miércoles, 30 de noviembre de 2011

Y ahora, ¿dónde los pongo?: Por San Andrés, los libros a los pies

Y es que ya empiezo a tener nuevamente problemas.







Créditos:
Portadas de los libros en cuestión.

9 comentarios:

  1. Anotado uno de ellos.

    Hay otro que también me llama la atención..., pero como sólo muestras las portadas y no dices ni mu sobre ninguno, decidiré al respecto cuando lo comentes en estas páginas.

    Gracias por la info. Siempre es interesante echar un vistazo a tus lecturas.

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  2. ¿Y puede saberse la gracia del que te llama la atención?
    Más que nada por si conozco a alguien que pueda influir en el orden de lecturas...
    ¡Ah! De nada.

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  3. Sí, podría saberse, pero ya busqué información al respecto y decidí que, de momento al menos, no hallará posada en mis anaqueles (me refiero, naturalmente, a aquél que llamó mi atención; no al ya anotado, que vendrá a vivir conmigo en breve).

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  4. Intrigado me tienes, por el uno y por el otro.
    Seguro que he elegido el orden de lectrua contario a tus gustos ;-)

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  5. Entre Dios y profesoras anda el juego... ¿Cuál es cuál? A tu sin par agudeza lo dejo...

    ;-)

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  6. Si el que te interesa es el del exilio, por estas tierras está de saldo, sí, has leído bien. O sea...
    Y sospecho que he alterado el orden de lectura.
    (Aunque ya veremos, ¿no?)

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  7. El que me interesa es el de la profe. De hecho, voy a encargarlo el miércoles (ése o este otro). Uno lo encargaré en diciembre y otro en enero, porque tengo muchas ganas de ambos.

    Y, sí, has alterado el orden de lectura, lo cual no me quita el sueño ;-)

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  8. Pues creo que no he alterado ni el orden de lectura ni el sueño, claro.
    Aquí, un adelanto, por si sirve de ayuda.

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  9. Sí, he leído el adelanto y me ha atraído bastante. Tiene una forma de escribir bastante fresca y fluida. Me gusta. Eso, en cuanto a la forma. En cuanto al fondo..., ufffff, qué bien refleja la realidad... Aunque reste puntos a mi imagen, lo cierto es que me veo bastante reflejada en esos párrafos. ¡Qué pena!, ¿no? Aunque todo tiene su explicación: se llama instinto de supervivencia.

    Lo compraré. Mañana mismo lo encargo.

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