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martes, 22 de marzo de 2011

Shalom

Como personas de bien que somos, no podemos aceptar que aquí en nuestra tierra se haya cubierto de pasada un hecho tan terrorífico, mostrando un claro doble rasero en función de si las víctimas son de un lado o de otro.

Ocultada bajo una placa tectónica, ha pasado muy desapercibida la noticia de que el pasado día 11, viernes por la noche, es decir, siendo ya Shabbat, hubo un atentado terrorista en el poblado de Itamar, en la Franja Occidental del Jordán, es decir, Cisjordania. Como consecuencia del atentado, cinco personas murieron.

Si ya resulta intrínsecamente despreciable un atentado terrorista, y en particular aquéllos, como los que utilizan coches bomba, con cuya ejecución se busca causar víctimas indiscriminadamente las víctimas, en el caso concreto del atentado del pasado día 11 el desprecio es, si cabe, aún mayor.

Y es que el atentado fue, directamente, contra una familia israelí que estaba… durmiendo en su casa, y que fue acuchillada y degollada, sin discriminar, con las propias manos de los asesinos, a los tres de los hijos que estaban en casa, el menor de ellos, un bebé de meses.

Este pasado viernes, día 18, Juan Carlos Girauta recordaba en la tertulia de La Linterna, en COPE, este atentado, y comentaba que en Barcelona se había producido una concentración en recuerdo de las víctimas, convocada por la comunidad isrelita de Barcelona (a partir del minuto 26:06).



Ha leído el final del comunicado, con cuyo primer párrafo se inicia esta anotación, y que finaliza así:

Los judíos de Cataluña no estamos acostumbrados a participar en concentraciones. Pues bien, hoy nos hemos concentrado aquí para mostrar con la cara alzada que nos da igual que nos vean, nos da igual que digan esto o aquello, nos es indiferente lo que opinen de nosotros porque hoy clamamos a una voz el derecho de recordar, narrar y orar por el alma de Udi, Ruth, Hadas Yoav y Elad.

Fogel, el apellido de la familia, es como se pronuncia en alemán ‘Vogel’, es decir, pájaro.

Un pequeño recuerdo y una oración por quienes, especialmente los tres niños, pequeños pajarillos, han ascendido ya al Seno de Abraham. Shalom.

jueves, 14 de octubre de 2010

Angelitos… ¡Qué caras!

El pasado viernes día 8 me enteré de casualidad de esta "noticia" de El Mundo. Al día siguiente, en el kiosco, vi que sólo un periódico la llevaba a la portada de forma destacada,... ¡y cómo! Con un fotografía que ocupaba la mitad de la plana. Se trataba de Las Provincias, de Valencia,... reflejando un claro tema local. Cosas de Vocento.

Y es que, ¿cómo se puede hacer una cosa así? ¡Pero si son unos niños! No hay más que verlos, esas caritas angelicales, todas bondad e inocencia, con esos ojazos negros, como el cabello, ligeramente rizado...

¡Ah, no! Que en las fotos estas tiernas criaturas figuran debidamente 'pixeladas', como toca, para su protección.

¡Ah, pues tampoco! Han llevado su gentileza al extremo de, para ahorrar esfuerzos a los periodistas presentes y testigos del incidente, ir encapuchados. ¡Qué detalle!

Pero eso no evita imaginármelos con una carita dulce, infantil,... ¿Qué daño puede venir de unos niños?

De niños,... Como el Rafita.

Nota: Casi una semana ha tardado Libertad Digital en hacerse eco de lo sucedido, poniendo los puntos sobre las íes.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Antes, los hombres libres declaraban la paz… para competir

El otro día oí, creo que En casa de Herrero, que era el aniversario de la apertura de los Juegos Olímpicos de la XX Olimpiada (aunque no lo dijeron así). Lo que me trajo otros recuerdos.




Tal día como hoy, un tranquilo martes de septiembre de 1972, la noticia que publicaban los periódicos era las siete medallas que había conseguido en las pruebas de natación Mark Spitz, estableciendo un nuevo récord en cuanto a las medallas logradas por un deportista en unos Juegos Olímpicos.

