Si hay un dibujante de cuyas viñetas la descripción siempre incluye un elemento identificativo, es Joaquín Xaudaró. Y el elemento en cuestión es, como se habrá podido deducir, el perrito.
Un perrito que en el primer tercio del
pasado siglo XX ha sido testigo de muchas de las vicisitudes que acompañaban la
vida de los españoles de entonces, como ya se ha mostrado en alguna que otra
anotación en este diario.
Así, por ejemplo, la cultura estaba
presente (o ausente, según se vea), en sus modalidades artísticas
o de enseñanza e instrucción (aunque no sólo
los pasteleros castigaran la ortografía).
Un aspecto curioso es la insistencia que
hace Xaudaró en temas de salud, con mucha importancia para la higiene personal,
e incluso para el seguimiento pediátrico de los niños,
aprovechando, como hemos visto, la ocasión
para criticar problemas económicos.
Y es que la economía no podía faltar
mostrando lo difícil que se estaba poniendo el famoso coste de la vida (aunque siempre hubiera alguien que abogara por
unos buenos salarios)
con las consecuencias en la economía doméstica
o en la situación social.
Por unas cosas u otras, la escasez parece
que era algo habitual, bien en las infraestructuras (agravada por las sequías,
por ejemplo), o bien en los servicios (la famosa cuestión de la comida en las
pensiones, residencia real de tanta gente durante tantos años).
Y siempre, la losa de los impuestos.
Pero ni ellos, ni los conflictos
mundanos, o, incluso, amorosos,
pudieron impedir disfrutar de las
fiestas, de las modas,
ni del progreso, fuera técnico, o social
(con sus vacaciones y todo).
En su día conseguí un ejemplar de un
volumen de Chistes de Xaudaró,
editado por Prensa Española. Como el ejemplar había sido re-encuadernado no sé
si en alguna hoja junto a las tapas originales figuraba más información, por lo
que sólo puedo deducir que se trata del tercero (pues se anuncia el cuarto), y
que la fecha de publicación, por una referencia en una viñeta, sería 1930 o muy
poco después.
En el volumen se recoge un total de 479
viñetas que, efectivamente, constituyen un tratado gráfico sociológico de una
parte importante de aquella España.
Un pero
es que no se indica la fecha de publicación de las viñetas, lo que impide situar
las mismas en su concreto momento histórico y consiguiente situación social.
El otro pero no es del libro ni de la obra, sino de la actualidad, y es lo
difícil que resulta disponer de maravillas del humorismo gráfico español como
es el caso, por la escasa recuperación que se hace de él, tal vez, quién sabe,
para evitar comparaciones con el actual.
Créditos:
Viñetas y firma tomadas del libro en
cuestión, de la biblioteca del autor.
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