domingo, 30 de noviembre de 2008

Happy birthday, for you, and for us

Un cinco de octubre de hace setenta años, por encima de los murmullos desaprobadores, en la Cámara de los Comunes del Parlamento británico, se pudo oír el discurso, nada común precisamente, pronunciado por un joven parlamentario, a punto de cumplir sólo 64 años, en el que, entre otras muchas, figuraban las siguientes palabras:

The utmost he [my right hon. Friend the Prime Minster] has been able to gain for Czechoslovakia in the matters which were in dispute has been that the German dictador, instead of snatching the victuals from the table, has been content to have them served to him course by course

O en versión de Alejandra Devoto, como traducción del libro de discursos seleccionados por el nieto y tocayo del joven parlamentario.

Lo máximo que ha sido capaz de conseguir [Su Señoría, el primer ministro] para Checoslovaquia y en las cuestiones sobre las cuales todavía no se había llegado a ningún acuerdo ha sido que el dictador alemán, en lugar de agarrar los víveres de la mesa, se conformase con hacer que se los sirvieran, plato por plato”.

El joven parlamentario se llama Winston Spencer Churchill, hoy se cumplen 134 años de su nacimiento, y ha sido quien me ha brindado el título de este diario.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Crónicas de Camelot

Arturo propuso la búsqueda del Grial, y se enfrentó con antiguos aliados.



Sin embargo, Mordred se rebeló, y los campos de Salisbury fueron testigos de la última batalla de Arturo. Ginebra abrazó su cuerpo y recogió su sangre.



Y aunque conducido a Avalon, Merlín sólo pudo acompañarlo.





Los hechos pronto se difundieron, y las crónicas empezaron a formarse.



Y en breves versiones o en ediciones completas, fueron difundidas.



Si de todo lo anterior, hubiera que dar crédito, diríamos que los artículos y la foto son del archivo de los tiempos (también conocidos como"The Times"); la ilustración es de Courtney Davis, en "The Encyclopaedia of Arthurian Legends"; y los libros, libros son.


Finalmente, conviene desmentir que según la Real Academia Española, Camelot sea el origen de la palabra "camelo".

El fin del relato

Justo antes de lo extractado en la anotación correspondiente, se le hace presente a Pajom el otro personaje protagonista del relato.

Justo antes del amanecer se quedó adormilado y tuvo un sueño (…) Vio al jefe de los bashkirios; estaba sentado y, sujetándose la panza con las dos manos, se balanceaba y se reía a carcajadas. Pajom se acercó y le preguntó:
– ¿De qué te ríes?
Entonces se dio cuenta de que no era el jefe de los bashkirios, sino el mercader que había pasado recientemente por su casa y le había hablado de esas tierras. Pero en cuanto le preguntó si llevaba mucho tiempo allí, advirtió que ya no era el mercader, sino aquel mujik que se había presentado en su casa mucho tiempo antes, procedente del Volga. Por último, vio que tampoco era el mujik, sino el diablo en persona, con cuernos y cascos; estaba allí sentado, riéndose a carcajadas, delante de un hombre descalzo, vestido sólo con camisa y pantalón. Pajom miró atentamente para ver quién era ese hombre y se dio cuenta de que estaba muerto y de que era él. Se despertó horrorizado. «¡Hay que ver qué cosas sueña uno!», pensó. Miró a su alrededor y a través de la puerta abierta vio que empezaba a clarear (…) Se levantó, llamó a su trabajador, que dormía en el carro, le ordenó que enganchara y (…)

Y el fin del relato:

El trabajador de Pajom, se acercó corriendo y quiso levantarlo, pero un reguero de sangre le corría por la boca: estaba muerto.
Los bashkirios chasquearon la lengua para expresar su tristeza.
El trabajador cogió el azadón, cavó una tumba lo suficientemente grande para alojar a su amo y lo enterró. Tres arshines de la cabeza a los pies le bastaron.
Con lo de conseguir riqueza "casi de balde"; con lo de "aún es pronto para dar la vuelta"; con lo de "vivirás como un rey el resto de tu vida"; con lo de "¿habré abarcado demasiado?"; con lo de "dirán que soy tonto"; con lo de "estuvo a punto de detenerse, pero"; con todo, este relato ruso se escribió, aunque en este momento en que se pone el sol, no lo parezca, hace 123 años.

Pequeño Aranzadi urbano

Aranzadi es el nombre de una editorial, especializada en textos jurídicos. Entre sus publicaciones, se encuentra una recopilación de sentencias, para su consulta, y general conocimiento y, en su caso, efectos. De hecho, esta recopilación (no sé cuántos volúmenes llevará ya) es un ejemplo de sinécdoque (aclaremos que sinécdoque es una palabra del latín synecdŏche, y este del griego συνεκδοχή, de συνεκδέχεσθαι, recibir juntamente): en efecto, es conocida como, propiamente, "el Aranzadi".

Todo esto viene a cuento, porque el pasado jueves, de regreso al despacho después de una reunión, el camino adoptó un trazado un tanto zigzagueante, que me permitió apreciar en las fachadas de un grupo de edificios, en poco más de 300 metros y prácticamente en una misma calle, y curiosamente en orden cronológico, lo siguiente:




Sí, lo sé, no queda muy bien ahora dar publicidad a la última pero lo que hay es lo que hay, y lo que hubo, es lo que hubo (la máquina del tiempo es otra cosa).

¡El relato recordado!

Cuando llegaron a la estepa, empezaba a amanecer. Subieron a una colina, que en bashkirio se llama shijan. Se apearon de los carros, descabalgaron y se reunieron. El jefe se acercó a Pajom y, señalando la estepa con la mano, dijo:
– Toda la tierra que abarcas con la vista es nuestra. Elige la que quieras.

Los ojos de Pajom resplandecieron: toda la tierra estaba cubierta de hierba, era lisa como la palma de la mano y negra como la semilla de la amapola; en las hondonadas se veían hierbas de distintas clases, que llegaban hasta el pecho.