Desgraciadamente, la noticia ya no era ésa: Los Juegos Olímpicos de la XX Olimpiada, que se estaban celebrando ese año de 1972 en Múnich, eran testigos de un atentado terrorista contra el equipo olímpico de Israel, once de cuyos integrantes habían sido secuestrados por terroristas palestinos.

Tras todo un día de negociaciones, finalmente varios terroristas llevándose a nueve de los secuestrados, salieron de la Villa Olímpica, con destino a un aeropuerto donde había un avión esperándolos.



Una vez en el aeropuerto, los negociadores de la Policía alemana, un Estado Democrático de Derecho, dieron por finalizadas las negociaciones, y ante el inicio de los disparos por los terroristas, actuaron.



Desgraciadamente, no pudieron impedir que los atletas israelíes secuestrados fueran asesinados por los terroristas, ni que uno de los policías muriera en la acción. De los cinco terroristas que había en el aeródromo tres murieron y otros dos huyeron aunque poco después fueron capturados.



En la Villa Olímpica habían quedado dos deportistas israelíes asesinados, y un terrorista muerto y otros dos heridos, como resultado del enfrentamiento habido en el inicio del secuestro.

El día jueves día 7 la noticia era que los Juegos continuaban, y así lo llevaba el ABC a su portada, entre las banderas a media asta.

También publicaba en sus páginas una colaboración de Jesse Owens, campeón olímpico en los Juegos de la XI Olimpiada, celebrados en el triste ambiente del Berlín de 1936. Y como ahora mismo, nos recordaba la Historia:

Los peligros de la Historia se repiten. Los Juegos se disolvieron durante la decadencia del Imperio Romano, en época de anarquía, desórdenes y odio. Hago votos por que esta vez no ocurra lo mismo.
Hay hombres, como yo, que han vivido marcados por el recuerdo de pasados rencores, pero seguros de la imposibilidad de su retorno. Hoy he sabido que los terroristas árabes han asesinado a once judíos. Parece que nadie podrá escapar del fantasma del odio.


Casi cuarenta años después, con mayor o menor intensidad, según el momento, el fantasma del odio sigue cabalgando, pero extendido además al conjunto de la civilización occidental, y con activos aliados royéndola desde dentro.

La Historia sigue enseñando, pero cada vez con menos alumnos de provecho.

Créditos:
Portadas y páginas del periódico ABC de los días 5, 6 y 7 de septiembre de 1972, tomadas de la Hemeroteca de su sitio de internet.

domingo, 4 de julio de 2010

Un largo vuelo a la libertad

Hace unos días, en un comentario en este diario, Guido Finzi echaba de menos a Golda Meir. En el prólogo a Golda Meir. Salvando a Israel salvaremos al pueblo judío y otros discursos, Enrique Múgica Herzog finaliza diciendo:
Ciertamente esta abuela de Israel pensaba siempre en la paz en libertad y en la vida de las personas, de todas las personas como hemos dicho antes. (…) Siempre se sintió madre, abuela y mujer. Sin duda, una mujer para un pueblo, aunque nunca se viera menoscabada por ser la única en un Gobierno de hombres, y cuando le preguntaron cómo se sentía por ello, respondió: «No lo sé. Nunca intenté ser un hombre»”.

Esta capacidad de decisión la trasladó al gobierno de Israel, y quedó demostrada hace justo 34 años, ante el hecho de que, una semana antes, el 26 de junio, fuera secuestrado un avión de Air France, y en Entebbe se mantuvieran como rehenes a algo más de un centenar de pasajeros del mismo (todos israelíes, una vez liberados los que no lo eran), junto con la tripulación del avión. Los secuestradores, naturalmente, eran terroristas pro-palestinos (digo lo de ‘pro-‘ porque había dos alemanes entre ellos).

