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miércoles, 28 de agosto de 2013

Y ahora, ¿dónde los pongo?: Seguimos con la (misma/otra) historia

Memorias,…










… cartas y novelas,…










… finales y principios.










Créditos:
Cubiertas y sobrecubiertas de los libros en cuestión.

sábado, 21 de julio de 2012

Ni entonces, ¿ni ahora?

Los toledanos se despertaron el día 21 a los acordes marciales de los tambores que recorrían las calles proclamando el estado de guerra en la ciudad, a las siete de la mañana. Era un día marcial ,el decisivo para deslindar los campos contendientes. Los comités de los milicianos –según se expresa cierto diario inédito que se dejño olvidado alguno de ellos en nuestra residencia, al llevarse a un anciano jesuita, el virtuoso Padre Martín Juste, para fusilarle – se llenaron de indignación cuando sonó el redoble de los tambores; se congregaron y determinaron declarar la huelga general, que era la orden recibida del Gobierno de Madrid, su amparador y su padrino de guerra.
La reconcentración se iba efectuando en el Alcázar; a él fue llevado también, en calidad de prisionero, el gobernador civil y su familia, único medio de ponerles a salvo de las iras marxistas. Varias otras personas subieron también. La Guardia civil seguía entrnado en Toledo, después de vencer dificultades sin cuento y con una serenidad estoica. Por eso, al alborear la mañana de este día 21 tenemos ya en el Alcázar una animación extraordinaria. Se dijo la Misa, como de costumbre, en la capilla de las Hermanas de la Caridad, que iba a ser la última hasta que celebrase otra el señor Camarasa, de la cual trataremos, con pena, a su tiempo.
- Había ya mucha gente – decíame la Madre superiora Sor Josefa Barber – las mujeres mostraban mucho miedo, un verdadero pánico, pues se hablaba de que en aquella mañana iba a comenzar el bombardeo. Celebró el Santo Sacrificio el arcediano de la catedral, el venerable sacerdote don Rafael Martínez Vega, el que muy pocos días después va a sufrir un glorioso martirio, asesinado por las turbas milicianas.
(…)
Este día 21 pudo considerarse como el primero de la legendaria defensa del Alcázar, pues casi todos sus defensores estaban allí.
(…)
Al cerrar la noche [del día 22] quedaba la ciudad de Toledo en pleno dominio de aquellas fieras. A la luz de la luna veíase allá arriba, sobre la plaza de Zocodóver, la mole ingente del Alcázar en trágica silueta. Sobre esta roca se acababan de refugiar los héroes de nuestra leyenda.
Comenzaba el asedio.

Una escasa semana después, ya hubo quien lo dio por finalizado.

Sin embargo, el asedio duró no siete días, sino, casi como en el Evangelio, setenta días, hasta el 28 de septiembre. Y, como sabemos, salieron con los brazos en alto, pero no para rendirse, sino para saludar a quienes les liberaban.

Ahora… ahora, ¿qué?

Créditos:
Fotograma de la película Sin novedad en el Alcázar, correspondiente a la escena en que se proclama el Estado de Guerra.
Imagen de la portada del periódico Ahora del 28 de julio de 1936, y extractos del capítulo I Hacia el Alcázar de la obra La epopeya del Alcázar de Toledo, de Alberto Risco, S.J., tomados de la tercera edición, de 1941, de Editorial Española, en San Sebastián (pp. 23, 25 y 27)

martes, 24 de enero de 2012

Qué mundo el de aquellos obreros

El próximo mes de julio se cumple el 30 aniversario del comienzo de la guerra civil española. La mayoría de aquellos contendientes ven ya blanquear sus cabezas; muchos desaparecieron para siempre. Nuevas generaciones han crecido y ponen su peso decisivo en la vida nacional. Han pasado 30 años… Pero las consecuencias, las discriminaciones y responsabilidades derivadas de aquella guerra no han sido canceladas todavía. Franco y sus incondicionales, empeñascados en el poder y en el pasado, siguen gobernando con las rentas de la guerra civil y no quieren cerrar esa cuenta. Mantener, con odio irracional, su espíritu triunfalista y discriminados a los españoles en vencedores y vencidos es el IDEARIO de su política.