El jefe se quitó el gorro de piel de zorro y lo dejó en el suelo.
– Ésta será la marca –dijo–. Partirás de aquí y aquí volverás. Y toda la tierra que recorras será tuya.
Pajom sacó el dinero, lo puso sobre el gorro, se quitó el caftán y se quedó sólo con la chaqueta sin mangas; luego se ciñó bien el cinturón bajo la panza, se estiró, se metió en el seno una bolsa de pan, ató al cinto una garrafa de agua, se ajustó las botas, cogió el azadón de manos de su trabajador y se dispuso a partir. Estuvo un momento pensando por dónde empezar, pues toda la tierra le parecía buena. «Da lo mismo –decidió–: iré hacia levante» (…) En cuanto surgió el sol, Pajom se echó el azadón al hombro y se internó en la estepa.

Caminaba con paso intermedio, ni deprisa ni despacio. Después de recorrer una versta, se detuvo, cavó un agujero, puso un montón de hierba sobre otro para que se viese bien, y siguió adelante. Había entrado en calor y se movía con mayor ligereza. Al cabo de un rato, cavó otro agujero.
(…)
«Ha transcurrido ya el primer cuarto de la jornada –se dijo Pajom–. Aún es pronto para dar la vuelta (…) Este lugar es muy bueno y da pena dejarlo. Cuanto más avanzas, mejor es»
(…)
Después de mucho caminar, llegó a un lugar cubierto de hierba más alta; el calor se volvió sofocante.
(…)
La comida le había dado fuerzas. Pero hacía muchísimo calor y tenía sueño. Sin embargo, siguió caminando, mientras pensaba: «Aguanta unas horas y vivirás como un rey el resto de tu vida».

Caminó también mucho en esa dirección y estaba ya a punto de girar a la izquierda cuando vio que un poco más lejos había una hondonada húmeda; le dio pena dejarla. «Ahí se dará bien el lino», se dijo. Y siguió en línea recta. Atravesó la hondonada, cavó un agujero y torció, creando de ese modo una segunda esquina.
(…)
De la tercera parte sólo había recorrido dos verstas. Hasta el lugar de partida quedaban unas quince. «No –pensó–, aunque quede una parcela irregular, debo seguir en línea recta, sin coger demasiado. De todas formas, tengo tierra de sobra.» Cavó a toda prisa un agujero y se dirigió en línea recta hacia la colina.

Empezaba a sentirse cansado. Estaba empapado en sudor y tenía los pies descalzos, llenos de heridas y magulladuras; las piernas apenas le sostenían. Le habría gustado descansar, pero no podía, pues no llegaría a tiempo antes del ocaso. El sol no esperaba; no hacía más que bajar y bajar. «Ah –pensó–, ¿no me habré equivocado y habré abarcado demasiado? ¿Y si no llego a tiempo? »
(…)
Finalmente echó a correr. Arrojó la chaqueta, las botas, la garrafa y el gorro, quedándose sólo con el azadón, en el que se apoyaba. «Ah –pensó– he sido demasiado codicioso y lo he echado todo a perder; no lograré llegar antes de la puesta de sol.» Y ese miedo hacía que respirara aún peor. (…) Aterrorizado, Pajom pensó: «Mientras no muera de agotamiento».

Tenía miedo de morir, pero no podía detenerse. «He corrido tanto –se dijo– que, si me detengo ahora, dirán que soy tonto.» Siguió corriendo; cuando llegó más cerca oyó que los bashkirios chillaban y gritaban. Al oírlos, el corazón le latió aún más deprisa. Pajom hizo acopio de sus últimas fuerzas y siguió corriendo, mientras el sol se acercaba al horizonte, cubierto de niebla, grande, rojo, ensangrentado.
(…)
Justo cuando llegaba a la colina, se hizo de noche. Miró a su alrededor y vio que el sol ya se había puesto. Pajom gimió. «Todos mis esfuerzos han sido en vano.» Estuvo a punto de detenerse, pero oyó que los bashkirios continuaban chillando, entonces se dio cuenta de que, aunque allí abajo reinaba la oscuridad, desde lo alto de la colina aún podía verse el sol. Pajom tomó aliento y subió corriendo por la ladera. En lo alto aún había luz. Lo primero que vio fue el gorro. Delante de él estaba sentado el jefe, riéndose a carcajadas y sujetándose la panza con las manos. Pajom se acordó de su sueño y gimió; las piernas le fallaron, cayó de bruces y alcanzó el gorro con las manos.
– ¡Bravo! –gritó el jefe–. ¡Has ganado mucha tierra!

Camelot

Camelot se encuentra en un lugar nunca concretado, en una época ligeramente definida, más en la Leyenda que en la Historia. Curiosamente, la Leyenda ha quedado más documentada que muchos momentos de la Historia. Bosques de pergaminos y papel, ríos de tinta, recogieron las aventuras, desventuras, alegrías, tristezas, goces, desdichas, placeres, penas, amistades, odios, lealtades, traiciones, y, envolviendo todo ello, dedicación, esfuerzo y sacrificio.

Tras muchos deseos, esperas y esperanzas, en este siglo pasado, paradójicamente en un día plenamente invernal, llegó el momento en que Camelot se materializó en la Historia.

Hace una semana se cumplieron 45 años del fin de los 1.000 días de Camelot en la Historia,... volviendo a la Leyenda.

viernes, 28 de noviembre de 2008

¿El relato recordado?

Desde luego, el inicio del relato (en una traducción de Víctor Gallego Ballestero) no casa con los recuerdos: trata de Pajom, un campesino que, satisfecho al principio con su situación, cambia cuando escucha una conversación entre su mujer y su cuñada, que le conduce a una conclusión.

¡La única pena es que disponemos de poca tierra! ¡Si tuviera toda la que quisiera, no tendría miedo de nadie, ni siquiera del diablo!