Confirmada la situación, se establecieron las correspondientes negociaciones, intermediando al principio ese ejemplo de buen gobierno que fue Idi Amin Dadá, entonces ejerciendo como Presidente de Uganda, y luego el embajador de Somalia (otro ejemplo de país dechado de virtudes democráticas).

Se negociaba la liberación de numerosos terroristas a cambio de la vida de los rehenes, finalizando el plazo al mediodía del domingo. En una de sus visitas al aeropuerto de Entebbe, Idi Amín dijo a los rehenes que “los terroristas no tienen nada contra vosotros, sino contra el Gobierno de Israel. Si no responde a las exigencias de los guerrileros palestinos, ello supondrá que no les importará vuestra suerte”. Poco después se demostró que siguiendo las preocupaciones de Golda Meir por la vida de las personas, al Gobierno de Israel sí ‘le importó la suerte’ de los rehenes.

Ese domingo 4 de julio de 1976, que sólo tenía previsto desde hacía tiempo ver las celebraciones del bicentenario de los Estados Unidos de América, se encontró, pues, que tenía una inquietud muy distinta, pero también relacionada con la libertad: los rehenes de los terroristas pro-palestinos.

Sin embargo, el amanecer del domingo 4 de julio de 1976, en el hemisferio occidental, se encontró con una noticia muy distinta, increíble y audaz: paracaidistas del Ejército israelí (Tsahal) habían liberado a los rehenes (salvo tres que fallecieron en la acción) y acabado con los terroristas.

En España la noticia no tuvo el impacto que cabía esperar, pues por aquí teníamos otras preocupaciones: acabábamos de cambiar de Presidente de Gobierno pues el Rey había nombrado a un tal ‘Adolfo Suárez González’.

El caso es que también en Israel había habido un cambio en la dirección del Gobierno, tras la dimisión de Golda Meir en la Semana Santa de 1974 como consecuencia de los reveses sufridos al inicio de la Guerra del Yom Kippur.

Pero esa preocupación por su gente se mantuvo, como hemos visto. Por cierto, la operación se inició por órdenes directas del Ministro de Defensa, incluso antes de ser aprobada en Consejo de Ministros, pues no había tiempo que perder; si no lo era, se daría la orden de que los aviones regresaran. El Ministro de Defensa era Simón Peres, actual Presidente de Israel, y miembro, como Golda Meir, del Partido Laborista (cosa que digo por si alguien piensa criticar actitudes tan ‘derechistas’ como las descritas).

Lo triste del rescate fue que murieran tres de los rehenes y el segundo jefe de las fuerzas liberadoras; también es una pena que fallecieran los terroristas, aunque las condiciones de la acción casi obligaran a ello, si se quería salvar a los rehenes. Y lo lamentable, lo siempre lamentable, fue la reacción de Occidente, tan cómodo en su casa mientras Israel vigila la “frontera”.

En la hemeroteca de ABC se encuentra la noticia del rescate, publicada el día 6 de julio (el 5 era lunes, y entonces no se publicaban los periódicos diarios). La noticia se desarrolló en tres páginas: mientras en la primera se da la noticia del rescate, y se habla de los terroristas, en la segunda se comentan las posibles reacciones, en un ejercicio de anti-isrealismo (por lo menos) por parte de Alfonso Barra, corresponsal de ABC en Londres, pues no otra cosa puede decirse de ese planteamiento de que 'si ahora se enfadan, será culpa de Israel por haberles llevado la contraria', y ya no se habla de terroristas sino de guerrilleros; y en la tercera, Francia (recordemos a Giscard d’Estaing) meando fuera de tiesto, y dispuesta a condenar a Israel lo que haga falta (eso sí, “sobre un texto moderado”).

En el suplemento dominical de ABC se publicó un reportaje en dos partes los días 30 de enero y 6 de febrero de 1977, ilustrado con imágenes de varias de las películas rodadas en ese corto espacio de tiempo, y que recrearon la operación de rescate. Hay algunos fallos en las fechas, pero se puede leer.

