El otro día, en mi librería habitual ví que en una de las mesas de novedades una de las pilas estaba formada por unos seis o siete ejemplares del libro cuya portada nos acompaña a la derecha de estas líneas.
Me vino a la memoria los buenos libros de la editorial Aguilar, su colección Crisol, la Crisolín, y bueno, ¡qué se le va a hacer!
Bien, la cosa es que directamente pregunté por otro libro, y consultando la base de datos correspondiente, les habían suministrado sólo uno (o sea, 1). Naturalmente, ante esta abrumadora avalancha de información, no conocían sobre qué versaba el otro libro en cuestión (nunca mejor dicho lo de otro, pues no había más que uno).
Dado que da la versión de los afectados, y además, documentado, sin propaganda políticamente correcta, ha sido total y absolutamente silenciado en los medios, y por lo que se ve, tampoco la editorial está haciendo mucho esfuerzo.
La polémica sigue, porque al fin y al cabo, de eso se trata: Lenin, creo que fue, ya dijo eso de que "la mentira es un arma revolucionaria", y en eso estamos, aunque siempre alguien lo acaba contando. Como dijo Tertuliano "Tempus omnia revelat".
Y mientras estos días me iba pensando esta anotación, va y me entero de una triste casualidad.
¡Hombre! ¡enhorabuena por tu blog!
ResponderEliminarLo añadiré a mis favoritos y se lo recomendaré a mi hermana, porque he visto que hablas de "Cartas del diablo a su sobrino" y ella es una "fan" de ese libro.
Perdona que haya tardado tanto en visitarte, pero no he visto hasta hoy tu correo (normalmente solo recibo correos de esos con archivos pps que se mandan a troche y moche.
Ánimo con tu blog.