Este pasado viernes a través de sus
portadas, dos de los principales diarios españoles hacían como que informaban
sobre lo que estaba sucediendo en Egipto.
Y digo que «hacían como que» pues lo reflejado en la portada ya orientaba el
sesgo de las noticias. Porque, en estos casos, estamos como siempre: en
realidad, no es que haya muchas versiones, sino que hay muchos sucesos.
Lógicamente, empañados por la línea ideológica del medio de comunicación, se destacan unos en vez de otros. El problema es cuando los ‘otros’, directamente,
se omiten.
En El
Mundo del viernes, por ejemplo, hay no sé cuántas páginas informando de los
ataques de la policía y de los muertos así ocasionados, destacando las
manifestaciones de los afectados y las declaraciones de representantes de los
Hermanos Musulmanes. Sin embargo, se pasa como de rondón, al final de las
crónicas, y siempre dejando claro que se trata de fuentes más o menos oficiales
(y por tanto, qué van a decir), las acciones terroristas que se están prodigando
por el país (se ve que los muertos entre la policía no tienen quien les llore),
y en particular, el ataque a una (1) iglesia copta (eso sí, calificado como “violencia sectaria” -y la palabra
«ataque» la digo yo, no el periodista-).
Y es que se demuestra una vez más que
unos sucesos difuminan u ocultan otros.
Al igual que en Siria (¿alguien se
acuerda de que Siria sigue existiendo?), los excesos, en muchos casos
criminales sin duda, de las fuerzas del orden atraen la atención de unos medios
de comunicación que por muchos enviados que tengan en la zona, sólo parecen preocuparse por hablar con un
segmento de la población. En este sentido, me parece digno de destacar el trabajo
emitido en COPE este mismo viernes (creo, pues no lo he podido localizar en al archivo
de internet de la cadena) con bastantes entrevistas a egipcios o residentes allí,
quienes mostraban que su principal preocupación eran los grupos islamistas, no la
policía.
Sí, seguro que hay quien diga que los
ataques a cristianos también son condenables, pero no dejan de ser una reacción de los islamistas (se ve que como la policía es más fuerte, se defienden
atacando a otros más débiles, ya que están a mano, y si no, se buscan), sin
querer ver que esos ataques son con mucho anteriores a estas semanas, por no
hablar de los que tienen la misma pauta pero suceden en… Nigeria. Así, el
número de centros cristianos atacados va creciendo de día en día, siendo objeto
de atención sólo de medios dejémoslo en carcas.
Como se finaliza en la crónica de Ismael
Monzón del viernes en El Mundo, “los cristianos, a los que los islamistas
acusan de apoyar el golpe, se han convertido en otro de los objetivos”. Y
es que, además de cuidarse mucho de decir de quién son objetivo, ya se apunta
que los cristianos «algo habrían hecho».
¡Qué cerca nos pilla esto!
Actualización:
Me alegro de conocer, a través del blog de caraguevo, la iniciativa de un grupo de musulmanes en Egipto de
formar un cordón con ellos mismos para proteger una iglesia cristiana. Aunque
no confío en que cunda el ejemplo.
Créditos:
Imágenes de las portadas de El Mundo, El
País y La Razón, tomadas de la galería de prensa de Libertad Digital del pasado
viernes 16 de agosto.
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