Créditos:
Transcripción del final del prólogo de Enrique Múgica Herzog, y fotografía de Golda Meir pasando revista en 1970, siendo Primer Ministro de Israel, tomada de Golda Meir, editado en 2008 en la colección Las voces de la democracia. Así hablan los grandes políticos, de la Biblioteca El Mundo.

Extractos o páginas completas del ABC de diversas fechas, y transcripción de textos de ellas, tomadas de su hemeroteca de Internet.

lunes, 31 de mayo de 2010

Una “larga carrera de maldad”

Beth Hamishpath, audiencia pública, estas palabras que el ujier gritó a todo pulmón, para anunciar la llegada de los tres magistrados, nos impulsaron a ponernos en pie de un salto, en el mismo instante en que los jueces, con la cabeza descubierta, ataviados con negras togas, penetraron por una puerta lateral en la sala y se sentaron tras la mesa situada en el alto estrado.

Hace 50 años, el 23 de mayo de 1960, el gobierno de Israel anunciaba que, tras quince años de investigaciones, el 11 de mayo anterior se había localizado en Argentina al Teniente Coronel de las SS, y responsable de numerosas actuaciones en relación con el Holocausto, Adolf Eichmann.

Cuando se hizo pública la noticia, el asombro del mundo no fue tanto porque todavía hubiera importantes actores del Holocausto en libertad, como por el hecho de que en ese momento ya se encontrara Eichmann en Jerusalén.

Éste es el título de la obra que recoge los numerosos aspectos que rodearon al juicio al que Eichmann fue sometido ante el tribunal del distrito de Jerusalén a partir del 11 de abril de 1961; obra que se inicia con el párrafo con que he comenzado esta anotación. La autora de esta obra es Hannah Arendt.

El 14 de agosto finalizó la vista, y cuatro meses después, el 11 de diciembre, se iniciaba la lectura de la sentencia, lo que requirió de dos días. “El 15 de diciembre de 1961, viernes, a las nueve de la mañana, se dictó el fallo de pena de muerte.

La sentencia no era firme, y el Tribunal Supremo de Israel la revisó a finales de marzo de 1962. “El 29 de mayo de 1962, se leyó la sentencia (…) Confirmaba tajantemente la sentencia recurrida, en todos sus extremos.

El mismo día 29 de mayo, Itzhak Ben-Zvi, presidente de Israel, recibió la petición de clemencia de Eichmann (…) El presidente de Israel también recibió centenares de cartas y telegramas procedentes de todos los rincones del mundo, en solicitud de clemencia. Entre los más destacados remitentes se contaba la Conferencia Central de Rabís de América, los representantes del Judaísmo Reformado de dicho país, y un grupo de profesores de la Universidad Hebrea de Jerusalén, encabezados por Martin Buber, quien desde un principio se había opuesto a la celebración del juicio (…) Ben-Zvi denegó todas las peticiones de clemencia, el día 31 de mayo (…) Pocas horas después, el mismo día –jueves–, cuando faltaba poco para la medianoche, Eichmann fue ahorcado, su cuerpo incinerado y sus cenizas arrojadas al Mediterráneo, fuera de las aguas jurisdiccionales israelitas.

Gracias a The Christian Almanac me entero de esta efemérides, lo cual me ha impulsado a localizar en casa el libro de Hannah Arendt, hojearlo y escribir esta anotación.

Por lo que he hojeado, hubo varias cosas que se pudieron mejorar en el juicio, pero la cuestión fundamental es que hubo un juicio, fue acusado, ante lo que ejerció su derecho a una defensa. La sentencia, puede decirse, estaba tan clara desde un principio como las actuaciones de Adolf Eichmann, pero también estaba clara la sentencia dictada contra Goering, por ejemplo, quince años antes, y a pocos les parece mal.

Voy a comenzar a leer el libro en un par de días, y ya iré trayendo a estas páginas aquello que en mi opinión sea interesante compartir.

