viernes, 3 de abril de 2009

Hasta aquí puedo leer

En la edición de The Wall Street Journal de hoy, Cynthia Crossen habla sobre el abandono en la lectura de un libro.

Supongo que a todos nos habrá pasado esto. Empezar un libro, y llegar a un punto en el que se decide abandonar: sea voluntariamente o sea por causas sobrevenidas que nos obligan a un pequeño parón, tras el que luego nunca encontramos momento para reanudar la lectura, el caso es que el libro ahí se queda, inconcluso.

En mi caso, las circunstancias de abandono han debido de ser tan drásticas que ni siquiera recuerdo con qué libros me ha sucedido, por lo que corro un serio riesgo de recaída. Si así sucediere, ya contaré.

Cynthia Crossen habla de dos situaciones incómodas cuando esto sucede:

a) “I confess that I'm more likely to stop reading a borrowed book than one that cost me $27.95”. Lógico, pues ya es suficiente el error en la elección del libro, como para encima, añadir el error de gastar (que no invertir en este caso) dinero.
b) “It's especially dispiriting when the book has been pressed into your hands by a trusted friend”. El problema se traslada ahora a cómo decírselo a ese amigo de confianza, y, una vez hecho, saber hasta dónde y sobre qué, hay que seguir confiando.

Comenta que en algunos colegios se utiliza con los alumnos (supongo que sustituyendo la ficha relativa a la lectura), una especie de formulario, en el que el alumno debe expresar por qué ha abandonado la lectura. Se entiende que el simple “porque sí” no es una respuesta válida.

La última frase del último párrafo no tiene desperdicio. ¿Cuántos casos similares habrá por aquí cerca?

2 comentarios:

  1. ¡Espero que no te haya pasado eso con "La vidriera irrespetuosa"!
    ;D

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  2. No. Sí es cierto que, como en la película, "elegí mal momento para empezar a leerlo": lo leía al acostarme, y fue dejar de trabajar de noche Ramón, y yo acostarme demasidado tarde para mantener el ritmo. Estos días lo he retomado y ya casi está.
    Ya contaré.

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