Es sabido que los nacionalismos han dejado claro por activa (imponiendo sus doctrinas) y pasiva (callando la verdad), que durante la ‘oprobiosa’ sus idiomas respectivos estaban perseguidos.
Por eso, no me ha extrañado nada encontrarme (en la página del Ministerio dedicada a eso) que se editara en 1964, en concreto, por Argos Vergara, una traducción al catalán de la novela de George Orwell Rebelión en la granja, en la colección Isard, toda dedicada a libros editados en catalán. Figura con el ISBN 10: 84-7178-114-X, lo que me llama la atención pues entonces los libros sólo llevaban Depósito Legal.
Tampoco me ha llamado la atención que la traducción se titulara desde entonces hasta, en particular, 2011, como La revolta dels animals, y desde entonces, desde 2003 hasta ahora, como La rebel•lió dels animals. Supongo que será cosas de la normalització del idioma.
Pero no es de nada de esto de lo que quiero hablar.
Es sabido que en la trama de la novela son los cerdos quienes se hacen con el poder totalitario en la granja.
Pues bien. En mi pueblo, la forma coloquial de referirse al cerdo es la palabra «chino», aunque no lo recoja la Academia.
Por tanto, encuentro del todo lógico que la edición de Destino del año 1991 (ISBN 10: 84-233-1302-6) sea una traducción al catalán… del chino.
Créditos:
Imagen, de hoy, de la ficha del libro en cuestión.
Por eso, no me ha extrañado nada encontrarme (en la página del Ministerio dedicada a eso) que se editara en 1964, en concreto, por Argos Vergara, una traducción al catalán de la novela de George Orwell Rebelión en la granja, en la colección Isard, toda dedicada a libros editados en catalán. Figura con el ISBN 10: 84-7178-114-X, lo que me llama la atención pues entonces los libros sólo llevaban Depósito Legal.
Tampoco me ha llamado la atención que la traducción se titulara desde entonces hasta, en particular, 2011, como La revolta dels animals, y desde entonces, desde 2003 hasta ahora, como La rebel•lió dels animals. Supongo que será cosas de la normalització del idioma.
Pero no es de nada de esto de lo que quiero hablar.
Es sabido que en la trama de la novela son los cerdos quienes se hacen con el poder totalitario en la granja.
Pues bien. En mi pueblo, la forma coloquial de referirse al cerdo es la palabra «chino», aunque no lo recoja la Academia.
Por tanto, encuentro del todo lógico que la edición de Destino del año 1991 (ISBN 10: 84-233-1302-6) sea una traducción al catalán… del chino.
Créditos:
Imagen, de hoy, de la ficha del libro en cuestión.
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