lunes, 6 de junio de 2011

¡Jo, qué día!

El pasado jueves, poco antes de acabar la mañana, a la puerta del Ayuntamiento (versión Tabacalera), vi cómo llegaba un coche oficial, con su conductor, del cual descendían ¡cuatro concejales!

Esta mañana, he pasado por la Plaza del Ayuntamiento, donde he visto, por primera vez, el campamento en ella instalado.

Esta tarde, a primera hora, mientras me dirigía hacia el taller para recoger el coche, al pasar ante la puerta de un hotel, he alcanzado a ver que estaban a punto de salir, hablando entre ellos con gesto de cierta preocupación, Rita Barberá y Francisco Camps. Aunque ya había sobrepasado la puerta, he retrocedido para, educadamente, felicitarles por el resultado, y advertirles de que no hay que confiarse, sino trabajar mucho.

Con todos estos antecedentes, es lógico que regresara a casa (ya con el coche reparado, creo),… con dolor de cabeza.

Moraleja: he seguido con mis libros.

3 comentarios:

  1. Pues mejor no te cuento el mío. Tengo un nudo en la boca del estómago...

    ¿Por qué, por qué, por qué, oh, Dios mío, tuve que elegir la maldita profesión que me da de comer?

    Moraleja: he seguido con mis historias.

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  2. ¿A los perroflautas no les dijiste que había que trabajar mucho? Vale, incluso sin el mucho.

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  3. S.Cid: Venga, que sólo quedan unos días. ¡Ánimo!

    Caragüevo: Como puedes ver, no sólo a ellos hay que decirles que se pongan a trabajar.

    Un saludo a ambos.

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