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martes, 25 de junio de 2013

Sabia decisión

Zadig quiso consolarse con la filosofía y la amistad de los males que le había causado la fortuna. En un barrio de Babilonia poseía una casa adornada con gusto, que reunía todas las artes y todos los placeres dignos de un hombre honesto. Por la mañana, su biblioteca estaba abierta a todos los sabios; por la noche, su mesa lo estaba a gentes de calidad; mas pronto supo cuán peligrosos son los sabios: (…)
Zadig exclamó: «¿En qué consiste la felicidad? Todo me persigue en este mundo, hasta seres que no existen». Maldijo a los sabios y en adelante no quiso sino vivir en buena compañía.

Créditos:
Extracto del Capítulo IV El Envidioso, de Zadig, o el destino, relato de Voltaire incluido en Cuentos completos en prosa y verso, según traducción de Mauro Armiño, tomado de la edición de éste publicada por Círculo de Lectores en 2006, de la biblioteca del autor (pág.123).

jueves, 20 de junio de 2013

¿Se abre el baile?

«- Desde luego, respondió Zadig; sé un método infalible para daros un hombre que tenga las manos limpias.» El rey, encantado, le preguntó abrazándolo cómo debía actuar. «Basta, dijo Zadig, con que todos los que se presenten para la dignidad de tesorero bailen, y el que baile con mayor ligereza será infaliblemente el hombre más honrado.» (…) «¡Ah!, ese hombre es el honrado, ése es el hombre bueno», decía Zadig. El rey abrazó al buen danzarín, lo nombró tesorero, y todos los demás fueron castigados y multados con la mayor justicia del mundo; porque todos, durante el tiempo que habían estado en la galería, se habían llenado los bolsillos y apenas podían caminar. El rey se sintió dolido con la naturaleza humana porque entre aquellos sesenta y cuatro danzarines hubiera sesenta y tres bribones. La galería oscura fue llamado «el corredor de la tentación». En Persia se habría empalado a aquellos sesenta y tres señores; en otros países se hubiera formado un tribunal de justicia, que habría consumido en gastos el triple del dinero robado, y que no habría metido nada en los cofres del soberano; en otro reino, se hubieran justificado plenamente y habrían hecho caer en desgracia a aquel danzarín tan ligero; en Serendib, sólo fueron condenados a aumentar el tesoro público, porque Nabussán era muy indulgente.

Créditos:
Extracto del Apéndice-La danza, de Zadig, o el destino, relato de Voltaire incluido en Cuentos completos en prosa y verso, según traducción de Mauro Armiño, tomado de la edición de éste publicada por Círculo de Lectores en 2006 (pp.171-173).

domingo, 16 de junio de 2013

Cuando lo que cuesta no es saber las cosas, sino decirlas

Todos los jueces quedaron admirados por el profundo y sutil discernimiento de Zadig: la nueva llegó hasta el rey y la reina. En la antecámara, en la cámara y en gabinete no se hablaba de otra cosa que de Zadig; y aunque varios magos opinasen que debían quemarlo por brujo, el rey ordenó que se le devolviese la multa de cuatrocientas onzas de oro a que había sido condenado. El escribano, los ujieres y los procuradores fueron a su casa con gran pompa para devolverle sus cuatrocientas onzas; de ellas sólo se quedaron con trescientas noventa y ocho en concepto de costas judiciales, y los escribanos exigieron sus honorarios.
Viendo Zadig cuán peligroso es a veces ser demasiaado sabio, se prometió, en la primera ocasión, no decir nada de lo que había visto.

Como puede observarse, lo de las costas judiciales no es sólo de aquí, ni de hoy.

Créditos:
Imagen de la sobrecubierta de The Best of Sherlock Holmes, antología de relatos de Sir Arthur Conan Doyle, editada por CRW Publishing Limited en el sello Collector’s Library en 2009, de la hemeroteca del autor.
Extracto del capítulo III El perro y el caballo, de Zadig, o el destino, relato de Voltaire incluido en Cuentos completos en prosa y verso, según traducción de Mauro Armiño, tomado de la edición de éste publicada por Círculo de Lectores en 2006.

domingo, 24 de febrero de 2013

Y ahora, ¿dónde los pongo?: Regalos de entonces… ¿para ahora?

Con cierto retraso, aquí están los regalos recibidos con motivo de las diversas celebraciones habidas estos meses de diciembre y enero pasados.

(Que no sé yo si estar muy tranquilo ante las posibles interpretaciones premonitorias de los libros, pero…)

Créditos:
Cubiertas de los libros en cuestión.