“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los
hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que
encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra,
se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el
mayor mal que puede venir a los hombres. Digo esto, Sancho, porque bien has
visto el regalo, la abundancia que en este castillo que dejamos hemos tenido; pues
en mitad de aquellos banquetes sazonados y de aquellas bebidas de nieve me
parecía a mí que estaba metido entre las estrechezas de la hambre, porque no lo
gozaba con la libertad que lo gozara si fueran míos; que las obligaciones de
las recompensas de los beneficios y mercedes recibidas son ataduras que no
dejan campear al ánimo libre. ¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo
de pan sin que le quede obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo!”
Y es que, aunque parezca
que haya sueños imposibles,
también los hay que sólo dependen
de nosotros, de unos y de otros, de todos.
Créditos:
Discurso de
don Quijote, al principio del capítulo LVIII de la segunda parte de la obra de
Miguel de Cervantes, tomado de Don Quijote
de la Mancha, edición del IV Centenario, realizada por la Real Academia
Española y la Asociación de Academias de la lengua española, publicada por
Alfaguara en 2005, y con edición no venal patrocinada por la Generalidad
Valenciana (pp. 984-985), de la biblioteca del autor.
¡Me encanta esta canción! Aunque el musical me dio mucha pena, he de reconocer... Romanticona que es una, qué le voy a hacer...
ResponderEliminarUn abrazo. Y ¡a seguir soñando!
Sí, María Gaetana, sí que es triste el musical, pero, como dices, hay que seguir soñando.
ResponderEliminarUn saludo.