Como ya hemos adelantado, vamos a comentar aquellos restaurantes centenarios de Madrid que conocemos. Iniciamos el recorrido por orden cronológico, es decir, 1827.
En el folleto en cuestión se dice, de forma general: “Conocerá a través de su cocina, la historia de Madrid de más de un siglo, contada por unos amigos que pretenden que el rito del buen comer siga presente en nuestra mesa.”
Pues hablando de amigos, la principal recomendación de Casa Alberto es el personal; especialmente, quien atiende en la curva de la barra, junto a la entrada, con su inconfundible: “Buenas noches, señores” (si es de noche, claro). Lamento no recordar su nombre, pero, en breve, repararé el error.
La dirección es c/ Huertas, 18, en el Barrio de las Letras, que le dicen, junto a la Plaza de Santa Ana.
El local no lo conozco vacío, y la bebida tradicional es el vermouth de grifo, que, junto con la correspondiente tapa, y suficientemente reiterado, constituyó una noche de hace un par de años, toda mi cena.
En la barra encontramos la clásica fuente de agua que tienen muchos de estos locales tradicionales de Madrid.
Y entre los cuadros y fotos que se disponen sobre las paredes, figura uno bastante literario, dejando claro que el edificio es aún más centenario.
En el folleto en cuestión se dice, de forma general: “Conocerá a través de su cocina, la historia de Madrid de más de un siglo, contada por unos amigos que pretenden que el rito del buen comer siga presente en nuestra mesa.”
Pues hablando de amigos, la principal recomendación de Casa Alberto es el personal; especialmente, quien atiende en la curva de la barra, junto a la entrada, con su inconfundible: “Buenas noches, señores” (si es de noche, claro). Lamento no recordar su nombre, pero, en breve, repararé el error.
La dirección es c/ Huertas, 18, en el Barrio de las Letras, que le dicen, junto a la Plaza de Santa Ana.
El local no lo conozco vacío, y la bebida tradicional es el vermouth de grifo, que, junto con la correspondiente tapa, y suficientemente reiterado, constituyó una noche de hace un par de años, toda mi cena.
En la barra encontramos la clásica fuente de agua que tienen muchos de estos locales tradicionales de Madrid.
Y entre los cuadros y fotos que se disponen sobre las paredes, figura uno bastante literario, dejando claro que el edificio es aún más centenario.
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