“Esto ocurrió en Bethabara [Betania], al otro lado del Jordán, donde estaba Juan bautizando.”
El final de la lectura
del Evangelio de hoy nos ha aclarado dónde sucedía lo relatado. Y tal vez para
que tuviéramos más presente que Juan bautizaba con agua, al salir de misa nos
hemos encontrado con un buen chubasco.
Si bien allá por julio lo
que pude comprobar (bueno, sí, había habido algo de lluvia, pero no molestó
en demasía), fue la ausencia de un drenaje en buen funcionamiento (aunque sin ningún problema en el coche), en esta ocasión, además de comprobar esto mismo, también
he podido comprobar que cuando llueve bastante, uno que va andando por la
calle, acaba mojándose.
Eso sí, estando ya cerca
de casa, me encontré con un aviso… cuya veracidad no me ha supuesto ninguna
utilidad.
Transcripción (con parte
de la aclaración de la nota a pie de página) del Evangelio según San Juan (1, 28), tomada de la Nueva Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada, editada en 1998
por Desclée De Brouwer, de la biblioteca del autor.
Fotografías de la lluvia
y de la señal de “Piso mojado”, esta noche, del autor.
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