jueves, 9 de junio de 2011

Dar la talla

Aunque sea Nueva York quien se lleve la fama por el ‘skyline’, es decir, el perfil que muestra el conjunto de su arquitectura (mejor dicho, la de Manhattan), contra el fondo de la esfera celeste, el perfil panorámico al que he estado siempre más acostumbrado es el que conforman los libros colocados en un estante.


Hace algo más de dos años, publiqué una anotación sobre una visita que pudimos hacer, sin esperarlo, a la Biblioteca Nacional en Madrid. Uno de los detalles que reflejé es que el archivo físico de los libros se atiene, entre otros, al importante criterio del… tamaño.

Este último mes lo he dedicado a hacer como que ordeno (¡por fin!) mi biblioteca (mejor dicho, la sección existente en casa), y una de las primeras decisiones que adopté fue la de evitar el ‘despilfarro’ de espacio que suponía el equivalente a la zona azul de la imagen anterior (que, por una coincidencia que acabo de apreciar, acabo de ‘bautizar’ como esa famosa zona de aparcamiento en la calle, que cuesta dinero). En consecuencia, decidí ocupar ese espacio, y la mejor manera era mediante una redistribución de las baldas de las estanterías (prácticamente lo he hecho en casi todas), añadiendo una más. En esta labor, ha habido sus más y sus menos, como ya he dejado publicado, pero ahí está hecha.

Lo que sí que no hice fue un estudio científico y estadístico del tamaño de los libros para determinar los valores medios, la varianza y/o desviación típica, la moda, y el resto de parámetros que pudieran alumbrarme en el momento de tomar una decisión sobre el punto exacto en el que situar el taladro para poco después colocar la balda correspondiente. El resultado ha sido que en más ocasiones de las que me hubiera gustado ‘disfrutar’, por un par de milímetros, el libro no cabe en el hueco, y debe pasar a otro estante.

En definitiva, que ahora tengo los libros suficientemente agrupados por temática, y dentro de ella, donde caben, es decir por tamaño.

Falta concretar la ordenación dentro de cada estante.

Nota:
Un título que para esta anotación había barajado era el de “El tamaño sí importa”, pero ante la duda de que se pudiera interpretar en el ¿buen? sentido, despistando a los posibles lectores tras el primer vistazo, opté por el que figura más arriba.

He visto que esta percepción correcta de la realidad tampoco se le ha escapado a José Antonio.

Créditos:
Imagen basada en el ‘bookline’ de mi biblioteca, del autor.

1 comentario:

  1. Oye, pues si la imagen que pones corresponde a la real, esa especie de megápolis a oscuras contra un azul primoroso, te ha quedado, posodo, de lo más sugerente.
    Saludos blogueros

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