Actualización: En el tiempo que he tardado en depurar esta anotación no puede decirse que no hayamos sabido de Israel ni, lamentablemente, de un pujante antisemitismo. Pero ya lo comentaré en unos días.

Créditos:
Portada y transcripción, según traducción de Carlos Ribalta, de Eichmann en Jerusalén, de Hannah Arendt, en edición de DeBOLS!LLO (pp. 13, 361, 362 y 363-364)

miércoles, 26 de mayo de 2010

«¿No sufrimos en invierno y en verano el mismo frío y el mismo calor que los cristianos?»

Un 26 de mayo de 1948, a su llegada a Nueva York para, como casi cinco meses antes, pedir la colaboración económica de la comunidad judía estadounidense, aunque esta vez para soportar la posición del recién constituido Estado de Israel, defendiendo su propia existencia tras la agresión árabe, más (des)conocida como la primera guerra árabe-israelí; a su llegada, digo, saludaba a la prensa, así de resignada, Golda Meir.

Es muy posible que Golda Meir tuviera plena confianza en un satisfactorio resultado de dicho conflicto; no creo que tuviera tanta confianza en que 22 años después, con tres guerras (victoriosas) en total, estuviera hablando ante el Parlamento israelí, en calidad de Primer Ministro.

Hace pues, cuarenta años de ese discurso, en el cual además de otras cuestiones que ya tendrán oportunidad de llegar a estas páginas, también habló, nuevamente, de economía:
Nuestras victorias en las tres guerras, nuestra sólida postura militar durante los tres periodos intermedios que, en comparación, ha sido de tranquilidad, así como en estos días presentes de dificultades, nunca se hubieran alcanzado sin una economía de bases firmes, un soldado y un ciudadano civil con un alto nivel cultural, un trabajador con un alto nivel tecnológico en cada una de las ramas de actividad. Eso se lo debemos a un rápido desarrollo económico sin precedentes y a una expansión que ha hecho que el Producto Interior Bruto del pequeño Israel sea casi igual al de Egipto, que tiene una población diez veces mayor que la nuestra o más. Debemos, por medio de todas las medidas que sean necesarias, manrtener esa ventaja (…).
Debemos, por tanto, en aras del interés nacional, esforzarnos al máximo y estar dispuestos a hacer todos los sacrificios exigibles para solucionar el problema del déficit comercial. Lo que significa que debemos restringir también el crecimiento de las importaciones, sobre todo de aquéllas destinadas al consumo privado y público que no tengan que ver con la seguridad. El nivel de vida ha aumentado en los últimos 13 años en más del 25%: en este periodo de emergencia, nuestros esfuerzos por economizar deben estar reflejados en congelar un nivel de vida que puede que haya subido de forma demasiado vertiginosa.
Una de las reducciones inevitables es recortar el presupuesto del Estado y gravar a la población con impuestos, cargas y créditos obligatorios en una escala no pequeña. Esta medida se tomó tan sólo en las últimas semanas y confiamos en que surtirá el efecto deseado y suficiente. Si no es así, si resulta que las importaciones que no se han frenado lo bastante o las exportaciones no han aumentado lo suficiente, si resulta que el consumo sigue aumentando y el déficit sigue hinchándose, no rehuiremos tomas otras medidas (…).
Nuestros objetivos económicos distan mucho de ser fáciles de alcanzar. El actual desarrollo de la economía, la absorción de los recién llegados y el enorme gasto en defensa suponen un desafío mayor del que podríamos afrontar solos. Nos sentimos profundamente agradecidos, por tanto, por la incondicional cooperación que hemos recibido del mundo judío y la ayuda prestada por las naciones amigas. Creo que podemos seguir confiando en esa ayuda, pero, por razones tanto prácticas como de índole moral, no podemos pedir a otros si antes nosotros no cumplimos con nuestra parte. Por tanto debemos ajustar nuestro estilo de vida a lo que dicta el objetivo nacional primordial: en todo aquello que tiene que ver con salarios, ingresos, consumo, ahorros, productividad, esfuerzo personal y desembolso, cada uno de nosotros debe desempeñar el papel que le corresponde



