Lo he oído justo después de comer, y todavía estoy asombrado del arrojo, audacia y valor, prácticamente temerarios, que este individuo ha demostrado al incorporar un punto de humor, en unas declaraciones tan arriesgadas, como éstas.
También es cierto que estaba con un grupo de especímenes cuyo nivel intelectual les ha permitido captar el humor subyacente en la expresión, manifestándolo con unas sencillas risas.
Impaciente estoy esperando la demostración del arrojo de este individuo en un próximo foro donde, en vez del Padre, del Hijo y del Espítiru Santo (a los que nadie defiende), hable, con ese humor-monney que le caracteriza, del Padre, de la Hija y del Yerno, y de paso, que diga algo de verdad.
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