Eso explica que en 30 años –27 de “paz y de victoria”– no se haya promulgado la amnistía, pese al clamor popular, las reiteradas peticiones de los intelectuales y de amplios sectores de la nación. (…)
LA AMNISTÍA debe ser la cancelación total, sin reservas ni exclusiones, de las responsabilidades contraídas en uno y otro campo durante la guerra civil y en el período consecuente. Esta amnistía tendrá una importancia histórica y nacional: repararía las injusticias presentes, llevaría el sosiego a las conciencias perturbadas por el pasado y contribuiría a facilitar una solución incruenta al problema político español.
Es evidente que esta amnistía, por su alcance y significación, supondrá un triunfo de la política de reconciliación nacional frente al espíritu de guerra civil y no será promulgada de buen grado por el equipo franquista. Pero ésta no es una tarea de ellos, sino NUESTRA, de los demócratas, de toda la oposición, de todo el pueblo. Incluso de muchos que sin ser todavía opositores al franquismo ven en la amnistía un paso impostergable para la pacificación efectiva de la vida nacional. Jamás una reinvidicación tuvo más razones políticas y humanas para ser exigida, ni ofreció tanta base de coincidencia a los diversos sectores de la vida española.
(…)
En cualquier caso, los comunistas estaremos listos para contribuir con nuestras ideas y nuestra fuerza, a toda acción conjunta o convergente para alcanzar la amnistía y movilizar a las masas, al pueblo particularmente sensible a este anhelo, seguros de que su consecución es umbral obligado hacia un régimen de paz y libertades.

Qué cosas se pierde Cayo Lara por no leer Mundo Obrero.

Créditos:
Cabecera y extractos del artículo/editorial de portada, de Mundo Obrero, “Órgano del Comité Central del Partido Comunista de España”, tomados de su número 9 del año XXXVI, fechado en la primera quincena de abril de 1966, de la hemeroteca del autor (las frases en negrilla, destacadas en el original -y el subrayado, mío).

domingo, 15 de enero de 2012

O tempora, o mores


Justo a tiempo me he podido enterar esta noche de que en Intereconomía se emitía un programa especial sobre el Valle de los Caídos.

Con independencia de comentar con tranquilidad lo en él dicho y expuesto, sí hay una cosa que me ha llamado la atención, visto que en la actualidad, y como no sólo dice uno “la economía lo es todo”.

Según se ha dicho, la financiación del monumento de reconciliación tuvo tres líneas principales:
La primera, el sobrante habido en el fondo general de apoyo a la causa nacional recolectado durante la guerra, evidentemente, en la zona bajo control nacional (entre otras cosas, las alhajas donadas por tantas y tantas familias)
La tercera, donativos expresos realizados por particulares ya durante la construcción del monumento.

Y la segunda fue una prolongación del método utilizado para reconstruir la Ciudad Universitaria de Madrid: sorteos especiales de la Lotería Nacional a beneficio de las obras.

Y es que había una directriz clara y rotunda en aquel entonces: el monumento no debía costar un céntimo a los Presupuestos del Estado, que ya tenían muchas cosas que hacer y rehacer.

Como ahora.

Créditos:
Fotografía de la Cruz y Monasterio del Valle de los Caídos, tomada desde Cercedilla en julio de 2008, por el autor.

domingo, 8 de enero de 2012

Y ahora, ¿dónde los pongo?: Sin baldas y sin año

Consecuencia de lo expuesto en la anotación anterior, me ha resultado dificultoso poner al día la serie Y ahora, ¿dónde los pongo?, encontrándome, sin baldas para los libros, y ya sin año para darlos a conocer.

Así pues, en esta anotación, muestro algunos de los atrasos.

   

   
Créditos:
Portadas de algunos de los libros en cuestión.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Y ahora, ¿dónde los pongo?: ¿En estanterías de Broddingnag?

Como ya he comentado, hace cuatro semanas llegué a Madrid, consiguiendo encontrar abiertas algunas puertas interesantes, como por ejemplo, la de la Librería Gulliver, en la calle León.

Y, con cuatro semanas de antelación, celebré el Día de las Librerías, de un modo que me ha obligado a hojear, lógicamente, Los viajes de Gulliver, y buscar en Broddingnag, el país de los gigantes, alguna estantería que me resulte útil para tanto libro.

El problema es que no he encontrado barco con la que traerla a casa.







Créditos:
Punto de lectura de la Librería Gulliver.
Portadas de los libros en cuestión.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Y ahora, ¿dónde los pongo?: Vendimia de libros

Al preparar la anotación sobre el calendario revolucionario francés, me di cuenta de que tras el regreso de Roma, había empezado a comprar libros, precisamente, el 22 de septiembre, es decir el día en el que empezaba dicho calendario, con el mes de vendimiario.

Así, pues, aquí se muestra una vendimia de libros.





Créditos:
Portadas de los libros en cuestión.

viernes, 28 de octubre de 2011

¿Hay novedades?

Hace novecientos y un meses, se producía el famoso saludo del Coronel Moscardó al General Varela, una vez liberados los héroes del Alcázar la tarde noche anterior, en el que le dio las novedades de la unidad, en este caso, de la posición, con el preceptivo inicio; es decir, vino a decir el conocidísimo:

«Mi General, sin novedad en el Alcázar.»

Hace unos 86 meses estuve en Toledo donde pude ver que se mantenía el recuerdo a estos militares en forma de dos placas fechadas al año siguiente de finalizar la guerra, aún en ruinas el Alcázar.



