de la parrilla.



La segunda carrera ha sido este sábado, y se trata de la séptima etapa de la Vuelta Ciclista a España, en formato de contra-reloj, con salida en Valencia y llegada en Valencia. Según el perfil del periódico Levante, el recorrido es llano.

Sin embargo, el trazado discurre por el Puente del Azud del Oro, obra del famoso Santiago Calatrava, cuya curvatura (innecesaria y molesta) del tablero lo tenía que haber convertido en un puerto de montaña, aunque puedo conceder que no fuera de categoría especial.



[No aporto fotos de la etapa porque estaba echando la siesta, que una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa]

Pues de esta forma tan original, nos encontramos en condiciones de iniciar el curso. Podemos discutir sobre estas originalidades, por lo que lo mejor será desplazarnos a un “lugar de reunión o discusión”, es decir, a la vecina Ágora (sí, también obra del mismo), y estar un buen rato que si esto, que si lo otro, que si tú, que si yo, intentando devolver en todo momento la pelota del argumento.

Aunque nos tendremos que dar prisa. A finales de octubre llegan los tenistas y nos echan del Ágora.