Créditos:
Fotografías y transcripción del texto según traducción de Ricardo Simpson, del discurso “La consecución de la paz” pronunciado en Jerusalén el 26 de mayo de 1970 ante el Parlamento israelí, tomados de Golda Meir, editado en 2008 en la colección Las voces de la democracia. Así hablan los grandes políticos, de la Biblioteca El Mundo.

viernes, 14 de mayo de 2010

La tierra (de la lucha) prometida

Al alba del 4 de junio de 1940, zarpaba el último de los buques que evacuaban las tropas aliadas de Dunquerque, totalmente cercadas por el ejército alemán, quien todavía pudo hacer en las playas 30.000 prisioneros entre los que no pudieron escapar.

Pocas horas después, Winston S. Churchill, ante la Cámara de los Comunes, hablaba sobre la situación recién planteada, y expuso su siguiente plan de batalla:
Combatiremos en Francia, combatiremos en los mares y los océanos, combatiremos cada vez con mayor confianza y fuerza en el aire; defenderemos nuestra isla, a cualquier precio; combatiremos en las playas, en los lugares de desembarco, en los campos y en las calles, combatiremos en las montañas; no nos rendiremos jamás

Casi ocho años después, y al otro lado del Atlántico, se oían unas frases parecidas, pero con la misma determinación:
Quisiera acabar parafraseando uno de los grandes discursos que se han hecho durante la Segunda Guerra Mundial, con unas palabras de Churchill.
No exagero si os digo que la Yishuv en Palestina luchará en el Négev y luchará en Galilea, y que luchará en las afueras de Jerusalén hasta el final. No podéis decidir cuándo deberíamos luchar o no. Lucharemos. La comunidad judía de Palestina no levantará la bandera blanca ante el muftí. La decisión está tomada. Nadie puede cambiarla. Sólo podéis decidir una cosa: si saldremos victoriosos de esta lucha o si el muftí se alzará con la victoria. Ésa es la decisión que pueden tomar los judíos de Estados Unidos. Deben tomarse enseguida, en cuestión de horas, de días.


Estas palabras se pronunciaban recién iniciado el año 1948. apenas un mes después de la aprobación por parte de las Naciones Unidas de la famosa resolución 181, mediante la cual se determinaba el establecimiento en el conjunto de Palestina, de dos estados, uno judío y otro árabe (sic -me refiero a la terminología).

Poco después, el 14 de mayo, se proclamaba el estado de Israel, un día antes de que finalizara el dominio británico en Palestina, sin otra intención que evitar el tener que hacerlo en pleno Sabbath.

Golda Meir pronunció esas palabras en relación con los continuos enfrentamientos que estaban teniendo lugar entre ambas comunidades, a pesar de la resolución en cuestión. Lo que no se podía imaginar es que esos enfrentamientos acabarían teniendo la categoría de guerra (la primera guerra árabe-israelí) que empezó, tan lejos, tan lejos, como la noche del mismo día 15 de mayo.

Y es que de esa manera, los estados árabes vecinos de Israel dejaron bien claro que no sólo no aceptaban la existencia de Israel (invadiéndolo), sino que tampoco aceptaban la existencia de un estado árabe palestino.

Más de sesenta años después, apenas ha cambido el planteamiento.

Actualización: En efecto, sesenta o setenta años después, apenas ha cambiado el planteamiento.

Actualización 2:
Este pasado viernes, día 21, pude ver durante un momento, en no sé qué canal de ONO, parte de la película Gandhi, y en concreto, la escena en que, en pleno proceso de consecución de la independencia de la India, le exigen a Gandhi la división del dominio en dos estados distintos, por motivos religiosos, es decir la India y el Pakistán (dividido geográficamente a su vez en occidental y oriental, quien treinta años después, mediante una guerra civil, proclamaría su independencia con el nombre de Bangla-Desh).

Quien, amenazando con violentos conflictos, exigía la división, dentro del grupo de líderes independentistas, era el líder musulmán.


