miércoles, 23 de noviembre de 2011

Menos que moco de pavo

Hace muchos, muchos años, un día que en casa, allá en el campo, íbamos a comer pavo, se tuvo, previamente, que degollarlo.

No recuerdo cuántos éramos para sujetar al pedazo de bicho en que se había convertido, pero sí recuerdo que, de un aletazo del tal, yo acabé en el suelo todo lo largo que era.

Mañana es el famoso Día de Acción de Gracias que se celebra en Estados Unidos en recuerdo de la primera cosecha que consiguieron los también famosos peregrinos del Mayflower.

Hoy, la víspera, me entero de que ha habido un acto muy importante en la Casa Blanca: todo un Presidente de los Estados Unidos de América… indultando dos pavos.

Bueno, más exactamente, uno de de los pavos ha sido indultado “en rebeldía”, ya que se ha escapado poco antes del histórico momento, según nos informa La Gaceta (aunque, muy discretamente, no nos dicen nada del coste del acontecimiento –porque traer un par de pavos desde Minesota hasta Washington D.C. no creo que haya salido gratis).

Lo importante, para los pavos (también para el rebelde, supongo que en situación de “busca y captura”, recién ingresado en la lista de los “diez pavos más buscados por el F.B.I.), es que “ahora podrán descansar en las arboledas de la lujosa finca del primer presidente de EEUU, George Washington, situada en el estado de Virginia”.

En cambio, también hoy, cerca del otro Washington, el estado del Pacífico, en concreto, en Oregón, se ha dado la noticia, de que el Gobernador del Estado ha decidido “suspender la pena de muerte por «moralmente equivocada»”.

La decisión, de momento, afecta a un recluso condenado cuya ejecución estaba prevista para este próximo mes, pero hay más con la misma condena, para los cuales también se encuentra suspendida: “Con la decisión de hoy, los 37 reclusos que permanecen en el corredor de la muerte en ese estado de la costa oeste de EEUU eluden la pena capital al menos hasta 2015, cuando concluye el actual periodo del gobernador”.

No puedo dejar de preguntarme una cosa:
Si tan “moralmente equivocada” es la pena de muerte, ¿por qué no los ha indultado? ¿Por qué se limita a dejarles en el corredor de la muerte durante tres años y pico más, a la espera de la decisión del próximo Gobernador?

¿Será porque en Oregón no comen pavo?

Créditos:
Fotografía del acto en la Casa Blanca tomada de la noticia de La Gaceta.

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