Las circunstancias, poco después, le permiten una oportunidad de cambiar:

Así fue como Pajom adquirió esa tierra (…) Y Pajom se convirtió en propietario (…) Cuando iba a arar sus campos o se quedaba mirando los sembrados y las praderas, su corazón exultaba de alegría

Y así “Pajom estaba muy satisfecho con su vida. Todo podría haber ido bien, pero los campesinos vecinos empezaron a hollar sus sembrados y sus prados. Les pidió por favor que no lo hicieran, pero no hubo manera (…) Al principio Pajom los echaba y perdonaba a los propietarios, pero luego perdió la paciencia y fue a quejarse al tribunal del distrito (…) ‘Hay que darles una lección’. Así pues, con la ayuda del tribunal, les dio una lección y luego otra; uno o dos campesinos fueron condenados a pagar una multa. Sus vecinos empezaron a cogerle ojeriza; volvieron a causar estragos en sus campos, esta vez a propósito (...) En definitiva, aunque Pajom tenía muchas más tierras, su posición era peor que antes

Pero se le presentó una segunda oportunidad para cambiar.
Un día en que se hallaba en casa llamó a la puerta un mujik que pasaba por la aldea (…) Poco a poco le contó que mucha gente se estaba estableciendo en aquellos lugares (…) ‘Un mujik pobre de solemnidad – añadió –, que llegó sin un céntimo en el bolsillo, ahora tiene seis caballos y dos vacas’.
Muy excitado, Pajom pensó: ‘(…) Aquí, con tantas apreturas, no hay quien viva. Pero antes es preciso que vaya a enterarme de todo en persona’
(…)
Una vez enterado de todo, Pajom regresó a su casa en otoño y (…) partió con su familia a esos nuevos lugares.
Una vez allí, (…) su situación era diez veces mejor. Había gran abundancia de pastos y de tierras de labor y podía tener todo el ganado que quisiese.
Al principio, mientras se ocupaba de la construcción de la casa y de todos los preparativos, estaba muy contento; pero una vez que se acostumbró, también esa tierra le pareció poca.
(…)
Vivió de ese modo por espacio de tres años (…) Vivía bien, pero le molestaba pagar cada año el arriendo de la tierra y tener que luchar por ella.


Y le llegó la tercera oportunidad.
Un día un comerciante de paso se detuvo en casa de Pajom para dar de comer a los caballos. (…) El comerciante le contó que venía de la lejana región de los bashkirios (…) Pajom le hizo más preguntas y el comerciante dijo: (…) ‘Se puede conseguir la tierra casi de balde’.
(…)
Pajom (…) confió la casa a su mujer y partió acompañado de un trabajador (…) todo era como había dicho el mercader.
(…)
El jefe los escuchó (…) y se puso a hablar con Pajom en ruso.
- Pues claro – dijo – Elige la que más te guste. Hay tierra de sobra.
(…)
- Os agradezco vuestras amables palabras – dijo –. Tenéis mucha tierra y yo sólo necesito una poca.
(…)
- ¿Y cual será el precio? – preguntó Pajom.
- Tenemos un solo precio: mil rublos por jornada.
Pajom no comprendió.
- ¿Qué clase de medida es una jornada? ¿Cuántas desiatinas tiene?
- Nosotros no sabemos contar de ese modo – dijo el jefe – Vendemos por jornadas. Toda la tierra que consigas recorrer en una jornada seá tuya, al precio de mil rublos.
Pajom se sorprendió.
- En un día entero se puede recorrer mucha tierra – dijo.
El jefe se echó a reir.
- ¡Toda será tuya! – dijo el jefe -. Pero con una condición: si antes del anochecer no has vuelto al punto de partida, perderás el dinero

jueves, 27 de noviembre de 2008

Recuerdos de un relato

Mantenía en el recuerdo, algo desdibujado, eso sí, un cuento que leí durante los sólo cronológicamente lejanos años de la infancia, en uno de esos libros con los que se ayudaba a captar el interés por la lectura de los niños de entonces. Posiblemente el libro fuera de Aguilar, de su colección El globo de colores, en que, como siguen haciendo ahora otras colecciones, cada color era para una franja de edad.

Mis recuerdos sólo eran capaces de esbozar la persona de un campesino que, gracias a un trato, sería poseedor de toda la tierra que fuera capaz de recorrer. También se incluía en ellos otro personaje, tan significativo como el campesino, y el final, que de momento, como si de una receta se tratara, ambos dos reservaré para su momento.

Los recuerdos no me alcanzaban sobre si el cuento era original del libro (tampoco incluido en los recuerdos) pero sí, sobre una palabra, una importante palabra, que, ahora, en este siglo siguiente, me ha servido de pista: mujik.

A finales de este septiembre pasado, compré en mi proveedor oficial de libros dos libros de relatos de autores rusos, ambos editados por Alba Editorial.


Sin embargo, en ellos no estaba.

A finales de octubre, compré otro libro, también de Alba Editorial, aunque, esta vez, en el sello DeBols!llo.

En el índice figura un relato titulado “Cuánta tierra necesita un hombre”, del que en la contraportada se dice que es “según Joyce, el mejor cuento jamás escrito”.

Ayer, por fin, lo leí.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Dibujando vida

No sé si será verdad o no, pero sí es conocida, la escena de Miguel Ángel increpando a su Moisés, exigiéndole el famoso "¡Habla!".

Y es lo que tienen las esculturas, que por muy vivas que resulten, transmiten, pero no hablan.

En cambio, quienes sí hablan son los dibujos, porque, diga él lo que él diga, Mel Blanc es una invención de los Looney Tunes.

Pero todo empezó en las páginas de los periódicos, primero con las pertinentes caricaturas (por lo general, ácidas y mordaces acordes a su casi monocorde temática política, y siendo las fechas que son, de muestra un pavo).

Y luego siguió con las tiras cómicas. Entre éstas, son famosas las de un grupo de cacahuetes, cuyo responsable nació tal día como hoy, pero en 1922.

El pasado día 18 la prensa recordó el estreno en Nueva York del corto animado y sonoro "Steamboat Willie", tras el que se han cumplido los primeros 80 años de su protagonista. Pero como estamos en crisis, es cuestión de ahorrar, incluso anotaciones de este mi diario. Así pues, toca, como con las croquetas, hacer los homenajes, digamos, un tanto mezclados.