Créditos:
Transcripción del discurso de W.S. Churchill según traducción de Alejandra Devoto para la edición de La esfera de los libros de ¡No nos rendiremos jamás! Los mejores discursos de Winston S. Churchill.

Portada, transcripción, según traducción de Ricardo Simpson, del discurso “Salvando Israel salvaremos al pueblo judío” pronunciado en Chicago el 2 de enero de 1948 ante la comunidad judeoamericana para recaudar fondos con destino a Israel, y fotografía del momento de la firma de la declaración de independencia de Israel, tomados de Golda Meir, editado en 2008 en la colección Las voces de la democracia. Así hablan los grandes políticos, de la Biblioteca El Mundo.

domingo, 11 de enero de 2009

De manifa

Ayer por la tarde me llegué al centro para acercar a mi hija pues había quedado con un grupo de amigos para ir al cine.

Como era al lado de la Plaza del Ayuntamiento, luego pasé por ella de camino a hacer otras cosas y entretener la espera hasta que acabara la película.

A la altura de Correos noté un murmullo procedente del otro lado de la plaza, justo delante del Ayuntamiento. Dirigí la mirada hacia allí, y conseguí apreciar una cierta acumulación de gente en la zona. Por curiosidad, me acerqué a ver de qué se trataba.

Lo primero que me llamó la atención, fue una bandera (la de la foto), por lo que pensé "por las fechas, se tratará de una manifestación para protestar por la dictadura en Cuba", porque claro, lo criminal de la invasión de Georgia por parte de Rusia, queda lejos (en el tiempo y en el espacio), y lo de Corea del Norte ya lo tienen muy condenado.

Luego me di cuenta de que había otras banderas, y en particular, la de la foto. Entonces pensé "se están manifestando a favor de la Autoridad Nacional Palestina, víctima de un golpe de estado hace un año", o bien, "están reivindicando la tranquilidad y falta de terrorismo que reinan en Cisjordania".

Finalmente, me fijé mejor, y pude leer una pancarta que, incluso con falta de ortografía, me ilustró sobre el objeto de la manifestación.

Aunque apenas cubrían la fachada del edificio del Ayuntamiento, el tráfico estaba cortado, claro. Luego, he visto en un periódico que eran unos 400 manifestantes (o sea, poco más que asociaciones asistentes, y tantos que, en otro periódico, ni hacen referencia a la manifestación).

Como no conseguía entender qué decían, y no era cuestión intentar imposibles queriendo establecer algún diálogo civilizado con alguien de los allí presentes, lo dejé estar.

Porque claro, nada se puede conseguir con argumentos de hace dos años y medio (como este dibujo de Cox&Forkum), o actuales como el artículo de fondo de The Wall Street Journal, donde se recoge que el mismo Mubarak ha manifestado que Hamas "must not be allowed to emerge from the fighting with the upper hand", o este otro análisis más cercano a nosotros, de Rafael L. Bardají en Expansión, con lógicas referencias locales (locales de aquí, quiero decir).

Para finalizar, de momento, un breve comentario geográfico, sobre el famoso bloqueo, que se aplica en la frontera de Gaza con... efectivamente, Israel.

Pues va y resulta que la franja no solo tiene frontera con Israel, sino también con Egipto y no cuento el mar Mediterráneo. Y es que el bloqueo de Israel se ve que es tan potente que llega hasta ahí.



¡Ah pues no! Egipto acaba de abrir la frontera en Rafah, la cual, según informa este periódico, simplemente estaba cerrada, nada más, ni bloqueo ni nada que se le parezca. Hasta ahí podíamos llegar, que un estado árabe se comporte con los terroristas, en este caso palestinos, como Israel, qué va, qué va (lo sucedido en septiembre de 1970 en Jordania, reinando entonces el rey Hussein, es solo una infamia de los judíos, aunque el hecho de que un subgrupo terrorista de la entonces OLP se llamara Septiembre Negro da que pensar).