“Resulta que una de la izquierda batasuna no puede hacer de chupinera, pero
los de la izquierda batasuna pueden hacer de diputados en el Congreso, ¡ja, ja,
está muy bien!, ¿eh? O sea, lo de que hagan de chupineros ofende a las víctimas,
pero su presencia en el Congreso de los Diputados, no; la izquierda batasuna no
puede hacer de chupinera, pero puede dirigir la Diputación de Guipúzcoa, ¡toma
ya!; la izquierda batasuna no puede hacer de chupinera pero puede ser alcalde
en numerosos ayuntamientos del País Vasco, incluido el de San Sebastián. Pues
está muy bien, ¿no? Lo de ser chupinero es muy ofensivo para las víctimas, pero
ser diputado, no; presidir la Diputación de Guipúzcoa, o ser alcalde de San
Sebastián, ¿no es ofensivo para las víctimas? (…) Me parece hipócrita que un
gobierno con mayoría absoluta del Partido Popular siga consintiendo que la izquierda
proetarra esté en las instituciones y al mismo tiempo el Delegado del Gobierno del
Partido Popular diga que no se puede hacer de chupinera en las fiestas. Estoy
de acuerdo, no se puede hacer de chupinera en las fiestas, pero antes que eso
tendríamos que expulsar a los proetarras de tantos sitios a los que Zapatero los
devolvió, y de los que Rajoy no los echa.”
Después, se pasa a las
noticias sobre (parte de)
lo de Egipto, que finalizan así:
“El Gobierno egipcio, bajo tutela castrense, sopesa disolver legalmente a
los Hermanos Musulmanes, una organización centenaria que hace sólo un año,
recuerden, ganaba las elecciones, aunque bien es cierto que nunca han llegado a
tener un estatus plenamente legal en el país de las pirámides.”
Y el comentario
inmediatamente a continuación:
“O sea, que volvemos al mubarakismo pero en condiciones mucho más
lamentables. Volvemos a la situación donde se impone a los egipcios una
dictadura militar porque es que si no, esos egipcios, que son unos inconscientes,
votan a los Hermanos Musulmanes. Oiga, entonces, ¿cuál es la conclusión? Los
egipcios no tienen derecho a votar, no tienen derecho a la democracia, tienen
que ser los militares egipcios los que decidan cómo se gobierna el país. Pues…
que me explique alguien por qué.
Lo comentaba ayer en este programa, y lo hablábamos
con don Fernando Arias-Salgado, que ha sido embajador de España, y… la pregunta
fundamental sería: ¿por qué no se ha esperado a las elecciones del año que
viene para echar a Mursi, al Presidente elegido por los Hermanos Musulmanes, de
una forma democrática? ¿Por qué no se ha aprovechado que Mursi era un perfecto
desastre como gobernante, y que la oposición laica estaba tomando la calle un día
sí y otro también con manifestaciones multitudinarias? ¿Por qué no se ha dejado
que el régimen de los Hermanos Musulmanes se descompusiera, y fuera sustituido
democráticamente, como sucede en cualquier otra democracia?
Todo se ha hecho mal, y ahora ya tiene mala
salida, porque volver al mubarakismo, después de que la sociedad egipcia haya
visualizado en unas elecciones cuál es la correlación de fuerzas, es imposible.
Los militares sólo van a poderse mantener en el poder con un baño de sangre,
baño de sangre que ya se está produciendo, y que continuará adelante hasta
donde le deje la comunidad internacional al nuevo gobierno egipcio, comunidad
internacional que está quedando como Cagancho en Almagro. (…)
Pero de nuevo, Occidente demuestra que no está a
la altura de las circunstancias.Y demuestra que predicamos una cosa («¡Respeto
a la democracia, respeto a los derechos humanos!»), y eso lo combinamos con una
serie de mensajes como «Estos egipcios son unos incultos atrasados que no
tienen derecho a votar lo que les da la gana», ¿no?”
Sobre el resto de
comentarios negativos a los comentarios contrarios a la compatibilidad entre Islam
y democracia, como se lo dice él todo, sólo dos pequeños matices: calificar
Turquía como una democracia con tensiones como las hay en Europa Occidental sólo
indica que Luis del Pino se ha pasado a las filas del buenismo zapaterista; y es
triste tener que recordar a estas alturas que la ideología nazi, que la pone
como ejemplo de lo sucedido en la “cristiana
Europa” no era, precisamente, cristiana. ¡Ah! Y lo del apoyo a los baños de
sangre (se ve que sólo generados por las fuerzas gubernativas), lo dice él, que,
como demuestra, también sabe utilizar el recurso del hombre de paja en sus argumentaciones.
Pero todo esto, claro, le
estropea el discurso.
En resumen, ¿por qué todo
lo que se defiende que se puede «aprovechar» en Egipto, no se puede «aprovechar»
en Vasconia? ¿O es que no estamos cansados de comprobar en Vasconia cómo se ha “visualizado en unas elecciones cuál es la
correlación de fuerzas”? ¿Por qué no se puede dejar en Vasconia que los electores
tengan “derecho a votar lo que les da la
gana”? ¿Por qué no se puede dejar en Vasconia “que vaya la democracia evolucionando poco a poco”?
No sé qué se diría al
respecto en el resto del programa, porque a las ocho y media dejé de escucharlo
(y sólo estoy oyendo ahora lo necesario para redactar esta anotación). Pero
todo esto, que es lo que pensé ayer nada más oírlo, he comprobado hoy que no
soy el único que lo ha pensado.
El resumen ‘egipcio’ lo
hizo en un
tuit Luis del Pino, que ha
tenido diversas respuestas, una de ellas de
Elentir,
recordando el gran éxito de la democracia en Alemania en 1933.
Pero la comparación entre
Vasconia y Egipto que he expuesto aquí también lo hizo
Elentir en un
tuit
propio, que hasta la fecha no ha tenido conversación, y como yo no tengo cuenta
para darle la razón, lo hago aquí.
Créditos:
Extractos del programa
Sin complejos, de este domingo, día 18
de agosto, (a partir del minuto 20:38 y del 22:35), tomados del
audio del programa completo disponible en internet.