Esta ilustración forma parte del libro "The art of Mickey Mouse", elaborado en el año 1991, con ilustraciones de diversos autores en las que hacen un homenaje al tal individuo recreándolo según el estilo, personalidad o característica más conocida del artista. El libro tiene una introducción de John Updike que comienza con "El secreto estaba en las orejas", y termina, unas 25 páginas más tarde, reconociendo una realidad:

"Pero no temáis, su bondad intrínseca trascenderá (...) Mickey es un 'genio' en la antigua acepción de 'espíritu protector', con su vulnerable pecho desnudo, los zapatos amarillos conmovedoramente grandes, el misterioso lugar detrás de los pantalones cortos de donde sale la cola, con la pequeña lengua, roja y brillante como un caramelo, que asoma a través de su curvada e incondicional sonrisa. Por no hablar de sus orejas".

En la página de créditos del libro se puede leer:
"Ejemplar de obsequio. Prohibida su venta
Edición especial para Buenavista Home Entertainment, S.A.
"

De donde deduzco que lo obtuve junto con el vídeo de alguna película del famoso ¿almeriense? (y estando editado en 1997, todo apunta a que se trataba de una promoción con motivo de los 70 años).

Pues eso, como se dice en ese mundillo, esto es to... esto es to... esto es todo, amigos.

Lo juro por Snoopy.

martes, 25 de noviembre de 2008

Voto a bríos

"- Ahí viene Lope - dijo alguien.

Todos se quitaron los sombreros cuando Lope, el gran Félix Lope de Vega Carpio, apareció caminando despacio entre los saludos de la gente que se apartaba para dejarle paso, y se detuvo unos instantes a departir con don Francisco de Quevedo, quien lo felicitó por la comedia que representaban al día siguiente en el corral del Príncipe: acontecimiento teatral al que Diego Alatriste había prometido llevarme, y yo iba a presenciar por primera vez en mi vida. Después, don Francisco hizo algunas presentaciones.

- El capitán don Diego Alatriste y Tenorio… Ya conoce vuestra merced a Juan Vicuña… Diego Silva… El jovencito es Íñigo Balboa, hijo de un militar caído en Flandes.

Al oír aquello, Lope me tocó un momento la cabeza con espontáneo gesto de simpatía. Fue la primera vez que lo vi, aunque tendría después otras ocasiones; y recordaré siempre su continente sexagenario y grave, su digna figura clerical vestida de negro, el rostro enjuto con cabellos cortos, casi blancos, el bigote gris y la sonrisa cordial, algo ausente, como fatigada, que nos dedicó a todos antes de proseguir camino rodeado por muestras de respeto.

- No olvides a ese hombre ni este día - me dijo el capitán, dándome un afectuoso pescozón en el mismo sitio donde Lope me había tocado.

Y no lo olvidé nunca. Todavía hoy, tantos años después de aquello, me llevo la mano a la coronilla y siento allí el contacto de los dedos afectuosos del Fénix de los Ingenios. Ni él, ni don Francisco de Quevedo, ni Velázquez, ni el capitán Alatriste, ni la época miserable y magnífica que entonces conocí, existen ya. Pero queda, en las bibliotecas, en los libros, en los lienzos, en las iglesias, en los palacios, calles y plazas, la huella indeleble que aquellos hombres dejaron de su paso por la tierra. El recuerdo de la mano de Lope desaparecerá conmigo cuando yo muera, como también el acento andaluz de Diego de Silva, el sonido de las espuelas de oro de don Francisco al cojear, o la mirada glauca y serena del capitán Alatriste. Pero el eco de sus vidas singulares seguirá resonando mientras exista ese lugar impreciso, mezcla de pueblos, lenguas, historias, sangres y sueños traicionados: ese escenario maravilloso y trágico que llamamos España."

Así presentan Arturo y Carlota Pérez-Reverte a Lope de Vega, en su novela "El capitán Alatriste".

Celebremos los 446 primeros años del nacimiento del Fénix de los ingenios.

Y recordemos que, al menos en una calle de Madrid, sus palabras resuenan en nuestro presente.

Perder realmente la cabeza

Hoy sólo falta un año para que se cumpla el cuarto centenario del nacimiento de una mujer, Henrietta Maria de Bourbon.

¡Ah, pues bueno!, dirán muchos de los lectores de este diario (el resto dirá ¿de quién?).

Podría decirse que es un ejemplo de mujer por la cual un hombre puede llegar a perder la cabeza. Y bien nos lo puede contar su marido (cuyo 408º cumpleaños hubiera podido celebrar hace solo seis días), más conocido como Carlos I de Inglaterra, pues su cabeza, convencida por una diestramente utilizada hacha, un 30 de enero de 1649 rodó por el suelo del cadalso.

Aunque Tom Milne, en la obra de la que es editor, “The Time-Out Film Guide. The definitive A-Z directory of over 10,000 films”, dice que “play havoc with history”, cuando comenta la película “Cromwell”, lo cierto es que el personaje de Alec Guinness acabó perdiendo la cabeza, tal vez por verse en exceso influido por el personaje de Dorothy Tutin.

Por el contrario, Richard Burton en esta ocasión, fiel a su personaje de Oliverio Cromwell, no se divorcia.

lunes, 24 de noviembre de 2008

El cielo no esperó

Esta tarde, poco antes de acercarme a la peluquería, he podido obtener la fotografía que sigue.


Desde luego, puede decirse que el cielo no da puntada sin hilo poético, precisamente hoy, ¿verdad, amigos?

Maravillas californianas

Como más o menos se sabe, el poder legislativo en los Estados Unidos de América consta de dos cámaras, la Cámara de Representantes (alias, House of Representatives) y el Senado (alias, Senate). Todo esto, más o menos junto, y con más o menos otros organismos (como puede observarse en el plano que se acompaña), forma el complejo del Capitolio.