Hace 14 días regresé a Toledo, y en los dos intensos días que estuve allí, no volví a ver las placas conmemorativas. Sería cosa de la intensidad.

O no.

Créditos:
Fotograma del saludo de Moscardó a Varela, tomado de la película Sin novedad en el Alcázar.
Fotografías de las placas de homenaje a dichos militares, en Toledo, en agosto de 2004, del autor.

sábado, 1 de octubre de 2011

Apretándose el cinturón

La Comisión Gestora Municipal lleva ya bastante días en el estudio y preparación del presupuesto municipal para 1937 que pretende aprobar este año con la antelación suficiente para que en primero de enero sea puesto en vigor fácilmente con todas las modificaciones que se introduzcan.
Es propósito de la Comisión Gestora variar profundamente la orientación y el contenido del nuevo presupuesto, haciendo reducciones en las plantillas de personal de casi todos los servicios que se consideran sobrados de ellas y dotando en la cantidad que precisen en cambio las consignaciones de obras y material para que aquellos servicios alcancen la eficacia y la extensión que precisan, pues en casi todos es insuficiente y defectuoso aquel material.
La Comisión Gestora va a prestar una atención preferente al presupuesto de ingresos, teniendo la seguridad de que con un estudio de los mismos perfectamente objetivo en primero de enero se dará a Sevilla un presupuesto absolutamente nivelado sin sombra alguna de insinceridad como el actual, que tiene un déficit encubierto de cinco millones de pesetas aproximadamente.


Como podemos ver, tampoco los problemas con los presupuestos municipales son de ahora.

Aunque, como con la actual derechona, ya entonces se hacían “reducciones en las plantillas de personal”, se daba “atención preferente al presupuesto de ingresos”, se empeñaban en “un presupuesto absolutamente nivelado”, y se injuriaba a los gestores anteriores hablando de “déficit encubierto”.

Y todo, ¿para qué? ¿Para que el presupuesto “en primero de enero sea puesto en vigor fácilmente”? ¿Así, sin prórrogas siquiera del entonces vigente?

Con razón ésos del Ayuntamiento de Sevilla en septiembre de 1936 eran unos… rebeldes.

(Bueno, y unos cursis: ¡“insinceridad”! ¡Desde luego!)

Créditos:
Transcripción de la noticia “El presupuesto para 1937”, publicada en ABC (Sevilla-Edición de Andalucía), el 30 de septiembre de 1936, en su página 17, bajo el titular genérico de “Informaciones y noticias varias de Sevilla”, en el epígrafe “Informaciones municipales” (tomada de la hemeroteca de ABC en internet).
Fotografía del Ayuntamiento de Sevilla (fachada a la Plaza de San Francisco), en la noche del 21 de enero de 2011, del autor.

… si bien no faltaron las prisas

Otra noticia:

Han comenzado las obras de pavimentación de la calle Arroyo, las cuales se trata de realizar con la máxima celeridad al objeto de facilitar el acceso a aquella calle donde han quedado emplazados dos de los nuevos grupos escolares, cuya construcción está a punto de terminarse.
El presupuesto de la contrata asciende a pesetas 48.524,74.


Y es que eso de empezar el curso con las obras aún sin terminar,… no es de ahora.

(Aunque estos días no tengamos una Guerra Civil en marcha).

Créditos:
Transcripción de la noticia publicada en ABC (Sevilla-Edición de Andalucía), el 30 de septiembre de 1936, en su página 17, bajo el titular genérico de “Informaciones y noticias varias de Sevilla” (tomada de la hemeroteca de ABC en internet).

Profesores para un nuevo curso

Repasando la prensa estos días, me he encontrado esta noticia, que transcribo íntegra:

Debiendo cesar el 30 de septiembre los profesores encargados de curso, no cursillistas, de los Institutos de Segunda Enseñanza, y a fin de que estos Centros queden atendidos, se consideran prorrogados sus nombramientos por otro curso, si los informes sobre su actuación son favorables y el número no excede de la plantilla normal del personal docente de cada Centro, hecho que acreditarán los Claustros ante el Rectorado respectivo.
En el caso de quedar excedentes encargados de curso, cursillistas, por supresión o reforma, irán sustituyendo a los profesores encargados de curso no cursillistas de los diversos Centros del distrito, los cuales cesarán, en orden inverso a la antigüedad de su primer nombramiento, como profesores encargados de curso.


Y es que… las vacaciones se habían terminado y la docencia debía continuar.

