viernes, 17 de junio de 2011

En casa de… César

Este último mes apenas he escuchado la radio dedicado a los quehaceres ya por aquí comentados. Debido a ello, sólo cuando finalizaba la jornada bibliotecaria me dedicaba a navegar un rato por la internés, momento en el que coincidía también la audición reposada de Es la noche de César.

Sin embargo, en cuanto empezó la meteorología a presentar las características más propias del verano, pude comprobar que a las 23:12 entraba, al menos en el equipo que tengo en el despacho, junto al ordenador, una emisora con toda la fuerza acumulada durante el día, resultando de ello que me veía obligado a apagar la radio. Este molesto fenómeno se ha adelantado en el horario en esta última semana, de tal modo que de noche he dejado de oír la radio en el despacho. Subsisten en su labor, los equipos del comedor y del dormitorio, pues en la cocina nunca he podido oír ((esRadio.

Por todo ello, el pasado viernes no pude oír que esta semana César Vidal iba a estar fuera. Bueno, en realidad, creo que tampoco lo anunció, fiel a su costumbre, ni lo explicaron (en lo que pude oír) el lunes durante el programa. Quien sí informó de ello, en cambio, fue Luis Herrero a poco de empezar su programa En casa de Herrero el lunes por la tarde. Igualmente, en ese mismo programa, ayer por la tarde, supe del regreso del señor Vidal.

Por la tarde, ya pude oír el editorial, y el primer bloque de noticias. Lo de oír va en el doble sentido derivado tanto de escuchar, como de lo chillón que se está volviendo este caballero (aunque aún no ha logrado el nivel que se le pudo oír gracias a un micrófono abierto una noche en La Linterna, es decir, en COPE, poniendo a alguien como no digan dueñas, o sea, de becario para arriba).

Sobre la ausencia del señor Vidal, el señor Herrero no ha dejado de ilustrarnos que se ha debido a las cuitas paternas en relación con su hija, actualmente en Estados Unidos, la cual atiende por el nombre de Lara.

El mismo señor Herrero, durante la tertulia de su programa del último 26 de mayo (a partir del momento 09:38), introduce el tema del reciente libro de César Vidal, en presencia de éste. El libro, en línea con el que publicó hace unos años, durante su etapa en COPE, versa sobre lo que debe saberse de la cultura española. Además del tema, lo importante del libro no es que esté editado por una empresa catalana, como es Planeta, sino que en portada, además del señor Vidal figura otra autoría: la de su hija.

Sin embargo, debo decir, tristemente desde mi condición de padre, que en ningún momento le he oído a él decir nada en este sentido: bien asentía a lo comentado por el señor Herrero, o bien (mejor dicho, peor aún), cuando regala el libro a alguno de sus invitados, habla de ‘su’ libro.

Recuerdo de muy distinta manera las reacciones de Arturo Pérez-Reverte cuando se editó El capitán Alatriste, primera obra de una exitosa serie (hace tiempo paralizada, todo hay que decirlo), que elaboró, lo que proclamó bien alto, con la ayuda de su hija Carlota, cuyos honores de autoría también figuran en la portada.

Pero bueno, el que la lleva, la entiende.

Por cierto, por cierto. Esta tarde también he oído el editorial y el relato.

Éste, titulado La buena tierra (como la novela y la posterior película), me ha recordado algo, no sabría decir muy bien qué, pues lo ha pronunciado todo en español, y tal vez, de haberlo hecho en arameo, regalándonos después la traducción, lo hubiera podido identificar mejor. Quizás algún lector sepa darme luz sobre el tema.

Y del editorial, me gustaría destacar el siguiente párrafo (minuto 06:10):
Convencidos de que los que controlan las instituciones son cobardes o incluso criminales, decididos a pisotear la legalidad, incluso mediante el recurso a la violencia, y deseosos de conquistar el poder, esos grupos no retroceden sino ante el monopolio de la fuerza que detenta legítimamente el Estado.

Menos mal que ya estaba en casa, y no conduciendo el coche. Porque la fuerza detentada por el párrafo es realmente impresionante.

Está claro que ostentó una digna posición en el mundo de la comunicación; pero tengo la impresión, cada día creciente, de que va virando, poco a poco, de ostentar a detentar.

Y es que lo ‘de tentar’ es muy peligroso, sobre todo, para el tentado, claro.

5 comentarios:

  1. Como últimamente salgo a caminar más tarde de lo que lo hacía debido al calor, coincide mi hora de paseo con la del programa de César Vidal, de modo que, para entretener el rato, cuando no estoy maquinando algún crimen, lo escucho a través de los auriculares del móvil. Así supe que el señor Vidal no estaba, obviamente, al oír que no era su voz la que conducía el programa. La razón, no obstante, nunca la conocí, hasta hoy. Tampoco me importa, claro, aunque deseo que las "cuitas" esas a causa de su hija no le hagan sufrir mucho y, sea lo que sea lo que le pasa, se solucione pronto. ¡Qué buenos sentimientos,eh! Y eso que no soy protestante.

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  2. Según el guasón de Luis Herrero, las cuitas se deben a que la moza está en edad de merecer, lo que tiene algo inquieto al padre. Por tanto, eso de que "se solucione pronto", no sé si lo tranquilizará o, por el contrario, le pondrá más nervioso.
    De todas formas, entiendo que se agradecerán los güenos sentimientos.

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  3. ¿Has echado un vistazo a la tunda de pildoritas que le están haciendo tragarse al Sr. Vidal en su Primera acotación a Pío Moa? Como se las lea todas, a este hombre le da una indigestión que le tiene de visita en EEUU sine die.

    PD: Perdón, Señor, porque me he alegrado del mal ajeno... Purgaré mi pecado yendo a la cena de fin de curso que empieza dentro de... ¡¡¡20 minutos!!! Ufff, ¡adiós, Posodo!

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  4. Sí, y es uno de los motivos del atasco en este diario...
    Por cierto, por cierto,... la coincidencia en un mismo comentario del Sr. Vidal, y cuestiones de digestión y cenas, ¿es coincidencia?
    Mi natural malicia, que diría... esteeee... ¡vaya, ahora no recuerdo!
    Pues eso. Ya se leerá por aquí algo... espero.

    P.S. ¿Y qué tal la cena?

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  5. La cena, bien. Primero, un poco de diplomacia aquí y allá: ahora hablo con éste; ahora, con aquél; y luego, durante la cena y posterior, haciendo pandi con quienes me gusta estar. Lo pasé bien (este año no había partido del mundial, así que pude asistir, jajaja), volvi tarde, tardé en dormirme, me desperté temprano y no había manera de dormirse otra vez... Si es que ya está una muy mayor para alternar, jajajaja.

    En cuanto al otro asunto, pues no había pensado en la posible unión de tales ideas: Sr. Vidal, indigestión y cena, pero sí que creo que le haría falta un poco de Adipesina. A este pobre hombre algún día le da algo. Seguro que tiene problemas de tensión, azucar, el colesterol alto...

    Espero ansiosa tu anotación sobre las Acotaciones del Sr. Vidal. Me lo pasé bomba leyendo ayer los comentarios a su artículo, repugnante artículo, quise decir. Era cierto, como le reprochaban los lectores, que no dio ningún argumento, salvo la mala educación y la poca clase, en contra de las tesis de Pío Moa. Eso sí, esta mañana, en el programa de Luis del Pino, bien que se han ocupado de decir que hubo lleno total en Murcia ayer, desde donde radió su Noche el señor César Vidal.

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