Aquí te puedes enterar de la historia del complejo en cuestión, de donde extractamos lo siguiente:
"The second floor holds the Chambers of the House of Representatives (in the south wing) and the Senate (in the north wing) as well as the offices of the congressional leadership. This floor also contains three major public areas. In the center under the dome is the Rotunda, a circular ceremonial space that also serves as a gallery of paintings and sculpture depicting significant people and events in the nation's history. The Rotunda is 96 feet in diameter and rises 180 feet 3 inches to the canopy. The semicircular chamber south of the Rotunda served as the Hall of the House until 1857; now designated National Statuary Hall, it houses part of the Capitol's collection of statues donated by the states in commemoration of notable citizens. The Old Senate Chamber northeast of the Rotunda, which was used by the Senate until 1859, has been returned to its mid-19th-century appearance."

Los diferentes estados de la Unión tienen derecho a donar al Capitolio dos estatuas de las personas que consideren más representativas del estado. Como una de las estatuas a que tenía derecho, California eligió la que acompaña estas líneas. Se da la circunstancia de que, desde 1931, es el único español (lo siento José Luis, pero no eres tú) con presencia permanente en este National Statuary Hall del Capitolio (en la galería de la Cámara de Representantes, se encuentran presentes, a través de sus retratos, otros dos españoles más, pero, no, tampoco se llaman José Luis).

La persona homenajeada mediante esta estatua tiene una breve reseña en la referida página del Capitolio. No sólo evidente por la estatua, la reseña no oculta sino que pone de manifiesto, el carácter religioso de la persona, en pleno templo de la Ley. Y encima, el 25 de septiembre de 1988 fue declarado beato.

Yo conocí de la existencia de esta persona a través de las páginas de la revista Trinca, en concreto, mediante una de las historias de un personaje llamado ‘Manos’ Kelly, hijo de padre irlandés y madre española. En la tercera y última de sus historias (ahora llamados álbumes, aunque entonces [año 1973] ya se empezaba con esta palabra), titulada “La tumba de oro”, se cuenta, insertada en la narración correspondiente al personaje, la historia de la colonización de California, y en particular, de la actividad del ahora veinteañero beato, desde su llegada hasta la fundación de Monterrey (donde, desde hace 224 años, su cuerpo descansa). El autor de la serie (texto y dibujos) es Antonio Hernández Palacios, y aquí están dos muestras de su hacer, al hilo de lo que estamos hablando.
Dicho esto, sólo queda agradecer estos reconocimientos, y celebrar hoy los 295 años del nacimiento de, en el mundo, Miquel Josep Serra i Ferrer; en religión, fray Junípero; y en Vida, Beato Junípero Serra.

Por último, recordar que las comparaciones no son odiosas, otra cosa muy distinta, es que no sea agradable (porque cierto sí suele resultar) el retrato de los personajes cuya actuación motiva la comparación.

domingo, 23 de noviembre de 2008

La maldición

El 6 de noviembre de 1922, Lord Carnarvon (a la sazón, en Inglaterra) recibía un cable o telegrama, de Mr. Howard Carter (por contra, en Luxor). En las páginas de The Times, en su edición del 11 de diciembre siguiente, lo relataba así: “He cabled to me that at last he had made a fine discovery, and, having covered up the spot, he waited until I arrived”.

Y continúa: “On my arrival to Thebas we set to work at once to clear away the rubbish

Howard Carter, en colaboración con su ayudante A.C. Mace, publicó en 1923 el primer tomo de su obra “The discovery of the Tomb of Tutankhamen”, dedicando “este relato del descubrimiento de la tumba de Tut-Ankh-Amón a la memoria de mi querido amigo y colega Lord Carnarvon, que murió en la hora de su triunfo”.

En esta obra, Mr. Carter cuenta cómo recibió el día 8 dos telegramas de respuesta: el primero avisando del pronto viaje a Egipto, y el segundo “que recibí poco después”, confirmando la fecha de llegada a Alejandría para el día 20.

Finalmente, “el 23 lord Carnarvon llegó a Luxor con su hija, lady Evelyn Harbert, su fiel compañera en todo su trabajo egipcio; todo estaba dispuesto para el inicio del segundo capítulo del descubrimiento de la tumba”.

Lo que ellos no sabían en ese momento, y de hecho, yo me he dado cuenta hace pocas horas, es que ese mismo día 23 de noviembre de 1922, fecha en que Lord Carnarvon llegaba a Luxor, cumplía 35 años otro ilustre inglés: Boris Karloff.

La maldición estaba en marcha.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Un recuerdo

Hoy se han cumplido 45 años de un fallecimiento importante.
De familia irlandesa, fallecía en su hogar oxoniense, Clive Staples Lewis.
Simplemente, un recuerdo, y a falta de un mejor hacer mío, una reseña religioso-literaria, es decir, humana, sobre él.

No, la vida no es un cabaret sin fin (salvo que...)

El pasado jueves se cumplieron 42 años del estreno en Broadway del musical "Cabaret", con música de John Kander y letra de Fred Ebb.

Hace ya un tiempo, fuimos un grupo (entre familia y amigos) a verlo, aquí en Valencia, al Off Teatre, en la calle Turia, donde los actores son los propios alumnos de la escuela.

[Ya lo conocíamos por una puesta en escena del también musical "Chicago", muy digna; por eso repetimos]

La obra es mucho más conocida por la película de seis años más tarde, y por ello, es muy probable que las canciones que se conocen, sean en realidad de la película y no necesariamente del musical. Por ejemplo, no se cantó la famosa canción del "Money", sí se cantó el también conocido "Mein Herr", y no recuerdo ahora si se cantó la menos conocida "Tomorrow belongs to me".

La melodía de esta canción fue hace muchos años, utilizada para la canción de un anuncio de cava, de una conocida marca catalana (creo que por entonces aún no había salido la sentencia del Tribunal Supremo diciendo al lobby catalán que el cava es un proceso, por tanto, no puede ser propio de una zona, y por tanto, todo aquel producto que se confeccione como cava, puede llamarse cava, aunque se elaborara en Requena [pues Torre Oria fue quien inició la ofensa a Cataluña por querer hacer cava fuera de allí]); como decía, fue la melodía del anuncio, y esto motivó un duro artículo del ahora recién retirado Moncho Borrajo en el periódico "Las Provincias" (lo mismo hasta tengo el artículo; si lo encuentro, ya lo mostraré), poniéndolos de chupa dómine, y diciendo que ahora ya sabía de sus tendencias.

