martes, 17 de abril de 2018

Una vuelta a la Historia

Este pasado fin de semana ha estado atracada en la Marina Real (antes también incluía lo de “Juan Carlos I”) de Valencia la réplica de la nao Victoria.

Como es, más menos que más, sabido con la actual instrucción escolar española, cinco naves partieron en 1519 bajo el mando de Fernando de Magallanes para abrir una nueva ruta hacia las Molucas navegando hacia poniente en vez de la ruta hacia levante, propiedad de los portugueses. Es decir, lo que quiso hacer Colón, aunque éste se encontró antes con América. De hecho, las objeciones a su viaje no fueron las tonterías del abismo en el que caerían (cosas más propias de la mitología nórdica), pues todos los que conocían del tema no sólo sabían que la Tierra era así como redonda, sino incluso su tamaño aproximado, por lo que precisamente la amplitud del océano (excluida, claro, América) suponía el principal obstáculo para el éxito de la expedición colombina.

En resumen, que la expedición comandada por Magallanes sí consiguió llegar a las Molucas, y continuando el viaje hacia poniente, regresar, ya en 1522, a España, demostrando con su experiencia (sin necesidad de cálculos, quiero decir) que la Tierra era redonda.

Por esas cosas de la vida, la única nave que consiguió completar este viaje llevaba por nombre el premonitorio de Victoria, comandada en su navegación desde las Filipinas por Juan Sebastián Elcano.

Y también por esas cosas de la vida, este pasado viernes se inauguró en Valencia una retrospectiva sobreZuloaga, en la cual está incluido el cuadro que sobre Elcano le encargó la Diputación Foral de Guipúzcoa con motivo del IV Centenario de la expedición.

Nota: a partir de mañana, según la página web de la Fundación Nao Victoria, la nave estará en Torrevieja.

Créditos:
Fotografía de la nao Victoria, atracada en Valencia, el sábado día 14, del autor.
Imagen del cuadro Juan Sebastián Elcano, de 1922, de Ignacio Zuloaga, propiedad de la Diputación Foral de Guipúzcoa, y actualmente en la retrospectiva “Zuloaga. Carácter y emoción”, en la Fundación Bancaja de Valencia, tomada del catálogo de la misma, de la biblioteca del autor.

miércoles, 24 de enero de 2018

Tiempo de botica

Estos días de enero con una meteorología tan poco propia del enero boreal, con tanto cambio y contraste de temperaturas, están favoreciendo los resfriados, y, también, los casos de gripe.

Sobre esta enfermedad (tan ‘española’ hace un siglo en la Europa de la post-gran-guerra), ya se han publicado la noticia sobre cómo funciona y lo de las cepas y la vacuna correspondiente, y la noticia sobre por qué se teme que la vacuna no funcione como debiera.


En cualquier caso, son tiempos de frecuentar las farmacias para prevenir, paliar y/o curar. Ya se sabe: con cuidados, una semana; sin ellos, siete días.

Por eso, viene muy a propósito la exposición que se nos presenta en el Colegio de Farmacéuticos de Valencia (bueno, Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos), “Recreando una botica de Medeçinas de Requena en 1545”.

La exposición recoge muestras de “casi todos los elementos simples de las boticas de Requena del siglo XVI: 18 minerales, 9 de procedencia animal, 12 gomas y resinas y 67 plantas”. Por la reciente incorporación en la farmacopea española, “todavía no aparecen materias vegetales provenientes del Nuevo Mundo”.
Dadas las fechas, también es muy oportuna la exposición para ver que la ‘mirra’ no es sólo un presente de los Magos de Oriente al Rey de los Judíos.

El origen de la exposición es algo tan curioso como que en 1545 el Ayuntamiento de Requena encargó a un médico la inspección de las tres boticas existentes en la ciudad. El informe del médico no sólo relacionaba los productos de que se disponía en cada botica, sino también aquellos de que se carecía o eran escasos; también había observaciones acerca de las fórmulas magistrales que presentaban algún defecto. Sobre este particular, uno de los acuerdos municipales establecía que “ningún boticario haga un compuesto magistral sin la presencia de un médico aprobado por la villa para que se examinen los simples que son utilizados y que en el bote de la medicina se ponga el día, mes y año y la rúbrica del médico”.


Otra documentación es una Provisión Real de Felipe II firmada el 8 de mayo de 1586 para que Requena sufragara a un boticario durante cuatro años, que resida en Requena “y tenga las medeçinas necesarias para los vecinos della”. 

Naturalmente, en toda esta actividad, también entonces estaba Hacienda, en concreto, la Aduana de Requena, por donde pasaban, se declaraban y tributaban los productos medicinales comerciados.


Datos para la visita:
En el MICOF, en la c/ Conde de Montornés, 7 (junto a la Plaza de San Vicente Ferrer, o de los Patos -por la fuente-, donde la Iglesia de Santo Tomás y San Felipe Neri).
De lunes a viernes, de 10:00 a 13:00 horas.

Hasta final de mes, es decir, hasta el 31 de enero.

Créditos:
Imagen del cartel y datos y textos tomados del folleto de la exposición.
Fotografías, del autor.