¿Quién nació hoy hace ese número de años?
El autor de este libro estuvo a sus órdenes, y luego fue superior suyo, y, claro, habla de ***, protagonista del acertijo.
Por ejemplo, en el prólogo:“fue uno de mis más queridos amigos y el más fiel de todos mis compañeros. Fue un magnífico soldado, a quien el pueblo americano debe admirar no solamente como un gran comandante militar, sino también como un hombre único y relevante. Al recordar nuestras experiencias, puede que ofenda a aquellos que prefieren ver a *** no como ser humano, sino como una estatua de tamaño descomunal, la visión del héroe, en un parque público. Pero yo prefiero ver a *** como un ser humano, con todos los defectos y virtudes, un hombre cuya grandeza es por lo tanto mayor”
O en el capítulo IV, de donde se extractan hechos, comentarios y opiniones que dan precisas pinceladas sobre la personalidad de ***:
“Mientras las sirenas anunciaban estridentemente la llegada de ***, una larga caravana de coches acorazados y camiones aparcaba en la plaza (…) *** aparecía como un antiguo conductor de carrozas en su coche abierto, ofrecía el rostro al viento y adelantaba la mandíbula. Sobre la cabeza llevaba el casco de acero con las dos estrellas.
(…)
Durante casi cuatro meses después de la invasión de África del Norte, *** había permanecido inactivo e impaciente en la costa del Norte de África adonde había sido destinado su Primer Cuerpo acorazado para el caso de que Franco intentara cerrar el Estrecho de Gibraltar y de esta forma interrumpir aquella línea de comunicaciones vital para las fuerzas aliadas. (…) Al esfumarse los temores de que los españoles intervinieran al lado de las fuerzas del Eje, *** pronto se cansó de aquella inactividad a varios miles de millas en la retaguardia del frente de combate.
(…)
Según las palabras de Einsenhower, *** tenía por misión rejuvenecer el II Cuerpo e imbuirlo de un nuevo espíritu de lucha. Al tercer día de su llegada, el II Cuerpo estaba agotado por la lucha… pero contra ***, no contra los alemanes.
(…)
Aun cuando triviales en sí, estas reformas de *** pronto revelaron claramente su personalidad e imprimieron la misma a todos los que le rodeaban. Y aun cuando sirvieron muy poco para aumentar su popularidad, no dejaron la menor duda en la mente de nadie de que *** era el jefe y nadie más que él.
(…)
Al asumir el mando del II Cuerpo, *** fue ascendido. Cuando Eisenhower comunicó que el Presidente Roosevelt había recomendado al Senado el ascenso de *** a Teniente General, los ayudantes de *** desplegaron inmediatamente una bandera con las tres estrellas y otras insignias propias del nuevo grado. Siempre iban provistos de estas banderas e insignias para cuando se presentara la ocasión. Si *** hubiese sido nombrado almirante de la Flota de guerra turca, no me cabe la menor duda de que sus ayudantes hubiesen sacado a relucir las insignias propias de aquel cargo.
(…)
La víspera de aquel ataque contra Gafsa, *** reunió a los miembros de su Estado Mayor del II Cuerpo para una conferencia final.
«Caballeros, dijo, mirando en torno de él por aquella estancia débilmente iluminada, mañana atacaremos. Si no alcanzamos la victoria nadie regresará vivo». Después de pronunciar estas palabras, *** disculpó su presencia y se retiró a su habitación a orar.Estas contradicciones en el carácter de *** desconcertaban profundamente a los que le rodeaban. Puesto que aun cuando era profano, también era reverente. Y a pesar de que maldecía, se arrodillaba humildemente ante Dios. Y en tanto que aquel último llamamiento a la victoria, incluso pagando el precio de la propia vida, era considerado como un gesto inhumano, ayudó para hacer comprender a todos aquellos oficiales que para él la guerra era una santa cruzada.”