En la película, una vez iniciada la canción, la única frase que se dice, cuando Michael York va a entrar en el coche para alejarse con su amigo, es "¿Sigues creyendo que les pararéis los pies?"

Bueno, en realidad, todo esto no quería ser sino una excusa para, al hilo del aniversario y de la canción, hacer un recordatorio sobre esta frase, y sobre el hecho que da la respuesta:

- la canción la empieza un muchacho, y poco a poco se van añadiendo más y más de entre los presentes, jóvenes y adultos
- el abuelo se encuentra claramente incómodo y triste, y rodeado, pero se queda
- los protagonistas, en desacuerdo con el grupo que alza la voz, se van

En resumen, los únicos que, en realidad, hacen algo, son los camisas pardas.

Y claro, siguieron haciendo.

Quien, en España, tenga oídos para oir, que oiga.

... --- ...

Hoy se han cumplido 102 años de una decisión que, por el carácter políticamente incorrecto del formato elegido, estoy seguro, ahora no se habría adoptado alegando no ya cuestiones de libertad religiosa, sino radicalmente laicistas, que no laicas, no confundamos.

Tal día como hoy, en el año 1906, se decidió que la frase “Save Our Souls” fuera la señal internacional de socorro [ahora, naturalmente, no es cuestión de declarar oficialmente la existencia del alma de nadie, así se muera].

El uso de dicha frase, por evidentes motivos de urgencia, era en su forma abreviada, es decir, a partir de las iniciales: S.O.S.

Esto se decidió en la Internacional Radio Telegraphic Convention celebrada en Berlín.

Visto de otro modo, resulta que fue precisamente en el mismo Berlín, donde se decidió internacionalmente cómo pedir socorro… ocho años antes de lo que, durante todo este siglo XX, se nos venía encima.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Donantes

Como ahora es un momento tan bueno como otro cualquiera, simplemente comentar que hace tres semanas doné sangre.
También es cierto que lo tenía fácil: un equipo de Centro de Transfusiones de la Comunidad Valenciana viene aproximadamente cada seis meses (primavera y otoño) a los locales de la empresa en que trabajo, con lo que ni siquiera tengo que desplazarme a ningún sitio; incluso te dan un detallito, y un bocadillo y bebida de almuerzo para que te recuperes y, cosa paradójica en un centro de trabajo, no crees mala sangre sino buena.
Yo empecé en la primavera de 2004, así que ánimo a los que no lo sean, y gracias a los que ya se hayan apuntado.
Además, te enteras de cosas: por ejemplo, yo siempre había creído que era A+ y tras la primera donación, me enteré de que era Rh - ¡Vamos, como un nacionalista vasco cualquiera!

jueves, 20 de noviembre de 2008

No hace falta decir qué día es hoy

En efecto, hoy se cumplen 72 años de cierto tiroteo en la Ciudad Universitaria de Madrid, como resultado del cual falleció Buenaventura Durruti.

Como no resultaba muy afecto al (des)gobierno del Frente Popular (para algo era anarquista), no forma parte de la Memoria Hist(é/ó)rica a recuperar.

Tal vez tampoco sea necesario pedir un certificado de defunción, porque siempre se habló de que el disparo que le causó la muerte procedía de un sitio cercano a él,... pero a sus espaldas. Y eso,... mejor no tocarlo, ¿verdad?

Por cierto, en este mismo día también fallecieron otras personas, varias en el frente de la Ciudad Universitaria (en condiciones, lamentablemente, estándar); otro, fusilado en una cárcel; y otro más, parece que sí, que aunque ha costado 33 años saberlo, sí, se ha confirmado que finalmente también falleció, pero 39 años después y, quién lo diría, en la cama.


miércoles, 19 de noviembre de 2008

Cuestión de luces

El diseño industrial ha dado diversos ejemplos bastante conocidos por el público en general. Aunque luego, en otra anotación, hablaré de una exposición que, según mis datos, finaliza precisamente hoy, ahora voy a hablar de lámparas.

Son conocidas las lámparas Tiffany, de una de las cuales acompañamos la foto, extraída de una página que las vende por Internet (por si a alguien le interesa, la tienen de oferta con un descuento algo inferior al 15%).

Podría hablarse de la pantalla, cuya ejecución en cristal es característica de la casa, pero voy a fijarme en otro aspecto: el sistema de encendido y apagado.

Se puede apreciar a la derecha del pie un corto cable, que cuelga. En efecto, habitualmente, el cable se encuentra enganchado en la zona donde, sobre el pie de la lámpara, se engarza el casquillo que aloja la bombilla, que es quien, si tras esta explanación mía, no se ha fundido también como tal vez le haya pasado a algún lector, finalmente ilumina.

Aunque digno de alabar su diseño formal y estético, también es de resaltar que el diseño técnico del funcionamiento de la lámpara se basa en una sencilla maniobra: estirando el cable, preferentemente hacia abajo y, en todo caso, con conocimiento, se consigue activar un ingenioso mecanismo (astutamente oculto en el interior del pie de la lámpara), el cual, el movimiento lineal transmitido al cable, lo convierte, transmuta diríamos, cual proceso alquímico largamente deseado y por fin conseguido, en una reordenación de exquisitas y delicadas piezas (también ocultas al común de los mortales) que, como agentes divinos, consiguen la orden deseada: fiat lux.

No sólo eso: el diseño técnico encierra una paradoja, podría decirse que incluso una lección filosófica, como buena alquimia que es.

En efecto, llevados por la ambición, podríamos repetir la maniobra esperando obtener mayor iluminación, y la obtenemos, sí, pero es moralmente como nos iluminamos: la lámpara se apaga.

