Hace tiempo comenté por
aquí el interesante control sobre nosotros, luego convertido en control por nosotros.
Estos días se ha vuelto a
hablar del interés foráneo por esta parte del mundo (y otras), aunque, eso sí,
en breve resultará todo muy transparente y reformado (lo que quiere decir que los sistemas
a utilizar serán más sofisticados).
Por ello, no deja de ser
una interesante propuesta la presentada en La
Codorniz hace casi sesenta años: estar todos quietos callados.
Cuando vean cómo
desciende la productividad de los espías, pensarán que están conchabados (y los
encarcelarán) o que son unos inútiles (y los destinarán a cursos de reciclaje),
con lo que nos dejarán en paz.
Hasta que nos contraten a
nosotros: ¡los mutantes telépatas! ¡Ja, ja, ja!
Créditos:
Portada de La Codorniz del 11 de noviembre de 1956,
tomada de “La Codorniz” declara la guerra
a Inglaterra, recopilación sobre el tema publicada por EDAF en 1999 (3ª
edición, de noviembre), de la biblioteca del autor.
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