domingo, 10 de mayo de 2009

Reposar la comida. VI: La casa del abuelo

Llegamos, finalmente, al benjamín de nuestro famoso folleto, que es de 1906 y, cosa curiosa, es... un abuelo.

En una Victoria de calle, junto a la Puerta del Sol, nos encontramos la mejor manera de comer unas gambas, ajillo o plancha, bien acompañadas por el vino de la casa, que por cierto, es de Alicante.

El cocinero titular es el señor que, en la foto, se dispone a salir a echar un pitillo. Por lo que lo hemos visto, la sonrisa hace tiempo que la echó lejos, pero lo importante es que somos los clientes los que sonreímos por la calidad del servicio.

Con motivo del centenario, hubo edición especial de servilletas, y un callejero de Madrid, obsequio que todavía llegamos a tiempo de disfrutar un año después.



Creo que con decir que una parada (o dos, o…) en “La casa del abuelo” es un fijo en todos y cada uno de los viajes a Madrid, ya se dice todo.

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