[Es cierto que artes diabólicas han introducido elementos que permiten incrementar la iluminación con cada nueva maniobra, pero finalmente, el Bien se impone, y la lección se imparte: tardará más, tardará menos, pero siempre se acaba haciendo la maniobra tras la cual, la lámpara se apaga]

[No es objeto de esta anotación, lo digo para los impacientes, hacer referencias a que la lámpara, como las personas, sólo ilumina si dispone de una alimentación de energía que se lo permite. Aclarado este aspecto, prosigamos]

Como puede verse, tenemos un ejemplo de cómo la técnica y el diseño no sólo nos ayudan a una mejor calidad de vida, sino que nos ilustran sobre la mejor vida.

Pues bien, esta mañana he observado con placer, no lo negaré, que estas enseñanzas, aun en la limitada medida con que cabe llevarlas a efecto en la vía pública, las está instaurando el ayuntamiento de Valencia, poco a poco, eso sí, mediante una prueba piloto, posiblemente.

Y es que, no otra explicación puede tener el cable colgando de esta farola.

Arenga

Tal día como hoy, "although a heavy fog clouded the heavens in the morning during the procession, the sun broke out in all its brilliancy during the Rev. Mr. Stockton's prayer and shone upon the magnificent spectacle".

¿Y qué mereció tal calificativo al New York Times, en crónica del día siguiente (20 de noviembre de 1863)? Pues "the ceremonies attending the dedication of the National Cemetery", en Gettysburg.

En esta ceremonia, Mr. Lincoln pronunció su famosa "Arenga de Gettysburg" (Gettysburg Address), cuyo texto se acompaña, extraído de la referida edición del New York Times (no, no tengo el ejemplar en cuestión, lo he localizado en la página del periódico).

Los que hayan visto suficientes películas estadounidenses con cierto ambiente familiar, de esas en las que hay niños en la escuela y hacen festivales y cosas de esas, seguro que recuerdan cómo alguno de estos "monstruos cuellicortos" (la gata en el tejado dixit), con chistera y barba postiza, muy serio, declama lo de "Hace ochenta y siete años, nuestros padres construyeron en este continente una nueva nación, concebida en libertad y dedicada a propagar que todos los hombres son creados iguales" (según traducción, no libre, sino algo libérrima, del autor de estas líneas). A la pobre criatura no se le suele hacer mucho mayor caso (el espectador) ni se le da más protagonismo (en la película) que el que se supone se deriva de unos aplausos que siempre, desde hace 145 años, acompañan al final de la arenga.

Por allí, al menos en las películas, parece que también se saben eso de "Nosotros, el Pueblo de los Estados Unidos..." y todo lo que sigue de su Constitución.
En cambio, por estos lares, a alguien se le ocurre que en una película salga un personaje a decir algo así como "La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de...", y bueno, le dicen lo que no está en los escritos, le ponen cual digan dueñas, en resumen, le ponen a caer de un burro.
Pero no será por eso por lo que no veo cine español, ¿verdad?

martes, 18 de noviembre de 2008

Rode the six hundred

Hace un mes, sábado, aunque me había acercado para ver otra cosa, acabé "despistándome" por la zona de Cine de El Corte Inglés de la Avenida de Francia, oh-la-la.

En los muebles de novedades, ví que ¡por fin! estaba "La carga de la Brigada Ligera": lo cogí, pagué y (aunque, eso sí, al día siguiente), la vi.

Como estamos hablando de cine, diremos que la película me gusta, ¡qué se le va a hacer!

Tiene su parte de romanticismo (véase la carátula, sin ir más lejos, aunque despista, porque hay un hermano por en medio), su parte de exotismo (menuda sala de trono/audiencias que se gasta Surat-Khan en Suristán), su parte de aventuras (la expedición para la compra de caballos, la caza del leopardo), su parte colonial (al fin y al cabo, ahí se desarrolla), su parte patriótica (cómo se mantiene firme la bandera, británica, por supuesto, en pleno caos) e incluso su parte histórica (efectivamente, hubo una guerra en Crimea).

Todo esto, bien dosificado y con el adecuado ritmo, hace que recorramos la media legua (half a league) del valle de la Muerte (all in the valley of Death) totalmente entregados (their's not to make replay), respirando el polvo del galope (rode), oliendo la pólvora quemada de los cañonazos (plunged in the battery-smoke), manteniendo el equilibrio entre las explosiones (storm'd at with shot and shell) y, coronada la posición, tomando las baterías rusas (charge for the guns!).

Pasó lo que tenía que pasar:

Then they rode back, but not,
not the six hundred.

y, con Tennyson, quedó lo que tenía que quedar:

When can their glory fade?
O the wild charge they made!
All the world wonder'd.
Honour the charge they made!
Honour the Light Brigade,
Noble six hundred!

Si tú me dices Ben...

es que te refieres a Benjamin Franklin.

Como todavía estamos en la octava, recordemos que con fecha del pasado 13 de noviembre de 1789, Franklin escribió en una carta a un amigo, la muy presente y futura frase de

"In this world nothing can be said to be certain, except death and taxes"

No sé si esta frase la tengo en mi biblioteca, pero como quien busca, halla, me he encontrado (en un ejemplar de "El libro del hombre de bien" de la famosa colección Austral, como puede verse incluso a oscuras), con otra anotación de plena actualidad (aunque prevista sólo hará unos 220 años, rato arriba, rato abajo):

"Supongamos un país, X, con tres manufacturas, por ejemplo, de paño, de seda y de hierro, encargadas de abastecer otros tres países, A, B y C, pero que desea aumentar la venta, y hace subir el precio del paño, a favor sólo de los fabricantes de paños.
En consecuencia, se prohiben los paños que vienen de A.
A, por represalias, prohibe las sedas de X.
Se sigue de esto que los fabricantes de sedas se quejas de la disminución del comercio.
Sin embargo, X, para complacerlos, prohibe las sederías de B.
B, por represalias, prohibe los hierros forjados de X,
Resulta de aquí que los herreros se quejan de la minoración del comercio.
Entonces X prohibe los hierros procedentes de C.
C, por represalias, prohibe los paños de X.
¿Qué ha resultado de esta algarabía de prohibiciones?
Respuesta: Que cada uno de los expresados países ha experimentado una disminución en la masa común de los goces y comodidades de la vida, proporcionada al tamaño del error cometido.
"

Pues bien, en la declaración oficial de este sábado pasado, se dice:

"Subrayamos la importancia crítica que tiene el rechazo al proteccionismo y no involucionar hacia tiempos de incertidumbre financiera"

El único problema es que se trata del punto nº 13

A un Canal de la rica Suez

El pasado domingo, día 16, se cumplieron 139 años de la inauguración del Canal de Suez, del que no hace falta decir dónde está ni para qué sirve.