Créditos:
Transcripción de la noticia publicada en ABC (Sevilla-Edición de Andalucía), el 29 de septiembre de 1936, en su página 12, entre las diversas órdenes del «Boletín Oficial» de la Junta de Defensa Nacional (tomada de la hemeroteca de ABC en internet).
Escudo en los restos de la fachada del Colegio Público San Juan de Ribera, en Valencia, de mayo de 2011, del autor.

martes, 27 de septiembre de 2011

κίνηματος: Lo sucedido no era novedad

Nos encontramos con la historia de dos amigas; una con novio, y la otra no:
- Te debe de querer mucho.
- No tanto como yo a él.
- No hace falta que lo digas; basta mirarte. Nunca te he visto tan feliz… y en un momento como éste.
- Sí, lo sé. Esto no se sabe cómo terminará. No obstante, Dios me perdone, me siento tan feliz. Ahora mismo, donde vive él… Si supieras lo que significa para mí poder verle, hablarle cada día… Ya verás el día que tú te enamores.
- Me he enamorado ya tantas veces…
- Pero nunca de veras. De veras es muy distinto. La vida cambia, se transforma, te sientes más serena, más confiada.
- Eso son cuentos. El amor, para las mujeres, es un hombre que nos gusta y nada más. Al menos hasta ayer así era para mí.
- ¡Ah, vaya! ¿Hoy es diferente?
- Sin embargo…


La primera, muy enamorada, y haciendo, incluso en circunstancias muy difíciles, planes para la boda:
- ¿Ya no tienes fe? Pues yo en cambio, sí la tengo. Dios no puede permitir que muera tanta gente inocente. Nos salvaremos, Carmen. Antonio también dice que nos salvaremos. ¿Sabes una cosa? Hemos decidido casarnos en cuanto salgamos de aquí. Y luego, cuando Antonio sea Alférez, iremos a Madrid. ¡Figúrate, a Madrid!

La segunda, enamorada “ya tantas veces”, en encuentra con una antigua amistad, aunque, en esta ocasión, “sin embargo”:
- Buenos días, Carmen.
- Buenos días, Pedro.
- Quiero hablarte.
- Voy a la enfermería, llego tarde.
- Cinco minutos, por favor. No me digas que no. ¡Casémonos!
- ¿Estás bien?
- Estoy muy bien. ¿Nos casamos?
- ¿En vísperas de saltar por los aires?
- Con mayor razón. Si me presento ante Dios contigo, será más indulgente con mis pecados. ¿Quieres casarte, sí o no?
- ¿Casarnos tú y yo?
- ¿Y por qué no? Se casan tantos. Y ahora que España necesita españoles, el matrimonio es un acto de patriotismo. Caería en lo patético, y no me creerías, si te dijera que este ambiente me ha cambiado. Y si logro salir con vida de estos muros, ya no llevaría la vida de antes. ¿Me creerías acaso?
- Sí te creo. Aun ahora te creo.
- Casémonos entonces.
- No, Pedro. Eso sería una locura. No lo hicimos hace un año cuando ella yo quien quería y tú no. Evitemos el error.
- ¿Cómo se llama?
- ¿Quién?
- Vamos, Carmen, te conozco demasiado. Para que hables así has de estar enamorada de otro. ¿El Capitán Vela?
- Sí, Pedro.
- ¿Le quieres mucho?
- Le quiero mucho. Le he conocido. He aprendido a quererle también. Y quizás, si Dios nos salva la vida, me iré de aquí sin que entre nosotros dos se haya cruzado una palabra.
- Lo dices con una gran amargura.
- Con sentimiento. Si uno tuviera que vivir un sólo día, desearía que éste fuera un día feliz.


La primera, finalmente, se casa, aunque…:
“- Quiere casarse in articulo mortis. ¿Con quién?
- Conmigo.
- Se llama usted…
- Conchín.
- ¿Y él?
- Antonio.
- Conchín, ¿quiere por esposo a Antonio?
- Sí.
- Antonio, ¿quiere por esposa a Conchín?
(asiente con la cabeza)
-
Ego vos en matrimonium coniungo: In nomine Patris et Filii, et + Sancti Spíritus.

Mientras que la segunda consigue cruzar más de una palabra:
- Es verdad. Cuando se concentra la vida en una persona, perderla… Es preciso pasarlo para poderlo comprender.
- Habla como si temiera perder un ser querido.
- Así es. Tengo miedo de perderla a Usted.
- ¿Por qué me dice eso?
- Porque la quiero.
- Capitán, se lo suplico… No sabe lo que significan para mí esas palabras.
- Son verdaderas, Carmen. La quiero y quisiera salvar mi vida para dedicársela por completo.
- No sabe Usted cómo… cómo esperaba oír esas palabras. Ahora me doy cuenta de que cada herido que he curado, cada dolor al que me he acercado, todo cuanto aquí he hecho ha sido por merecer este momento.
- No será un momento, Carmen. Tenemos la muerte debajo de nosotros, pero todo es posible todavía.
- Que Dios le oiga.
- Dios me oirá.


Estos romances de amor, que discurren en paralelo, son, como tantos otros, habituales en la historia, en la literatura, en el cine.

Las circunstancias históricas en las que se desarrollan, un grupo de personas, hombres, mujeres, ancianos y niños, que se resisten al totalitarismo, defendiendo sus ideales, sus valores, y su fe, todo esto, en España, tampoco era ninguna novedad.