(…)
Durante casi cuatro meses después de la invasión de África del Norte, *** había permanecido inactivo e impaciente en la costa del Norte de África adonde había sido destinado su Primer Cuerpo acorazado para el caso de que Franco intentara cerrar el Estrecho de Gibraltar y de esta forma interrumpir aquella línea de comunicaciones vital para las fuerzas aliadas. (…) Al esfumarse los temores de que los españoles intervinieran al lado de las fuerzas del Eje, *** pronto se cansó de aquella inactividad a varios miles de millas en la retaguardia del frente de combate.
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Según las palabras de Einsenhower, *** tenía por misión rejuvenecer el II Cuerpo e imbuirlo de un nuevo espíritu de lucha. Al tercer día de su llegada, el II Cuerpo estaba agotado por la lucha… pero contra ***, no contra los alemanes.
(…)
Aun cuando triviales en sí, estas reformas de *** pronto revelaron claramente su personalidad e imprimieron la misma a todos los que le rodeaban. Y aun cuando sirvieron muy poco para aumentar su popularidad, no dejaron la menor duda en la mente de nadie de que *** era el jefe y nadie más que él.
(…)
Al asumir el mando del II Cuerpo, *** fue ascendido. Cuando Eisenhower comunicó que el Presidente Roosevelt había recomendado al Senado el ascenso de *** a Teniente General, los ayudantes de *** desplegaron inmediatamente una bandera con las tres estrellas y otras insignias propias del nuevo grado. Siempre iban provistos de estas banderas e insignias para cuando se presentara la ocasión. Si *** hubiese sido nombrado almirante de la Flota de guerra turca, no me cabe la menor duda de que sus ayudantes hubiesen sacado a relucir las insignias propias de aquel cargo.
(…)
La víspera de aquel ataque contra Gafsa, *** reunió a los miembros de su Estado Mayor del II Cuerpo para una conferencia final.
«Caballeros, dijo, mirando en torno de él por aquella estancia débilmente iluminada, mañana atacaremos. Si no alcanzamos la victoria nadie regresará vivo». Después de pronunciar estas palabras, *** disculpó su presencia y se retiró a su habitación a orar.Estas contradicciones en el carácter de *** desconcertaban profundamente a los que le rodeaban. Puesto que aun cuando era profano, también era reverente. Y a pesar de que maldecía, se arrodillaba humildemente ante Dios. Y en tanto que aquel último llamamiento a la victoria, incluso pagando el precio de la propia vida, era considerado como un gesto inhumano, ayudó para hacer comprender a todos aquellos oficiales que para él la guerra era una santa cruzada.”
Las citas están tomadas del libro "Memorias", de Omar N. Bradley, en su edición de la Editorial AHR, colección Libros que hacen Historia, en dos volúmenes, en el año 1956. La traducción es de Víctor Scholz.
Supongo que sin traducir, esta obra (A soldier's story en su título original), es una de las dos que figuran como referencia en los créditos de una película de 1969, cuya historia y guión son de Francis Ford Coppola y Edmund H. North, que fue rodada en España (dicen que porque era el único sitio donde todavía quedaban tanques de la II Guerra Mundial), con Gil Parrondo formando parte de la Dirección Artística, donde el segoviano pinar de Valsaín hacía de las belgas Ardenas, en la que sonaba música de Jerry Goldsmith, y veíamos a Karl Malden haciendo el papel del autor del libro en cuestión, y a George C. Scott interpretando a ***, nuestro protagonista.
Como dispongo de ello, añado la carátula del DVD que tengo (el cual por cierto, me está dando problemas en la reproducción), y un enlace.
Todo esto como "premio" a los que han llegado hasta aquí, no para dar el resultado del acertijo, que quien no lo supiera ya, es que no merece saberlo.
Por cierto, sabiendo que cada estado de la Unión está representado por una estrella, y que hay cincuenta, ¿cuántas estrellas hay en la bandera de la famosa escena inicial? (¿qué pasa? ¿a nadie se le ha ocurrido contarlas?)
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