sábado, 2 de mayo de 2009

Reposar la comida. III: La Bola

En nuestro ya conocido folleto, se dice, de modo general: “El comensal que acuda a sus establecimientos disfrutará de esas recetas que nunca pasan de moda”. Por ejemplo, el cocido madrileño.

Y para ello, hay que ir, habiendo reservado mesa, a La Bola, que desde 1870, “sigue ofreciendo el mismo cocido madrileño, en puchero de barro individual y cocinado al fuego lento del carbón de encina tal y como se cocinaba antaño”.

La cuesta que hay que recorrer desde el Convento de la Encarnación hacia la Gran Vía tampoco es que sea algo exagerada, pero la comida es reparadora, aunque el establecimiento se sitúa, más bien, al principio de la cuesta, en una calle cuyo nombre, siendo nuestro destino el que es, no admite pérdida alguna.

1 comentario:

  1. Además del cocido pudimos apreciar un buen vino de Madrid, hay pocos pero haylos, y unas vistas interiores increibles pues teníamos podíamos observar la cocina y el espacio donde reposaban las jarras individuales de cocido.
    La fecha no acompañaba mucho, era agosto, y más que reparador fue amodorrador.

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