Ayer se cumplieron 72 años y un día, como si se tratara de una condena, de un hecho suficientemente histórico.
Al Capone, el más famoso gánster en la historia del gansterismo,… fue puesto en libertad.
Hace poco más de once años, en un artículo publicado en el suplemento Ideas, de Libertad Digital, César Vidal Manzanares nos contaba que Al Capone “nació hace ciento un años en Nápoles, Italia y su familia le impuso en el bautismo el nombre de Alfonso. Siendo un niño, sus parientes emigraron a Estados Unidos y se establecieron, como tantos otros compatriotas, en Brooklyn, Nueva York.”
No obstante, en la Wikipedia se empeñan en llevar la contraria a tan insigne historiador, y se puede leer que sus padres emigraron en 1894, por lo que, naciendo Al Capone en 1899, no tuvo más remedio que hacerlo en América, aunque, eso sí, en Brooklyn. Lo malo es que en la Wikipedia sí hacen referencia a unas fuentes, por si alguien quiere comprobarlo:
“Capone nació en Brooklyn, Nueva York. Era hijo de Gabrielle y Teresina Capone, inmigrantes italianos del sudoeste.[2] Gabriele era un humilde barbero italiano, proveniente de Castellammare di Stabia, una ciudad situada a 24 km del sur de Nápoles, Italia. Teresina Raiola, mujer de Gabriele, era una mujer inmigrante, que nació en un pequeño pueblo de la provincia de Salerno, al sudoeste de Italia. Ambos, tendrían nueve hijos.
Los Capone emigrarían desde Italia a Nueva York en el año 1894, y se trasladarían a una casa situada en la calle Navy Street, en el número 25. Esta calle estaba situada en la Navy Yard, una sección de las calles del sur de Brooklyn, cerca de la barbería donde trabajaba Gabrielle.[3]
(…)
2. Kobler, John (1971). "Los Capone". Da Capo Press. pp. 23. ISBN 0-306-80499-9.
3. Schoenberg, Robert L. (1992). Mr. Capone. New York, New York: William Morrow and Company. pp. 18-19. ISBN 0-688-12838-6.”
Pero no se trata de discutir sus orígenes, sino de hablar del final de su carrera. Como, ahora sí, bien dice César Vidal en su artículo:
“Sin embargo, a pesar de su inmenso poder corruptor que ejercía sobre la judicatura, la clase política y los medios de comunicación, acabó siendo atrapado por el largo brazo de la ley.”
Y en efecto, volviendo a la Wikipedia:
“El proceso y acusación ocurrieron en 1931. Al Capone fue encontrado culpable, el 17 de octubre, en cinco de los 23 cargos y sentenciado a 11 años en una prisión federal.”
Instigador de numerosos asesinatos, entre ellos, los de la famosa Noche de San Valentín, gestor/protector de abundantes garitos de juego ilegal, donde además, en la época de la Ley Seca, las bebidas espirituosas impregnaban el espíritu social, Al Capone, lógicamente, dio con sus huesos en la cárcel.
Y es que no se puede violar continuamente la ley, ni la ética, sobre todo si es protestante ésta y el violador un supuesto católico: Al Capone, como correspondía, fue condenado… por no pagar impuestos. Lo demás… estaba de más.
Es decir, con el dinero, digo, con la ley, tonterías, las justas.
Créditos:
Fotografía de Al Capone tomada de la noticia de Las Provincias, publicada con motivo de los 80 años de su condena.
Al Capone, el más famoso gánster en la historia del gansterismo,… fue puesto en libertad.
Hace poco más de once años, en un artículo publicado en el suplemento Ideas, de Libertad Digital, César Vidal Manzanares nos contaba que Al Capone “nació hace ciento un años en Nápoles, Italia y su familia le impuso en el bautismo el nombre de Alfonso. Siendo un niño, sus parientes emigraron a Estados Unidos y se establecieron, como tantos otros compatriotas, en Brooklyn, Nueva York.”
No obstante, en la Wikipedia se empeñan en llevar la contraria a tan insigne historiador, y se puede leer que sus padres emigraron en 1894, por lo que, naciendo Al Capone en 1899, no tuvo más remedio que hacerlo en América, aunque, eso sí, en Brooklyn. Lo malo es que en la Wikipedia sí hacen referencia a unas fuentes, por si alguien quiere comprobarlo:
“Capone nació en Brooklyn, Nueva York. Era hijo de Gabrielle y Teresina Capone, inmigrantes italianos del sudoeste.[2] Gabriele era un humilde barbero italiano, proveniente de Castellammare di Stabia, una ciudad situada a 24 km del sur de Nápoles, Italia. Teresina Raiola, mujer de Gabriele, era una mujer inmigrante, que nació en un pequeño pueblo de la provincia de Salerno, al sudoeste de Italia. Ambos, tendrían nueve hijos.
Los Capone emigrarían desde Italia a Nueva York en el año 1894, y se trasladarían a una casa situada en la calle Navy Street, en el número 25. Esta calle estaba situada en la Navy Yard, una sección de las calles del sur de Brooklyn, cerca de la barbería donde trabajaba Gabrielle.[3]
(…)
2. Kobler, John (1971). "Los Capone". Da Capo Press. pp. 23. ISBN 0-306-80499-9.
3. Schoenberg, Robert L. (1992). Mr. Capone. New York, New York: William Morrow and Company. pp. 18-19. ISBN 0-688-12838-6.”
Pero no se trata de discutir sus orígenes, sino de hablar del final de su carrera. Como, ahora sí, bien dice César Vidal en su artículo:
“Sin embargo, a pesar de su inmenso poder corruptor que ejercía sobre la judicatura, la clase política y los medios de comunicación, acabó siendo atrapado por el largo brazo de la ley.”
Y en efecto, volviendo a la Wikipedia:
“El proceso y acusación ocurrieron en 1931. Al Capone fue encontrado culpable, el 17 de octubre, en cinco de los 23 cargos y sentenciado a 11 años en una prisión federal.”
Instigador de numerosos asesinatos, entre ellos, los de la famosa Noche de San Valentín, gestor/protector de abundantes garitos de juego ilegal, donde además, en la época de la Ley Seca, las bebidas espirituosas impregnaban el espíritu social, Al Capone, lógicamente, dio con sus huesos en la cárcel.
Y es que no se puede violar continuamente la ley, ni la ética, sobre todo si es protestante ésta y el violador un supuesto católico: Al Capone, como correspondía, fue condenado… por no pagar impuestos. Lo demás… estaba de más.
Es decir, con el dinero, digo, con la ley, tonterías, las justas.
Créditos:
Fotografía de Al Capone tomada de la noticia de Las Provincias, publicada con motivo de los 80 años de su condena.
Lo mató la sífilis.
ResponderEliminarPor cierto, hace dos o tres años, leí un libro de un argentino descendiente (no recuerdo en qué grado) de este mafioso, llamado Ariel Capone. Vive en Madrid, o vivía hasta hace poco.
Guido:
ResponderEliminar¿Y qué tal el libro?
Por cierto, también tiene (o tuvo) un restaurante. Y hay aviso de película.
Un saludo.
Posodo:
ResponderEliminarNada del otro jueves; empieza bien, pero luego no me gusta cómo va desarrollando la trama a partir de la mitad.
Sabía lo del restaurante. Lo que no sabía, es que tú también lo sabías. Desconozco si aún lo tiene, y no tengo ni idea de la película.
Un saludo
El que yo leí fue: "Volver a ser Imelda". Está bien escrito.
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