domingo, 12 de febrero de 2012

¿Historia inocente o inocentada histórica?

Tras haber hablado de los indios con tanta benevolencia, a la señorita Hempel le horrorizó descubrir, cuando estaba en la librería un domingo por la tarde, un libro recién publicado que la contradecía. De pie en uno de los pasillos, hizo una mueca al hojear el libro. Según los últimos descubrimientos antropológicos, los indios no se portaban bien con la naturaleza; talaban los bosques, cazaban los animales hasta casi extinguirlos; comían exquisiteces como el feto de búfalo, abandonando a la madre, que dejaban pudrirse al sol.
El libro estaba expuesto en una estantería junto con una serie de libros que parecían todos de la misma tendencia. La señorita Hempel se dio cuenta de que había aparecido una nueva categoría literaria, cuyo único cometido parecía ser el de desenmascarar las mentiras y los engaños de la historia estadounidense. Paul Revere no gritó «¡Vienen los ingleses!». Thomas Jefferson sí sedujo y embarazó a Sally Hemings, su esclava. A los Padres de la Constitución no les interesaba lo más mínimo la igualdad. Y John Brown, el abolicionista loco, estaba perfectamente cuerdo. Hasta la teoría de la migración por el estrecho de Bering era cuestionada. Al parecer, lor primeros norteamericanos no llegaron por ahí, ni mucho menos.
La señorita Hempel, furiosa, se sentía engañada. Había tardado mucho en leer ¡América, América!, y de repente se encontraba con un estante lleno de libros que ponían en duda todo lo que estaba a punto de enseñar a sus alumnos.

Hace unas semanas, en concreto, el lunes día 23 de enero, en la sección sobre la Historia en el programa Es la mañana de Federico, habló César Vidal Manzanares sobre las causas de la Guerra Civil, Guerra de Secesión o Guerra entre los Estados (como suele decir en su programa de la madrugada dominical), en Estados Unidos.

La causa siempre se ha comentado que era la cuestión de la esclavitud, pero claro, tras leer lo arriba transcrito sobre Jefferson y los Padres de la Constitución, es lógico que entren dudas,… y sospechas de que la razón sea más… prosaica.

Y en efecto: “En opinión de César Vidal, "lo que lleva finalmente a la guerra civil era una cuestión de impuestos"”.

Vamos, que no resulta tan extraño que menos de un siglo después, la ley más estricta fuera la fiscal.

Hago gracia de comentar lo de que “el sur era liberal y partidario del librecambismo” (así, destacado en negrilla en el original) y su ¿consiguiente? relación a favor de la esclavitud, y me quedaré en esta otra perla:

César Vidal ha apuntado que "para entender la mentalidad americana, si en EEUU se hubiera aprobado un arancel Cambó, arancel español que oprimía España mantener la industria de Cataluña durante el XIX y parte del XX, los ejércitos del sur hubieran invadido Washington".

Es decir, que si se hubiera aprobado una ley no del gusto del Sur, los ejércitos sureños hubieran invadido la capital de la nación: a esto creo que lo llaman primacía de la ley y separación de poderes.

Sin embargo, tenía que admitir que ese tipo de libros le parecía necesario, y que comprendía su existencia. Era difícil contar la historia con honestidad. Si ya era difícil que una persona contara su pasado con fidelidad, contar fielmente la historia de un país entero era casi imposible.

¡Ay, cuánto hay que aprender del razonamiento de una humilde maestra! ¿Verdad?

Créditos:
Extractos del capítulo Travesía, quinto relato de Las crónicas de la señorita Hempel, de Sarah Shun-lien Bynum, según traducción de Gabriela Bustelo, en edición de Libros del Asteroide (pp. 166-167).
Extractos de la noticia sobre lo expuesto en la sección Preguntas a la Historia en el programa Es la mañana de Federico, del día 23 de enero de 2012.
Imagen de la noticia-inocentada publicada por Libertad Digital el pasado 28 de diciembre de 2011.

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