Este pasado domingo el
periódico El Mundo publicó un avance
del nuevo libro de Pilar Urbano, y como gestor de la exclusiva, llevó a la
portada lo que consideró oportuno, destacando en el titular aquello que estimó de
mayor relevancia. (Si no era ésa su intención, lo siento por ellos pues fue lo único
que leí en el kiosco.)
Ya por la noche, pude
comprobar que la decisión periodística que sobre el particular tomaba Libertad Digital era distinta. Aunque
también destacaba lo que para ellos era más relevante, el titular era muy
diferente. (De hecho, no recuerdo titulares tan destacados en mucho tiempo.)
Pero la culminación de la
noticia se produjo al día siguiente, lunes 31. El periódico que disfrutaba de
la exclusiva la desarrollaba de un modo asaz original: en la portada destacaba…
... nada de nada.
La lectura que,
sencillamente, yo hice de ello es que ni siquiera El Mundo se creía lo que él mismo había publicado.
Claro que otra lectura
que se podía hacer es que, también sencillamente, se trata de que, entre todos
(no sólo los políticos, sino también los periodistas, o lo que ahora son,
comunicadores, en sus distintos medios de contrainformación),
los demás permanezcamos en medio de la niebla, donde las luces, más que iluminar, desorientan.
O puede que todo sea, más
sencillo aún, un anticipo de la celebración que hoy, día 1 de abril, se hace en
el mundo anglosajón con el nombre de April
Fools’ Day, es decir, nuestro Día de
los Inocentes.
Créditos:
Portadas de El Mundo, tomadas de la galería de imágenes
de Libertad Digital, del domingo 30, y del lunes 31, de marzo de 2014.
Captura de pantalla de la
portada de Libertad Digital
correspondiente a la noche del domingo día 30, tomada de la hemeroteca del periódico.
Fotografía de la niebla
existente en una avenida de Valencia, poco antes del amanecer de este lunes 31
de marzo, del autor.
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