Créditos:
Carátula, diálogos y fotogramas de la película Sin novedad en el Alcázar, producción italoespañola de 1940, dirigida por Augusto Genina, e interpretada por Rafael Calvo, Mireille Balin, Fosco Giachetti y Maria Denis.

sábado, 20 de agosto de 2011

Y ahora, ¿dónde los pongo?: Agosto, Historia en rostro



Créditos:
Portadas de las últimas adquisiciones.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Y ahora, ¿dónde los pongo?: ¿Fábulas, cuentos? ¡Historia!

Dícese que las fábulas y los cuentos, más si son de hadas, ilustran e iluminan muchos de los aspectos de la vida humana,. ¿Qué decir entonces si, además, están ilustrados por Gustavo Doré?



Y entre los aspectos de la vida humana, naturalmente, está la Historia.



Nota:
Debe señalar que me sorprendí mucho cuando Ricardo de la Cierva fue invitado a comentar este último libro suyo en su programa por César Vidal (estoy convencido de ello, aunque yo no encuentro forma de localizar el audio del programa). Algo bueno tuvo, pues: me enteré de la publicación, y aquí está.

Créditos:
Portadas de los libros en cuestión.

jueves, 21 de julio de 2011

De aves y otros pájaros

El 15 de julio, la viuda de Calvo Sotelo, en nombre propio y en el de sus hijos menores, se persona en el sumario instruido para ejercitar en él la acción y acusación privada. La primera diligencia que se solicita y obtiene del Juez es la confrontación de los guardias de Asalto a quienes se imputa el crimen, con las personas de la servidumbre del señor Calvo Sotelo; pero la diligencia no da, no podía dar, el menor resultado, porque, por disposición de la Superioridad, los guardias sospechados no concurren a ella, por habérseles dado orden de permanecer, mientras se verifica, en el despacho del Teniente Barbieta.
Pocos días después del Glorioso Alzamiento Nacional, milicianos armados asaltaron el local del Tribunal Supremo donde radicaba el sumario, y se apoderaron de éste, sin que se tenga noticia de que desde entonces se haya realizado la más insignificante y formularia diligencia para depurar el hecho.
El 15 de julio, dos días después del asesinato y dos días antes del Alzamiento, se reúne en el Palacio del Congreso la Diputación Permanente de las Cortes. Ante ella comparece el señor Conde de Vallellano y en nombre de los partidos Tradicionalista y de Renovación Española, da lectura a un documento en el que consigna que "el asesinato de Calvo Sotelo es un crimen de Estado, sin precedentes en la historia política y ejercitado por los propios agentes de la Autoridad", y añade: "nosotros no podemos convivir con los amparadores y cómplices de este hecho. No queremos engañar al país y a la opinión internacional aceptando un papel en la farsa de fingir la existencia de un Estado civilizado y normal, cuando, en realidad, desde el 16 de febrero vivimos en plena anarquía, bajo el imperio de una monstruosa subversión de todos los valores morales que ha conseguido poner la Autoridad y la Justicia al servicio de la violencia y del crimen."
Ninguna voz se dejó oír que destruyera o intentara destruir tan clara y bien fundada acusación.
Inútil hubiera sido, por otra parte, el intento: los hechos relatados, anteriores o coetáneos al asesinato, aun siendo de cegadora evidencia, no demuestran con tanta claridad como los posteriores a él que el crimen cometido no era un accidente, sino el deliberado ensayo de un sistema; el primer eslabón de una larga cadena de crímenes; el modelo pedagógico a que se han ajustado centenares de miles de asesinatos, realizados en la zona española no liberada, sin otro móvil real que esparcir el terror y sin otro móvil aparente que el capricho irracional o los pretextos más fútiles. Acaso en ninguno de ellos aparezca, como hasta ahora no ha aparecido, en el caso de Calvo Sotelo –cándido sería esperarlo– el mandato que ordena la ejecución con la firma de los usufructuarios del Poder. Para formar una sólida convicción moral, no es necesaria tal prueba, ni su aparición es frecuente; ni a ella suelen dar lugar los seguidores de Maquiavelo: "Haz lo bueno por ti mismo; haz lo odioso por tercero."
Lo relatado y plenamente comprobado basta para deducir: Primero, que en el asesinato de Calvo Sotelo, como en los posteriores, ejecutado aquél por agentes de la autoridad mezclados con extremistas, y los otros por grupos políticos a quienes se entregó con las armas el mando, la jurisdicción y el efectivo poder, mezclados en ocasiones con verdaderos agentes de la Autoridad, hay para los que los alentaron y consintieron una responsabilidad inicial por directa inducción, y otra no menos clara por omisión total de la acción preventiva y de la represiva. Segundo, que el asesinato de Calvo Sotelo, motivo ocasional determinante del Alzamiento Nacional, representó la prueba ya innegable de que, en efecto, desde el 16 de febrero de 1936, sólo existía en España, con la apariencia fingida de un estado civilizado y normal, autoridades y justicia al servicio de la violencia y del crimen, sin que entre loshombre representativos de ese Estado y los ejecutores materiales de los hechos pueda negarse que exista la responsabilidad común, inseparable, de la codelincuencia.


