Llegaron los idus de marzo, y en plenas Fallas, esa noche fue la de la plantá, de manera que al amanecer del día siguiente, ya estaban todas las fallas dispuestas para la gran decisión, del jurado y del público.
No sé si tendría relación, pero el caso es que ese día, aunque no recuerdo a qué hora, me enteré de casualidad, a través de la página de Terra, de que se volvía a comentar que “La mayoría de obispos quiere echar a Losantos de la COPE”; y no sólo los obispos pues “hace pocas semanas, la mayoría de los directores regionales de la Cope votaron en contra de la renovación del locutor.”
Como se trataba de un tema recurrente, tampoco hice especial caso. Casi tres semanas después, un Viernes de Dolores, me hacen llegar por correo electrónico un enlace a El confidencial, quien da como definitivo que “Jiménez Losantos y César Vidal abandonan la cadena”.
Hoy, Domingo de Ramos, a media mañana, hojeando la prensa por internet, me entero en Libertad Digital de las declaraciones de Jiménez Losantos en El Mundo, y luego, ya por la tarde, veo la anotación del mismo Jiménez Losantos, y, aunque en la COPE siguen sin decir ni escribir nada, entro en su página justo cuando en la ventana de su agregador de blogs se “anuncia” la anotación de elentir al respecto.
Ya nos enteraremos de más cosas, pero de momento se me ocurre una.
He comentado en anotaciones anteriores la situación en Estados Unidos en relación con la postura del poder político sobre Rush Limbaugh, otra “estrella de la radio”, pero allí.
Y en mi opinión existe una importante diferencia: allí hay una actividad claramente visible del ejecutivo; aquí, el ejecutivo no lo necesita.
Y es que como también dije, justo antes de los idus de marzo, vale quien sirve.
No sé si tendría relación, pero el caso es que ese día, aunque no recuerdo a qué hora, me enteré de casualidad, a través de la página de Terra, de que se volvía a comentar que “La mayoría de obispos quiere echar a Losantos de la COPE”; y no sólo los obispos pues “hace pocas semanas, la mayoría de los directores regionales de la Cope votaron en contra de la renovación del locutor.”
Como se trataba de un tema recurrente, tampoco hice especial caso. Casi tres semanas después, un Viernes de Dolores, me hacen llegar por correo electrónico un enlace a El confidencial, quien da como definitivo que “Jiménez Losantos y César Vidal abandonan la cadena”.
Hoy, Domingo de Ramos, a media mañana, hojeando la prensa por internet, me entero en Libertad Digital de las declaraciones de Jiménez Losantos en El Mundo, y luego, ya por la tarde, veo la anotación del mismo Jiménez Losantos, y, aunque en la COPE siguen sin decir ni escribir nada, entro en su página justo cuando en la ventana de su agregador de blogs se “anuncia” la anotación de elentir al respecto.
Ya nos enteraremos de más cosas, pero de momento se me ocurre una.
He comentado en anotaciones anteriores la situación en Estados Unidos en relación con la postura del poder político sobre Rush Limbaugh, otra “estrella de la radio”, pero allí.
Y en mi opinión existe una importante diferencia: allí hay una actividad claramente visible del ejecutivo; aquí, el ejecutivo no lo necesita.
Y es que como también dije, justo antes de los idus de marzo, vale quien sirve.
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