[De todas formas, por si alguien que esto lea, se encuentra ligeramente perdido, y no le sale en su GPS, voy a darle un pequeño respiro literario:

"El miércoles 9 de octubre se esperaba en Suez, para las once de la mañana, al paquebote Mongolia, de la Compañía Peninsular y Oriental, steamer de hierro, con hélice y sparceck, que desplazaba dos mil ochocientas toneladas y que poseía una potencia nominal de quinientos caballos. El Mongolia realizaba regularmente la travesía de Brindisi a Bombay, pasando por el canal de Suez. Se trataba de uno de los más rápidos veleros de la compañía y siempre había superado las velocidades reglamentarias, establecidas en diez nudos entre Brindisi y Suez , y en nueve nudos cincuenta y tres centésimas entre Suez y Bombay"

Bueno, ahora que ya sabemos que el canal de Suez no une un río con un lago, sino que permite ir de Brindisi a Bombay, sigamos]

Pero como todo, también el canal tuvo sus principios.

Tres siglos hacia que el comercio seguia entrambas rutas que dejamos indicadas, cuando un invento extraordinario viene á despertar de nuevo la idea de acortar en lo posible las distancias y evitar los gastos, molestias y peligros que encuentra el navegante al dirigirse á los mares de la India y de la China, bien sea por el cabo de Buenas Esperanza, ó de las Tempestades como le llamaban con harta propiedad los antiguos marinos, ó por el de Hornos, mas peligros que aquel, situado el primero á los 34º 23’, y el segundo á los 55º 56’ latitud Sur, en regiones que parecen asiento predilecto de las tormentas y obligan á cruzar dos veces la línea, con los inconvenientes que tambien esta presenta por las eternas calmas que en ella reinan.
El descubrimiento de la navegacion por medio del vapor á principios de este siglo, vino en efecto á despertar nuevos proyectos de rápida comunicación con las Indias Orientales, de importancia creciente para varias de las naciones de nuestro continente.
(…)
Nombrado por el Gobierno para representar á España en la Comisión internacional creada para estudiar las cuestiones relativas al rompimiento del istmo de Suez, y al trazado, ejecución y apertura del canal marítimo que ha de unir el Mediterráneo con el mar Rojo, el objeto que me he propuesto al tomar la pluma ha sido dar á conocer los antecedentes, estado actual y porvenir de tan atrevido é interesante proyecto. Hacer ver el interés que tiene España en su realización y los medios que, en nuestro juicio, podrian emplearse para sacar todo el partido posible para nuestra patria del cambio que no puede menos de producir, en las relaciones comerciales del mundo, la apertura de esta nueva vía de comunicación entre el Occidente y el Oriente.


Como se ha dicho, nos referimos a un canal marítimo, y no al canal terrestre que estuvo, brevemente, en servicio hace unos 3.300 años.

Pero claro, así, cualquier ingeniero lo consigue:

"Y tú, alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas pasen por medio del mar, en seco".

Éstos sí son planes de estudio en la Universidad, incluso me vale el plan antiguo:

"Tu autem eleva virgam tuam, et extende manum tuam super mare, et divide illud: ut gradiantur filii Israel in medi mari per siccum"

Pero como esta anotación se ha hecho algo larga, y no es cuestión de tardar 80 días en leerla, seguiremos en otro momento.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Auuuuhhh

[En su momento, esto era lo que se contestaba en Hermano Lobo. Ahora, el lobo ya ni está. Pero vamos a lo que íbamos]

En "La verbena de la Paloma", se canta que "las ciencias avanzan una barbaridad"; ahora me referiré a los tiempos. Como antes en la tele (ahora es que no la veo, y ya no sé), ésta será la anotación piloto de una serie que, según el éxito que obtenga, se prolongará poco, mucho o demasiado.

El caso es que el pasado jueves pude apreciar bien tempranito que la luna estaba ya en llena. Esto es algo que en la actualidad sólo preocupa a los que plantan habas y similares en su huerto, permaneciendo el resto del mundo totalmente ajeno a ello.

En cierta manera es una forma poética de lamentar la cantidad de gente que no sabe ni siquiera en qué día vive (en este sentido era útil ir a clase y tomar apuntes, siempre que los fecharas, claro). Antes, la gente tampoco se procupaba si hoy era 16 o no, pero sí sabía perfectamente que ayer fue San Alberto Magno y mañana Santa Isabel de Hungría, por poner unos ejemplos.

Pues lo dicho, que los tiempos también adelantan una barbaridad, con 'b' de 'bárbaro'.

Termino con la demostración casera de que la luna estaba en llena, vamos, plenilunio, que se dice.



Como se observa, las fotos también demuestran:
1- que es de noche
2- que luce la misma luna en la Plaza del Ayuntamiento que sobre la Universidad, aunque los hay que empeñan en lo contrario


[Aunque ya he terminado, un último detalle. La misma luna luce sobre el Puente del Reino (tema de una futura anotación), también conocido por el de las gárgolas, como una muestra más de la absoluta ignorancia que, algunos de los anteriores, han conseguido que impere en estos tiempos tan avanzados. Como mal se sabe una gárgola es "Parte final, por lo común vistosamente adornada, del caño o canal por donde se vierte el agua de los tejados o de las fuentes", y la figura en cuestión, junto con sus otros tres compañeros, difícilmente pueden verter nada; más bien, se dedican a lo suyo, vigilar, pues para eso son los "guardianes del puente" (esto último lo leí en el proyecto del puente, luego debe ser verdad)]