Lo transcrito se corresponde con los párrafos finales de la Sección tercera – De la ilegitimidad en el ejercicio del poder, apartado III – El 13 de julio. Asesinato del Jefe de la oposición don José Calvo Sotelo, del Dictamen de la Comisión sobre ilegitimidad de poderes actuantes en 18 de julio de 1936.

La edición original del Dictamen, en 1939, “Año de la Victoria”, muestra en su contraportada una especie de versión simplificada (de diseño, diríamos ahora), del Águila de San Juan del escudo de España adoptada por el Estado Español, es decir, el bando “nacional”

Como puede observarse, cualquier parecido entre el águila y otra especie aérea, digamos, un faisán, es...
mera coincidencia.

miércoles, 20 de julio de 2011

Un discurso y unas palabras que sí se entienden

Según se publicó ayer, el Pgesidente del Conggeso nos ha ofrecido un discurso con motivo de los setenta y cinco años en cuestión.

Genio y figura, se ha despachado con parte de un discurso de Azaña.

De haberse planteado algo más de provocación, podía haber escogido otros discursos, por ejemplo, el de un destacado dirigente de otra organización que, como el partido de Azaña (Izquierda Republicana), formó parte del Frente Popular: Francisco Largo Caballero (quién firmó el manifiesto frentista el 16 de enero de 1936 por parte de la Unión General de Trabajadores): sin opción a que se secara la tinta del papel, en Alicante, en plena campaña electoral, ofreció esta perla:

Nosotros decimos que es inútil que quieran enfrentarnos con nuestros aliados diciendo que si ganamos las próximas elecciones iremos contra ellos. Si conseguimos el triunfo hemos de proseguir nuestro camino para lograr el triunfo de nuestro programa. Quiero decirle a las derechas que si triunfamos colaboraremos con nuestros aliados; pero si triunfan las derechas nuestra labor habrá de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la guerra civil declarada.
Que no digan que nosotros decimos las cosas por decirlas, que nosotros las realizamos…


Y desde luego, no puede decirse que el de la estatua hablara sólo por hablar.

lunes, 18 de julio de 2011

En dos palabras

Hace hoy setenta y cinco años que empezó la continuación de lo que llevaba unos años sucediendo en España.

Cuando las cosas llegaron a mayores, unos, al grito de “¡Viva España!”, fueron contestados por los otros con el de “¡Viva Rusia!”.

Hay quien opina que esa falta de conciencia propia, de identidad, es lo que hizo inevitable el final con el que acabó la guerra.

Se ha hablado mucho de si llegó a haber o no reconciliación. En mi opinión, está claro que ahora no la hay, simplemente, por esa falta de identidad propia: decir “¡Viva España!” ha vuelto a estar mal visto por un sector de la sociedad, mientras que, por otro, es algo a lo que no se atreven.

Así pues, en dos palabras:

¡VIVA ESPAÑA!

Créditos:
Fotografía de una pintada, con plantilla y con tipo de letra art-decó de los años 30, realizada en la época en cuestión, en la fachada de un importante edificio de Requena, en la Navidad de 2001, del autor.

De Re ¿pública?

Uno de los resortes que con mayor constancia han sido utilizados por la España marxista en su desaforada propaganda –sucedáneo de una fuerza efectiva que no posee y de un apoyo moral de que está desprovista su causa– es la imputación de facciosa, rebelde y antijurídica, con que sin tregua ni reposo moteja a la España Nacional.
Gran parte de la opinión universal, acostumbrada a pensar por cuenta propia y a tamizar las noticias e informaciones por las mallas espesas de la sana crítica, sabe a qué atenerse en punto a esta falacia. Pero todavía quedan espíritus de buena fe, de ingenua receptividad, a quienes el argumento causa alguna impresión, y que bajo la sugestión de aquella propaganda no intentan sacudir su pereza mental y buscar la verdad.
Para que ésta se abra paso en forma indubitable, acompañada de las pruebas más rigurosas, capaces de satisfacer a los más exigentes, la España Nacional abre un gran proceso, encaminado a demostrar al mundo, en forma incontrovertible y documentada, nuestra tesis acusatoria contra los sedicentes poderes legítimos, a saber: que los órganos y las personas que en 18 de julio de 1936 detentaban el poder adolecían de tales vicios de ilegitimidad en sus títulos y en el ejercicio del mismo, que, al alzarse contra ellos el Ejército y el pueblo, no realizaron ningún acto de rebelión contra la Autoridad ni contra la ley.
En los folios de ese sumario político-penal se recogerán las pruebas auténticas del gran fraude parlamentario del frente-popular; la falsificación del sufragio en daño de la contrarrevolución y en provecho de las fuerzas marxistas en grado tal, que subvertió el resultado de la contienda electoral; el desvergonzado asalto a los puestos de mando, perpetrado por quienes con el derecho y la libertad no hubieran llegado a conseguirlos; el sinnúmero de delitos, desafueros y tropelías realizados o amparados por un Gobierno que tan audaz e ilegítimamente cabalgaba sobre el país, y, en fin, el escandaloso crimen de Estado, en que culminó tanta vileza, con el asesinato del Jefe de la oposición, señor Calvo Sotelo, ordenado y planeado desde los despachos de un Ministerio, y que sirvió de ejemplo a las turbas, en cuyas garras criminales han caído brutalmente sacrificados en las cárceles, en las checas y los caminos de la España roja más de cuatrocientos mil hermanos nuestros.


