sábado, 29 de noviembre de 2008

El fin del relato

Justo antes de lo extractado en la anotación correspondiente, se le hace presente a Pajom el otro personaje protagonista del relato.

Justo antes del amanecer se quedó adormilado y tuvo un sueño (…) Vio al jefe de los bashkirios; estaba sentado y, sujetándose la panza con las dos manos, se balanceaba y se reía a carcajadas. Pajom se acercó y le preguntó:
– ¿De qué te ríes?
Entonces se dio cuenta de que no era el jefe de los bashkirios, sino el mercader que había pasado recientemente por su casa y le había hablado de esas tierras. Pero en cuanto le preguntó si llevaba mucho tiempo allí, advirtió que ya no era el mercader, sino aquel mujik que se había presentado en su casa mucho tiempo antes, procedente del Volga. Por último, vio que tampoco era el mujik, sino el diablo en persona, con cuernos y cascos; estaba allí sentado, riéndose a carcajadas, delante de un hombre descalzo, vestido sólo con camisa y pantalón. Pajom miró atentamente para ver quién era ese hombre y se dio cuenta de que estaba muerto y de que era él. Se despertó horrorizado. «¡Hay que ver qué cosas sueña uno!», pensó. Miró a su alrededor y a través de la puerta abierta vio que empezaba a clarear (…) Se levantó, llamó a su trabajador, que dormía en el carro, le ordenó que enganchara y (…)

Y el fin del relato:

El trabajador de Pajom, se acercó corriendo y quiso levantarlo, pero un reguero de sangre le corría por la boca: estaba muerto.
Los bashkirios chasquearon la lengua para expresar su tristeza.
El trabajador cogió el azadón, cavó una tumba lo suficientemente grande para alojar a su amo y lo enterró. Tres arshines de la cabeza a los pies le bastaron.
Con lo de conseguir riqueza "casi de balde"; con lo de "aún es pronto para dar la vuelta"; con lo de "vivirás como un rey el resto de tu vida"; con lo de "¿habré abarcado demasiado?"; con lo de "dirán que soy tonto"; con lo de "estuvo a punto de detenerse, pero"; con todo, este relato ruso se escribió, aunque en este momento en que se pone el sol, no lo parezca, hace 123 años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario