martes, 18 de noviembre de 2008

Rode the six hundred

Hace un mes, sábado, aunque me había acercado para ver otra cosa, acabé "despistándome" por la zona de Cine de El Corte Inglés de la Avenida de Francia, oh-la-la.

En los muebles de novedades, ví que ¡por fin! estaba "La carga de la Brigada Ligera": lo cogí, pagué y (aunque, eso sí, al día siguiente), la vi.

Como estamos hablando de cine, diremos que la película me gusta, ¡qué se le va a hacer!

Tiene su parte de romanticismo (véase la carátula, sin ir más lejos, aunque despista, porque hay un hermano por en medio), su parte de exotismo (menuda sala de trono/audiencias que se gasta Surat-Khan en Suristán), su parte de aventuras (la expedición para la compra de caballos, la caza del leopardo), su parte colonial (al fin y al cabo, ahí se desarrolla), su parte patriótica (cómo se mantiene firme la bandera, británica, por supuesto, en pleno caos) e incluso su parte histórica (efectivamente, hubo una guerra en Crimea).

Todo esto, bien dosificado y con el adecuado ritmo, hace que recorramos la media legua (half a league) del valle de la Muerte (all in the valley of Death) totalmente entregados (their's not to make replay), respirando el polvo del galope (rode), oliendo la pólvora quemada de los cañonazos (plunged in the battery-smoke), manteniendo el equilibrio entre las explosiones (storm'd at with shot and shell) y, coronada la posición, tomando las baterías rusas (charge for the guns!).

Pasó lo que tenía que pasar:

Then they rode back, but not,
not the six hundred.

y, con Tennyson, quedó lo que tenía que quedar:

When can their glory fade?
O the wild charge they made!
All the world wonder'd.
Honour the charge they made!
Honour the Light Brigade,
Noble six hundred!

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