Estos son los primeros párrafos de la Orden del Ministerio de la Gobernación, por la que se constituía una comisión “encargada de demostar la ilegimitidad de los poderes actuantes en la República Española en 18 de julio de 1936”, firmada en Burgos el 21 de diciembre de 1938.

Aunque se le encargaba elevar el resultado de sus actuaciones antes del 30 de enero de 1939, “dada la profusión de sus trabajos, muy acentuada por la amplia cooperación individual que ha recibido, así como la complejidad de sus diligenciados, resulta insuficiente el plazo fijado para la terminación de su cometido.
Al propio tiempo, la liberación de Cataluña, a la que brevísimamente ha de seguir la del resto de la España irredenta, ha de proporcionar elementos muy importantes de juicio que completen los ya aportados”. Por ello, mediante otra Orden, se amplió “hasta el 30 de abril del corriente año 1939 el plazo concedido
”.

La nueva Orden estaba firmada en Burgos, a “15 de febrero de 1939 – III Año Triunfal”.

Para cuando venció el nuevo plazo marcado, como puede verse en la portada del libro, en el “Estado Español”, ya era “Año de la Victoria”.

Créditos:
Extractos de las Órdenes del Ministerio de la Gobernación por las que se constituía (y ampliaba el plazo para elevar los resultados) una Comisión sobre la ilegimitidad de poderes actuantes en 18 de julio de 1939, y portada del Dictamen.

martes, 16 de noviembre de 2010

Hay diferencias en las Bellas Artes

Pilar había llamada a José Félix a su casa de la plaza de la Independencia. Le recibió agitada.
- ¿Sabes? Hace dos días que no sabemos nada de Miguel. Ha desaparecido de la pensión. Me han dicho que está en la checa de Bellas Artes.
Fingió José Félix, cortésmente, una contrariedad; pero en el fondo la alegría le inundaba. Reprimió aquel movimiento instintivo.
- ¿Qué puedo hacer yo?
- Me han asegurado que en la Dirección de Seguridad está Vicentito Arellano, un antiguo compañero tuyo. ¿Por qué no le hablas?
Y como notara un silencio embarazoso, le miró dulcemente.
- Ahora ya sólo se trata de la vida de un hombre, ¿comprendes? Y no podemos dejarle.
Salió José Félix de aquella casa ensimismado. Una lucha feroz se libraba en las zonas más oscuras y profundas de su conciencia. Iba a salvar una vida que había torcido definitivamente la suya. ¡Cómo lamentaba el haber ido a la casa de Pilar! Si no se hubiese enterado, Miguel Solís moriría y Pilar sería libre. Se casaría con ella.
Marchaba hacia la Dirección de Seguridad a destruir su felicidad. Pero los posos de honor de su sangre, de educación cristiana, atávica, se rebelaban. Si lo dejaba morir cometía un crimen, y Miguel, muerto, sería más temible que vivo porque su sombra ensangrentada se interpondría entre los dos definitivamente. Y para un hombre espiritual como José Félix era más doloroso un fantasma que aquél hombre vulgar vivo, con su sangre y su sudor.
Decidió subir. Pero subconscientemente se había trazado un plan irrevocable. Iba a subir; hablaría con Arellano para tranquilizar a Pilar, le pediría la vida de Miguel Solís, pero se la pediría tibiamente para que no se la concediera.
Entró.
- ¿Don Vicente Arellano?
- Pase.
El antedespacho estaba lleno de milicianos, detenidos y guardias de asalto. Arellano le recibió con los brazos abiertos.
- ¡Qué alegría verte, José Félix! Tú dirás.
Le expuso su pretensión.
Arellano le replicaba:
- Has tenido suerte en venir hoy, porque dentro de unos días dejo el cargo y salgo para París. ¿En qué checa está?
- En la de Bellas Artes.
- Menos mal; ahí todavía nos hacen algún caso. Vamos a salir ahora mismo con una camioneta de guardias de asalto.
Bajaron por la calle de la Reina y llegaron al Círculo. Milicianos armados se asomaban a los grandes ventanales de los socios, que daban a la calle de Alcalá. Un tribunal de descamisados juagaba entre carcajadas. Era vocal un limpiabotas de la calle de Olózaga.
- Tú me pareces que eres Cambó.
Y el señor barbudo balbuceaba:
- No; yo, no. Me llamo Manuel Martínez. Nunca me he metido en política.
Se reían.
- Menudo susto te hemos dado.
Juzgaban a continuación a todos los detenidos de la Pensión Llera, al final de Lista. Eran unos treinta.
Detrás del tribunal se alzaba, casi hasta el techo, un enorme montón con los despojos de los pisos saqueados. Miles de papeles de cartas, revueltos con armas absurdas, gumías de la guerra de África, espadas, pistolones de chispa, escopetas de caza, sables carlistas, espadines de corte y revólveres de marfil y de nácar. Entre ellos asomaban puntas de tapices o el brazo de marfil de un crucifijo.
Saludó Vicentito Arellano al tribunal. Enseñaba su carnet de Unión Republicana. Porque aunque tenía un cargo importante en la Dirección de Seguridad, se sentía pequeño e impotente ante aquellos limpiabotas y lavacoches erigidos en jueces. El Estado no era nada frente a los sindicatos.
Les adulaba:
- Camaradas, se trata de Miguel Solís; respondo por él. Es afecto al régimen.
Le dieron una orden de libertad. Bajó un miliciano a las piscinas del Círculo. Allí encerraban a los condenados y, en ocasiones, los ejecutaban sobre el ‘parquet’ que cubría el estanque. Allí habían matado unos minutos antes a Pancho, el negro de Gong. Voceó un miliciano:
- ¡Miguel Solís!
Subió agotado, con la barba crecida. Cuando vio a José Félix se precipitó en sus brazos.
- Gracias, gracias, me has salvado la vida.
- La vida se la debes a este señor.
Se lo presentó:
- Don Vicente Arellano.
Le apretó la mano.
- Gracias, señor. No lo olvidaré mientras viva.
Obsequioso, el tribunal les advertía:
- Tengan ahora cuidado. Si usted tiene coche oficial llévelo en él, porque a veces las milicias de abajo esperan a los que salen absueltos y los «pasean» por su cuenta.
Le llevaron a la plaza de la Independencia. Bromeó Vicentito Arellano, mirando a Pilar:
- Por ahora, señora, no se queda usted viuda.
Doña Gertrudis se abrazaba, llorando, a su hijo.
- Pensé que no volvería a verte.
Percibía José Félix en los bellos ojos de Pilar un amargo agradecimiento. Arellano les aconsejó:
- Ahora escóndanlo en lugar seguro, porque aquí vendrán a buscarle.


Hace poco más de un año trascendió que el Ayuntamiento de Sevilla, personificado en la Concejal Delegada de Participación Ciudadana, intentó impedir un homenaje a Agustín de Foxá, con motivo del cincuentenario de su fallecimiento, por el procedimiento de no permitir el uso de un local municipal para el acto. Lógicamente no sólo no consiguió impedirlo (se realizó en la calle), sino que, por el contrario, contribuyó a darle más publicidad, pues, según se recoge en la noticia, el escritor Aquilino Duque, uno de los promotores, comentó: “no se hubiera enterado nadie, pero ahora me llaman de televisiones de Madrid y de todas partes”. La tal moza se encontró con una querella, y ahora está imputada formalmente desde hace mes y medio, por prevaricación y no sé cuántas cosas más.

En esas mismas fechas del pasado año, se editaba de nuevo su única novela, Madrid, de Corte a checa (que yo compraba ahora hace un año). Este verano teníamos una reseña de una recopilación de trabajos suyos (Historias de ciencia ficción. Relatos, teatro, artículos, también de 2009). Y ayer se presentó una nueva edición de Foxá: Nostalgia, intimidad y aristocracia, otra recopilación de textos, incluyendo teatro, correspondencia y crónicas periodísticas.

No es que haya que agradecérselo, pero como dijo Laura Campmany: “Qué suerte que nos lo hayan censurado, porque así volveremos a leerlo”.

Créditos:
Transcripción parcial de la tercera parte La hoz y el martillo, de Madrid, de Corte a checa, de Agustín de Foxá, editado en octubre de 2009 por El buey mudo (pp.312-314)

Fotografías del escudo y del tramo superior del edificio, del Círculo de Bellas Artes, de Madrid, de junio de 2009 y agosto de 2007, del autor.

Fotografía del acto conmemorativo en homenaje a Agustín de Foxá, en Sevilla, octubre de 2009, tomada de ABC.

Fotografía de Agustín de Foxá, tomada de Libertad Digital.